Por... BEATRIZ DE MAJO
China no solo cuenta con la masa poblacional de internautas más grande del mundo. Tambiíén se lleva el primer puesto en intensidad de actividad de las redes sociales. Más de 300 millones de seres están conectados en una de las múltiples facetas que allí tambiíén han adoptado las comunidades digitales. Estos usuarios gastan más del 40% de su tiempo en contacto con estos medios sociales y el crecimiento va en ascenso. ¡Un mundo por capturar!
La velocidad de su crecimiento tambiíén ha sido mayor que en Occidente, por ese apetito indetenible de los individuos que han sido oprimidos de explorar nuevas vías de comunicación con sus iguales. 18 meses antes del nacimiento de Twitter ya los chinos contaban con un sistema similar. Ello no es de extrañar, pues desde 1999 ya la mensajería instantánea se había vuelto cosa de todos los días.
El año pasado llegaron a 100 millones los usuarios de las redes sociales a travíés de los telíéfonos móviles y este número se irá superando en 30% de año en año.
Por extraño que pueda parecer, quienes estudian el fenómeno de la masividad china en el uso de estas herramientas de comunicación y de información le atribuyen a la desconfianza en sus instituciones el apego a estas novedosas formas de conectarse con la realidad. La falta de credibilidad en la información proveniente de la fuente oficial es la que ha dado sentido a un mecanismo imperfecto, sin duda, vulnerable al engaño, tambiíén, pero valioso y útil.
Una actitud suspicaz ante todo lo engañoso que proviene de las fuentes gubernamentales ha ido desarrollando en el ciudadano común la inclinación a creer más en lo que dicen e informan " friends and family ". Esto afecta incluso a la publicidad comercial privada que se considera tendenciosa. La prueba es que mientras en Estados Unidos 38% de los consumidores se inclinan a adquirir lo que les es recomendado, en China ese porcentaje se eleva hasta 68%.
Si bien este dinamismo es un signo de modernismo y progreso, la intrincada forma en que el mundo de las redes sociales se organiza es un quebradero de cabeza para quienes incursionan en el mercado chino. Una miríada de empresas compone el sector, con plataformas propias no solo a escala nacional sino regional. Y ello hace que se requieran recursos cuantiosos, avanzada experticia y socios locales para desenmarañar la complejidad de su relación con el usuario final.
El ambiente de competencia es feroz y son muchas las historias que se cuentan acerca las equivocaciones que cometieron grandes transnacionales que no lograron conjugarse con esta realidad particular y se estrellaron en el mercadeo de sus productos.
El reto es enorme para cualquiera nuevo en el terreno. Pensar que con el criterio de captación de Twitter, What's-up o Facebook se puede conseguir un compromiso del público en el medio chino puede ser una costosa equivocación, pero 300 millones de usuarios y consumidores potenciales, lo equivalente a la población entera de Francia, Alemania, Italia, España e Inglaterra, bien valen el intento.