La CAM en su semana de salida a Bolsa
La entidad sigue adelante con sus planes y esta semana se enfrenta a citas importantes en el calendario de la colocación. El martes se fijará el precio máximo del tramo minorista y concluirá el plazo para la formulación de mandatos de suscripción. El viernes concluirá el plazo para la revocación de mandatos.
El director general de la entidad, Roberto López Abad, salió esta semana a persuadir a los inversores y apostó por el íéxito de la operación. Además, quitó hierro a la rebaja del rating, que ha pasado de A+ a A. Standard & Poor's argumentó esta decisión en que 'su alta exposición a los promotores inmobiliarios, en particular en áreas costeras y financiación de suelo, y a las pequeñas y medianas empresas, hacen a la caja vulnerable al abrupto ajuste del sector inmobiliario'. La ríéplica de la CAM, en palabras de su consejero delegado, fue que 'evidentemente no es una buena noticia, pero hay que enmarcarla dentro de un replanteamiento que afecta a todo el sistema financiero español en su conjunto, y no a la CAM en particular'. Es más, en un ejercicio de desbordante optimismo, Abad afirmó que las expectativas son tener 'una colocación masiva'.
La CAM sacará al mercado 50 millones de cuotas participativas -acciones sin derechos de voto-, equivalentes al 7,5% del capital de la entidad financiera y a un precio de referencia que oscila entre los 5,84 y los 7,3 euros por cuota. Y esta banda de precios es la que suscita las mayores críticas de los analistas, más aún teniendo en cuenta la difícil situación de mercado para la banca.
'Por perfil de negocio, la CAM puede asemejarse a Sabadell, pero por valoración se aproxima más a Pastor o Bankinter', explica un analista. La banda orientativa de precios de la CAM supondría una capitalización para la caja de entre 3.893 y los 4.866 millones de euros, muy por encima de los 2.484 millones de euros que vale Bankinter o de los 2.124,89 millones de Pastor, lo que explica la presión del mercado para que la CAM salga a Bolsa al precio más barato posible. Así, de acuerdo con la horquilla de precios, la caja valenciana saldría a cotizar a un ratio PER de entre 9,3 y 11,7 veces, más cara en relación a la media inferior a las ocho veces que ronda la banca española tras los últimos descalabros bursátiles.
'La situación de mercado no es como para invertir en una caja de ahorros', reconocen en una gestora de fondos de un banco extranjero, que ha estudiado la colocación pero ha descartado acudir. 'El inversor institucional extranjero no muestra ningún interíés en las cuotas participativas', añade otro analista. Y anticipándose a la desfavorable percepción que tienen de las cajas de ahorros los inversores internacionales, el tramo institucional de la emisión de cuotas participativas está reservado sólo a inversores españoles, a los que se destina el 31% de la colocación. Otro 3,5% es para los empleados de la caja y el 65,5%, el grueso de la operación, se ha destinado al pequeño inversor. De hecho, la CAM cuenta con una gran baza para el íéxito de la colocación en el tramo minorista, su red de oficinas, que ya demostró su eficacia el pasado otoño cuando Santander, tambiíén en un momento de turbulencias financieras, colocó desde sus sucursales y entre su propia clientela una emisión de bonos convertibles por 7.000 millones de euros.