No hablar con amigos sobre la situación económica. Vetado totalmente conversar sobre los mercados. La política, bien, sólo en determinados ambientes. Y el fútbol, conociendo bien al interlocutor. ¿Quíé restaba? Familia, tiempo y buscando siempre puntos en común para poder rescatar algunos temas (no con profundidad, naturalmente) que pudieran dar algo de color a la reunión.
Como se pueden imaginar, he aprendido mucho sobre conversaciones intranscendentes. De hecho, soy un experto en hablar durante horas de nada. Pero tengo muchos menos enemigos.
¿Les pongo un ejemplo? Ayer un interlocutor me espetó al acabar una comida con un “si lo llego a saber me ahorro venirâ€. Claro en este caso, como comida de negocios (entre amigos tambiíén hay comidas y reuniones de negocios) , no había mucha forma de escaparse de la realidad. Y lo intentíé, críéanme. Pero, de forma inevitable siempre acabábamos hablando de las nuevas medidas de ajuste del Gobierno, de la Crisis del Euro, del ajuste de tamaño de los mercados, del ajuste de tamaño y posible modelo de la banca (mundial), del riesgo de desaceleración mundial con Estados Unidos y China, del margen de políticas para contener este proceso…en fin, de temas donde el riesgo de caer en depresión es muy elevado.
Yo, lo admito, siempre intento ser realista: la Crisis del Euro es política, luego la solución a largo plazo tiene que serlo mientras a corto sólo debemos sufrirla. Nos enfrentamos a un escenario de desapalancamiento en los países desarrollados que limitará su demanda y cuya consecuencia es inestabilidad estructural (ajuste tambiíén de tamaño) de los mercados; la financiación es y será una cuestión compleja en unos mercados financieros que se contraen y dominados por la aversión al riesgo; los bancos centrales pueden expandir de forma indefinida su balance sólo para dar tiempo a los ajustes (a largo plazo…veremos como drenamos toda esta liquidez) nos enfrentamos a periodos alternativos de estancamiento y recesión.
En España, además, nos enfrentamos a una crisis de confianza y descríédito. Y todo ello, bajo el riesgo de accidentes que hay que evitar o al menos sortear para delimitar su daño.
¿Lo ven? es mejor hablar de temas intranscendentes.
El resto, por lo que respecta al negocio, debes saber a quien tienes delante. En la mayoría de los casos acabas en una sesión de terapia de grupo.
Si han podido aguantar todo lo anterior, ahora sólo resta hablar de las medidas aprobadas ayer por el Gobierno. Como conclusión, medidas que son imprescindibles para cumplir con la “condicionalidad†que exige Europa pero sujetas a debate con respecto a la recuperación de la credibilidad por parte de los inversores internacionales. Lamentablemente, perder la confianza es fácil, recuperarla es tremendamente complejo.
Podemos hablar de dos tipos de medidas: de ajuste fiscal y tambiíén estructurales. Entre las primeras, sin duda, subidas de impuestos (IVA y especiales) y recortes de gastos (salarios públicos, subsidios y beneficios). Entre las estructurales, recorte (retoque más bien) de las prestaciones de desempleo, menores cotizaciones sociales para las empresas, privatizaciones, ajustes en el sector de la energía y liberalización de servicios profesionales. La lista detallada la conoceremos a final de julio, con el presupuesto plurianual al que obliga la Comisión Europa. Mientras, este próximo viernes se pueden ya aprobar alguna de ellas. Como sería la subida del IVA.
Al final, un ajuste fiscal conjunto equivalente a un objetivo de 65 bn.EUR en los próximos dos años y medio. Suficiente, en teoría, para reconducir el díéficit público desde el 8.9% del PIB en 2011 hasta el 2.8% objetivo para 2014.
Se traspasa la “línea roja†marcada por el Gobierno del IVA y una parte del gasto público estructural (desempleo y salarios): un mensaje claro al mercado y especialmente a nuestros socios europeos de la disciplina y disposición a los ajustes. Y se toman medidas claras para proteger el nuevo objetivo de díéficit público este año. Medidas con un evidente impacto económico negativo que está por conocer. Probablemente, tambiíén medidas que amenazan el nuevo objetivo oficial de crecimiento nulo en 2013. Ya veremos.
Se avanzan muchas medidas estructurales y ajustes adicionales del tamaño del sector público. Pero en la mayoría de los casos, sin mucha concreción. O directamente sin calendario de aplicación. De hecho, debería ser el principal objetivo para el presupuesto plurianual de final de mes: poner fechas y valor individualizado a las medidas de ajuste fiscal.
Naturalmente, echo en falta otras medidas de ajuste estructural como nuevos pasos en la reforma del mercado de trabajo, pensiones y unidad de mercado. Tambiíén detallar el control efectivo que se aplicara a las CCAA, considerando que el Gobierno ya reconoce que un buen número de ellas incumple los objetivos de díéficit en la primera parte del ejercicio.
Quizás hoy tengamos más información en la reunión entre el Gobierno y las CCAA. No me olvido, no podría hacerlo, del resto del gasto estructural además de los salarios públicos. Desempleo, pensiones y ajustes de tamaño del empleo público.
“Un paso importanteâ€, lo ha considerado la Comisión Europea. Debe serlo, puesto que muchas de las medidas eran demandadas como condición a la recapitalización de la banca. Pero, ¿medidas suficientes para merecer la compra de deuda por el EFSF bajando de esta forma la prima de riesgo? Ayer se relajó otros 20 p.b. sumando ya un descenso de 50 p.b en dos días. No es suficiente. Quizás lo consigamos a travíés de Italia, si su Gobierno se decide a pedir oficialmente la intervención del ECB en el mercado.
Por cierto, que buen tiempo hace…¿verdad?.