Por... RAíšL FAINBINDA
La Eurocopa 2012 que arrancó ayer refleja tanto las habituales aspiraciones de solidaridad continental a travíés del deporte como las tensiones de la crisis financiera y política que puede debilitar a la Unión Europea.
El brillo futbolístico está virtualmente asegurado, porque estarán tres de los semifinalistas del Mundial 2010, muchos de los jugadores más talentosos del mundo y un impresionante bagaje tíécnico y táctico. Los futbolistas se esforzarán motivados algunos por el patriotismo y otros por la necesidad de revalorarse en el mercado.
Al mismo tiempo llama la atención que la mayoría de los países cuyas dificultades han sacudido la unión monetaria, expresada en el euro, moneda común de 17 de los 27 países de la Unión, estíén la Euro: Grecia, España, Italia, Portugal e Irlanda, cuya crisis hizo eclosión en 2008 y fue una de las precursoras de la calamidad actual. Una coincidencia, claro, aunque cuesta apartar la impresión de que la irresponsabilidad financiera va de la mano con el íéxito futbolístico, que se compra con dinero a críédito.
Dos caras de la misma moneda ¿Hace falta señalar que el "euro" y la "Euro 2012" son caras de la misma moneda? Tanto, que se podrían señalar las semejanzas entre los clubes, que remuneran fastuosamente a algunos futbolistas, y los bancos, que gratifican en forma desmedida a ciertos ejecutivos.
La Eurocopa celebra la riqueza del fútbol europeo. Esto es apenas un aspecto de la situación global, ya que tambiíén asoma la fea cabeza del racismo, lo mismo que la corrupción de amaño de partidos en Italia y en Turquía, para mencionar únicamente los casos más flagrantes.
Este evento, uno de los más importantes del calendario futbolístico internacional, es una celebración de la riqueza del fútbol europeo (o por lo menos de sus ligas principales) justo cuando se abre paso la impresión de que buena parte de esa riqueza está asentada en una montaña de deudas y operaciones irresponsables o por lo menos demasiado onerosas.
El caso del Man United. El servicio de la deuda del Manchester United dificulta el refuerzo futbolístico.
A nivel de clubes (que aportan los jugadores en los que se basa el atractivo de este torneo y tambiíén otros semejantes en Amíérica y ífrica), el caso más notorio es el del Manchester United, propiedad de una familia de inversores estadounidenses, los Glazer.
El club, que estaba libre de deudas, cargó con la amortización de los críéditos bancarios que los Glazer tomaron para la compra, en la que invirtieron relativamente poco dinero propio.
Los 20 grandes contrastes del fútbol: grandes píérdidas en los clubes ingleses y ganancias en los alemanes.
Todo sumado, los 20 clubes más ricos de Europa generan ingresos de unos ?4.400 millones por año. Una enorme proporción de ese dinero va a parar a los bolsillos de sus jugadores, muchos de los cuales se quejan porque consideran que sus salarios son inadecuados.
Conviene recalcar que aquella cifra corresponde únicamente a 20 clubes. En la liga inglesa, los clubes pagan en salarios un promedio de 62% de sus ingresos. De esos 20 clubes, seis son ingleses, cinco italianos, cuatro alemanes, tres españoles y dos franceses.
Se trata, por supuesto, de países populosos, con economías fuertes en los que el fútbol está arraigado, aunque esto sea discutible en el caso de Francia.
Con y sin TV el Real Madrid y sobre todo el Barcelona nutren de jugadores a la selección nacional española.
Para completar el panorama, en España los dos gigantes negocian por su cuenta los derechos de televisión, dejando migajas para los otros clubes, varios de los cuales viven a salto de mata, con ingentes deudas ante el fisco y tambiíén con sus jugadores.
Todos están ahora pendientes de cómo la crisis bancaria y financiera podría afectar al mercado futbolístico, fuertemente dependiente de los críéditos bancarios para sus onerosas operaciones de compra de futbolistas y tambiíén la financiación de sus deudas.
Y este panorama a escala nacional alcanza por supuesto el nivel internacional, ya que cada selección representa las virtudes y defectos del sistema que los origina.
