España parece a punto de librarse del rescate y lograr que los fondos europeos participen en la recapitalización directa de las entidades financieras en dificultades. Bruselas y París apoyaron ayer abiertamente esa opción, que podría aprobarse a finales de junio si Berlín levanta sus últimas objeciones.
La ofensiva diplomática del Gobierno español para librarse del rescate parece a punto de dar resultado. Las principales capitales europeas apoyan ya la tesis defendida por España de que deben utilizarse fondos comunitarios para recapitalizar las entidades financieras en dificultades sin necesidad de someter a su país de origen a una intervención en toda regla como la sufrida por Grecia, Irlanda o Portugal.
El nuevo esquema de ayudas podría aprobarse a finales de este mes, según las fuentes consultadas, y ponerse en marcha tan pronto como entre en vigor el nuevo fondo de rescate o Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE). Para ello, se precisa que el Tratado del MEDE sea ratificado por un número de socios equivalente al 90% de su capital (700.000 millones de euros para una capacidad de príéstamo de medio billón).
De momento, se está muy lejos de esa cifra, porque solo lo han ratificado Francia, Grecia, Portugal y Eslovenia, que en total suman el 26% del capital del fondo. Pero Alemania reiteró ayer su intención de completar el proceso parlamentario a primeros de julio. Y Holanda tambiíén obtuvo el pasado viernes la luz verde de los tribunales para rematar la ratificación (donde un partido euroescíéptico había impugnado el MEDE).
A ello se une España, que mañana tiene previsto tramitarlo por procedimiento de urgencia en el Senado y no se esperan enmiendas, lo que permitirá su inmediata publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE). Bastaría, por último, la ratificación de Italia y Bíélgica, dos países potencialmente usuarios del nuevo MEDE, para alcanzar el umbral del 90%.
Tras su entrada en vigor, el artículo 19 del Tratado faculta al consejo de administración del fondo para modificar por unanimidad sus instrumentos financieros, lo que permitiría incorporar la recapitalización directa de entidades financieras, una posibilidad que no se había contemplado hasta ahora.
Ese escenario jurídico parece en marcha a falta solo del visto bueno de Alemania que, como en anteriores reformas de los fondos, se resiste a relajar las normas para su utilización.
Pero Berlín se encuentra cada vez más aislado, como puso ayer de manifiesto la primera visita a Bruselas del nuevo ministro francíés de Economía, Pierre Moscovici.
Moscovici calificó como "decisivo" el hecho de permitir al fondo participar en la recapitalización directa del sector financiero de la zona euro. Y tras señalar que las propuestas en ese sentido ya están sobre la mesa, se mostró confiado en que sean "una de las soluciones para el futuro que se adopten en la cumbre del 28 y 29 de junio".
Su anfitrión, el comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, tambiíén apuntó en la misma dirección. "Se trata de un punto clave tanto a corto como a medio y largo plazo", comentó el finlandíés. Y aseguro que "hace tiempo que consideramos la inyección de capital como una posibilidad muy seria para poder romper el círculo vicioso entre crisis bancarias y crisis de los Estados".
La pasada semana se pronunció en el mismo sentido el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, lo que parece indicar que todas las instituciones comunitarias, en Bruselas y Fráncfort, apoyan ya solución planteada por el Gobierno de Mariano Rajoy.
Solo falta, por tanto, la luz verde de Berlín, que podría convencer a otros gobiernos reacios como el holandíés o el finlandíés. Ayer, el presidente de la Comisión, Josíé Manuel Barroso, se trasladó a la capital alemana para una cena de trabajo con la canciller Angela Merkel, que podría rematar la ofensiva diplomática española.
Supervisor único
La canciller alemana, Angela Merkel, que ayer mantuvo una reunión con el presidente de la CE, Josíé María Durí£o Barroso, se pronunció a favor de pensar en la creación de mecanismos de supervisión bancaria, a escala europea y a medio plazo.
El 'FROB' europeo, en vigor en 2018
El comisario europeo de Mercado Interior, Michael Barnier, tiene previsto aprobar mañana un proyecto de directiva que por primera vez establece un mecanismo europeo de reestructuración y liquidación de entidades en dificultades. El texto, a cuyo borrador ha tenido acceso CincoDías, establece una "detallada jerarquía" de la contribución que deberán hacer a esos rescates los accionistas y bonistas de la entidad, con el objetivo de evitar nuevas inyecciones de capital público. Las autoridades podrán exigir a las entidades que reserven una parte de su balance (en torno al 10% del pasivo) ante la posibilidad de un auto rescate o autoliquidación. Para evitar que la medida pueda provocar un desapalancamiento del sector o asustar a los actuales inversores, la directiva prevíé que los artículos relativos al rescate interno no entren en vigor hasta 2018.