Por... Mara Echeverría
En más de 250 años de historia minera, se calcula que se extrajeron en la región 1,500 millones de toneladas de hulla.
El “oro negroâ€, como se conocía al carbón de mineral, fue la actividad económica que hizo progresar la zona del Sarre, en el suroeste de Alemania, pero ahora, tras 250 años de producción, se pone fin a una era que marcó a la economía y la región.
El fin de la producción en el pequeño estado fronterizo con Francia, es el primer paso de una reestructuración de la industria Alemania, que a partir de ahora sólo extraerá mineral o hulla en la cuenca del Ruhr en Renania del Norte Westfalia, aunque sólo hasta finales de 2018.
El Sarre se adelanta a esa medida nacional y deja de producir carbón de mineral, pero toda una íépoca industrial no puede borrarse del paisaje, ya que las gigantes laderas explotadas y las torres de extracción continuarán visibles durante un tiempo, aunque sólo serán un recuerdo.
Algo que sus protagonistas asumen con sentimientos encontrados. “Veo el proceso con dolorâ€, cuenta el director del consorcio minero RAG, Bernd Tí¶njes. Cuando los mineros del Sarre vayan a cubrir su último turno, ello supondrá un punto final de la actividad en todo el territorio nacional.
“Queda la nostalgia de abandonar la tierraâ€, dice el presidente del consejo de empresa en la zona, Hans-Jí¼rgen Becker. “Sólo es una especie de liquidaciónâ€, afirma el director regional del sindicado IG BCE, Dietmar Geuskens, que considera comprensible la amargura de los mineros.
La minería en el Sarre estuvo vinculada a la prosperidad económica de sus habitantes, aunque tambiíén a una de las peores catástrofes de la historia del estado federado, cuando en febrero de 1962 una explosión en la mina Luisenthal mató a 299 mineros.
La región del Sarre quería poner como fecha para el “apagón minero†2018, pero el 23 de febrero de 2008 la tierra tembló a una magnitud 4.5 en la escala de Richter, un movimiento provocado por la actividad minera.
Se trató del sismo minero más fuerte de todos los tiempos en la región y dañó a miles de edificios, aunque no hubo heridos.
El entonces primer ministro del estado federado Peter Mí¼ller, de la Unión Democristiana, anunció de inmediato el cese de la actividad de extracción de hulla y posteriormente se decidió adelantar el fin de la actividad en la región a mediados de 2012.
La minería dio trabajo en la región, en sus mejores tiempos, a casi 70,000 personas, una cifra elevada para el pequeño estado. El ríécord de extracción se alcanzó en 1957, cuando se extrajeron 17 millones de toneladas.
En más de 250 años de historia minera, se calcula que se extrajeron en la región 1,500 millones de toneladas de hulla.
Hasta hoy trabajaban sólo unas 1,200 personas en la firma RAG y a ahora varios cientos de familias de mineros se mudarán a Renania del Norte Westfalia para continuar trabajando un par de años más para la empresa.
La primera ministra de la región, Annegret Kramp-Karrenbauer quiere sólo mirar hacia delante. Se trata “de dar forma a una íépoca despuíés del carbónâ€, asegura mostrando su comprensión por el sentimiento de tristeza de los afectados.
En tanto, el ex primer ministro regional Reinhard Klimmt considera importante mantener signos visibles de la actividad que marcó a la región.
