Por NATALIYA VASILYEVA
Trabajadores migrantes, algunos de ellos descamisados bajo el sol abrasador, recogen fresas en los campos de la granja estatal Lenin, que solía ser una empresa colectiva y ahora se ha erigido en una de las más exitosas en los alrededores de Moscú.
El director Pavel Grudinin dice que sus fresas son las mejores en la capital rusa porque llegan de la granja a los comercios en menos de 24 horas.
Pero como Rusia se incorporó la semana pasada a la Organización Mundial de Comercio, Grudinin se preocupa de que las reglas diseñadas para asegurar un comercio justo lo pongan en desventaja. Dice que le resultará difícil competir con productores de Estados Unidos y Europa que pueden ofrecer precios más bajos debido a que íéstos no tienen que lidiar con la corrupción y la burocracia.
Miles de negocios en Rusia temen que la nación, despuíés de 18 años de negociaciones, estíé por entrar en la OMC, que restringe los gravámenes de importación y los subsidios en un esfuerzo por equiparar el terreno para el comercio internacional.
El Parlamento debe aprobar la incorporación para el 10 de julio, algo que se da por descontado porque el presidente ruso Vladimir Putin -cuyo partido domina el Parlamento- dice que el ingreso en la OMC traerá mayores inversiones extranjeras y hará más competitivas las empresas rusas.
Grudinin cree que esas idealizaciones no toman en cuenta la carga de las incesantes inspecciones y revisiones oficiales.
"Es por eso que no somos competitivos", afirmó. "No recibimos mucho apoyo en comparación con los agricultores europeos y estadounidenses. Sería mejor que enfrentásemos primero la corrupción y despuíés nos incorporásemos a la OMC, y no a la inversa".
La corrupción es galopante en Rusia, que ocupa el puesto 143 sobre 183 países en el Indice de Impresión sobre Corrupción, de la organización Transparencia Internacional. Los negocios sobornan a policías y bomberos para que pongan fin a las inspecciones sorpresivas. Las compañías de electricidad y gas reciben pagos informales para un acceso más rápido a sus servicios.
Algunos grupos comerciales dicen que la afiliación a la OMC podría arruinar miles de negocios. Casi 100 líderes empresariales y grupos industriales firmaron una petición al partido gobernante Rusia Unida en la que le solicitaron a sus diputados votar contra la ratificación.
Pero los analistas creen que la entrada en la OMC servirá para liquidar los negocios ineficientes debido a que no podrán competir con las importaciones más baratas.