Perderíamos capacidad adquisitiva y prestaciones sociales. Caería el consumo y se incrementaría el paro. Además, los nuevos puestos de trabajo estarían peor remunerados.
Fijándonos en lo ocurrido en otros países y en las recomendaciones de la CE para España, podemos deducir que, en caso de ser rescatados, la troika nos exigirá una subida inmediata de impuestos. Lo primero el IVA. En Grecia, por ejemplo, está en el 23%. Y despuíés, aumentos en impuestos especiales, tabaco y gasolinas.
Además, casi seguro, se eliminaría la deducción por vivienda habitual. Y eso por no hablar de la rebaja de las prestaciones por desempleo: España es de los países de la OCDE que más paga y por más tiempo el subsidio por desempleo.
Tambiíén habría una reducción de funcionarios y personal laboral de la Administración. Además, nuestros acreedores nos exigirían un riguroso examen del gasto de las comunidades y los ayuntamientos. Previsiblemente, recortarán todo lo posible las competencias de las regiones.
Por último, los rescatadores exigirán profundizar en las reformas ya iniciadas por el gobierno, sobre todo en dos campos. En el mercado laboral, solicitarán eliminar la dualidad entre contratos temporales e indefinidos, reducir más el coste del despido para los trabajadores fijos y eliminar las rigideces que todavía quedan en la negociación colectiva.
El segundo campo afectado será el sistema de pensiones. Se exigirá adelantar el proceso de retraso de la edad de jubilación y reducir el periodo de cómputo para cobrar la pensión.
En definitiva, los españoles perderíamos capacidad adquisitiva y prestaciones sociales. Caería el consumo y se incrementaría el paro. Además, los nuevos puestos de trabajo estarían peor remunerados. ¿Y todos estos sacrificios, para quíé? Para volver al crecimiento lo más rápido posible