Los accionistas de las empresas del Reino Unido podrán decidir la paga de sus directivos en una votación cada tres años, en virtud de una nueva normativa anunciada hoy por el Gobierno británico.
El ministro de Empresa, Vince Cable, presentó ante el Parlamento un plan que otorga al accionariado poder de veto sobre los salarios que se adjudican los ejecutivos.
Así, cada tres años votarán una propuesta salarial que las compañías deberán mantener por ese periodo, de modo que, si se quiere modificar, se tendrá que celebrar otra consulta con los inversores.
Solo se necesitará más del 50 % de los votos para que una propuesta salarial quede aprobada, por debajo del umbral del 75 % que pedía la oposición laborista, que tambiíén reclamaba que la votación se celebrase anualmente.
Bajo la nueva normativa, las empresas tendrán que especificar, dentro de su propuesta de salarios, los acuerdos de despido o renuncia firmados con sus directivos.
El plan presentado hoy responde a las numerosas protestas protagonizadas en los últimos meses por accionistas de empresas británicas, que en junta anual votaron en contra de numerosas propuestas salariales para sus directivos, si bien entonces el voto no fue vinculante.
Algunas de las empresas cuyos accionistas expresaron malestar por los altos sueldos pagados a los directores fueron el banco Barclays, la aseguradora Aviva, la minera Xstrata o la farmacíéutica AstraZeneca.
Con la reforma, que hace que los votos de los accionistas sobre salarios sean por primera vez vinculantes, "se garantizará un vínculo más claro y fuerte entre paga y rendimiento", subrayó Cable