Cambio de ciclo en los flujos de inversión exterior. Si hasta el año pasado, las empresas españolas habían continuado comprando activos en el extranjero -principalmente para diversificar riesgos ante el deterioro de la situación interna y en busca de nuevos mercados-, ahora está sucediendo justo lo contrario. Las empresas españolas están desinvirtiendo a marchas forzadas para obtener liquidez. De hecho, en el primer trimestre de este año la inversión en el exterior de las empresas españolas es negativa en 1.279 millones de euros.
Para hacerse una idea de lo que significa esta cifra, hay que tener en cuenta que en el mismo periodo del año pasado aún existía un flujo positivo de 11.155 millones de euros. Es decir, que, pese a la crisis, las empresas españolas continuaban invirtiendo fuera.
El año pasado, de hecho, la inversión española directa (la que tiene un carácter permanente y no es una mera inversión de cartera) ascendió a 25.472 millones de euros, la mitad que en 2008, que es cuando comienza a producirse un cambio de tendencia.
Pese a que el flujo fue positivo, sin embargo, ya el año pasado las empresas españolas comenzaron a recular presionadas por las dificultades en el mercado interior. Y según datos de la Secretaría de Estado de Comercio, las desinversiones ascendieron a 14.953 millones de euros. Casi el 40% de esas desinversiones se produjeron en el Reino Unido. En total, 5.548 millones de euros. Argentina (1.467 millones) y EEUU (1.265 millones) completan el trío de países en los que las empresas españolas han vendido más activos.
Estos tres países absorben, de hecho, el 58% de las desinversiones totales, que se concentran en tres operaciones de gran tamaño (relacionadas con la venta de la gestión de aeropuertos y actividades financieras y de seguros).
Según un economista especializado en canalizar inversiones de empresas españolas en el exterior, y viceversa, lo que está sucediendo se explica “porque hay que hacer caja†ante un entorno económico “cada vez más difícilâ€. Y lo mismo opina otro reputado economista acostumbrado a desentrañar las grandes cifras macroeconómicas. Las empresas españolas, en su opinión, “han sido expulsadas de los mercados de financiaciónâ€, y eso les ha obligado a vender sus activos exteriores. Sobre todo teniendo en cuenta su alto nivel de endeudamiento, lo que dificulta todavía más su financiación. “El dinero es caro y escaso, y no sólo para las grandes compañías como Telefónica o Repsol, sino tambiíén para las medianasâ€.
Falta de liquidez
En los últimos trimestres, multinacionales españolas como Ferrovial, Telefónica, Repsol, Banco Santander o ACS han acelerado su política de desinversiones en el exterior, principalmente en los mercados más líquidos en los que los precios son más elevados. No es el caso del mercado interior, donde las enajenaciones no son coherentes con la situación económica. Sin duda, debido a la falta de liquidez y las enormes incertidumbres sobre la situación económica.
Las empresas, como dice unas de las fuentes, están ahogadas por las enormes cargas financieras que soportan, y eso les obliga a vender sus participadas. “Y cuando dicen que venden por ser activos de carácter no estratíégico, en realidad están diciendo que no tienen liquidez para pagar sus deudasâ€. Y si España “tiene dificultades para levantar dinero en los mercados internacionales, no digamos las empresasâ€.
Aún así, España sigue siendo unos de los países del mundo con mayor inversión extranjera directa. En 2011, representa nada menos que el 50,6% del PIB, lo que da idea del grado de internacionalización de las empresas. Reino Unido, Holanda y EEUU es el destino preferido, aunque en el caso holandíés tiene que ver con que el país ofrece ventajas fiscales por lo que es realidad es un vehículo de inversión exterior. A continuación se encuentran Brasil, Argentina y Míéxico.
Hay que tener en cuenta que en 1996, que cuando comienza a intensificarse la presencia española en el exterior, el peso de las inversiones apenas ascendía al 3,6% del PIB, catorce veces menos que ahora.