Tres escenarios para los mercados tras las elecciones griegas
Fuente: Expansión.com
El domingo se celebran las elecciones generales en Grecia ante la expectación del resto de Europa. Del resultado dependerá el futuro de la UE y los inversores contienen el aliento. Goldman Sachs plantea las consecuencias para los mercados de los distintos escenarios.
Para Goldman Sachs el escenario más probable es que el nuevo Gobierno salido de las urnas opte por mantenerse en el euro pero negándose a poner en marcha de modo incondicional el programa vigente por de EU/FMI. Buscaría suavizar el rescate. Esta situación llevaría a que cesaran las ayudas de la Troika, pero no constituiría la exclusión de Grecia de la zona euro, lo que permitiría a los bancos helenos seguir disfrutando de las ayudas del BCE. Este escenario es consistente con las previsiones macroeconómicas y los precios de los activos en Europa de Goldman Sachs.
Al mismo tiempo, el banco de inversión pronostica un lento progreso hacia una progresiva política de integración (de los mercados financieros y la regulación bancaria y de la coordinación fiscal) con el fin de crear un cortafuegos necesario para que la zona euro pueda resistir a una posible salida de Grecia en el futuro. Algo que podría comenzar en la próxima cumbre europea del 28 y 29 de junio.
En este escenario, la prima de seguridad de los bonos estadounidenses y alemanes se disiparía gradualmente, por lo que subirían su rentabilidad. Las bolsas probablemente subirían, pero inicialmente de forma moderada, ya que el escenario de díébil crecimiento se mantiene.
Goldman sitúa al índice Stoxx Europe 600 en 245 puntos a finales de agosto (actualmente está en 242) y en 290 en un año. En el caso del índice Eurostoxx 50 lo sitúan en 2.150 puntos a tres meses y en 2.800 a un año (actualmente en 2.142). En este proceso, la rentabilidad de los bonos a 10 años de Estados Unidos y Alemania debería superar el 2%, con un valor de mercado en el entorno del 2,5% en un horizonte de 2013.
2. Salida rápida
Una salida unilateral de Grecia que introduce su propia moneda. En ese caso, el BCE, presumiblemente, detendría las ayudas en euros al país. Grecia tendría cerrados los mercados de capitales, obligando al Gobierno a un balance de caja básico.
Todo ello podría provocar, según Goldman Sachs, un descenso del PIB del área euro en el entorno del 2%. Las expectativas del banco de inversión pasan por una respuesta política contundente. El golpe a las previsiones de beneficios probablemente haría que el índice Stoxx Europe 600 cayera hasta los 225 puntos, aunque la incertidumbre podría provocar mayores caídas y empujar a los tipos de los bonos de Estados Unidos y Alemania al 1,5% y el 1%, respectivamente. En el peor de los casos, el Stoxx Europe 600 podría desplomarse a los mínimos de 2009 (158 puntos).
3. Salida lenta
Grecia es excluida. No hay ningún mecanismo legal para forzar la salida de Grecia, pero en la práctica sería posible al negar a los bancos helenos las ayudas del BCE. Goldman Sachs considera que este escenario es menos probable que el primero y más que el segundo. Los países perifíéricos tendrían que tener la seguridad de que el BCE intervendría en el mercado de bonos para limitar el contagio ante una ampliación de los diferenciales. La probable caída de más de un 1% en el PIB ya estaría descontada por la renta variable aunque la incertidumbre podría provocar una brusca reacción inicial. Si la respuesta política es contundente, podría verse un fuerte rally desde niveles inferiores.
Desde la gestora Henderson Global Investors, Bill Stormont, director de renta variable europea, afirma que la salida de Grecia del euro no sería el “divorcio amistoso†que algunos aseguran. Para Stormont, los que argumentan que solo la salida de Grecia permitiría a la eurozona empezar el proceso de saneamiento y reconstrucción, con los miembros concentrados alrededor de un núcleo duro de ideas afines están equivocados. “Esta visión de color de rosa es peligrosa y podría precipitar el gran desastre que intenta evitarâ€, asegura. Para Stormont, entre la insistencia de Merkel en la austeridad y el rechazo de Alexis Tsipras, líder de Syriza (Coalición de Izquierda Radical), debería haber una solución intermedia, que podría llegar de la mano de Franí§ois Hollande.