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El gobierno japoníés estudia a partir de hoy el plan de reforma elíéctrica, a fin de paliar las consecuencias negativas en el sector tras el accidente en la central nuclear Fukushima en 2011.
Una nota del diario Nikkei reveló que el proyecto contempla separar la generación de electricidad de la transportación, con el propósito de promover la competitividad y terminar con el dominio único de las empresas controladoras del mercado.
Con esas medidas, la administración pretende reducir la dependencia de las plantas generadoras de energía atómica y disminuir los riesgos, sobre todo despuíés del terremoto y tsunami de 2011, causantes de la catástrofe en la central de Fukushima y del paro nuclear del país.
Japón enfrenta serios problemas energíéticos, ya que la desconfianza generada por el incidente en Fukushima obligó al gobierno a desconectar la totalidad de los reactores nucleares, encargados de producir un 30 por ciento de la energía consumida en esta nación.
Para hacer frente al aumento de la demanda durante los meses de verano, el gobierno nipón aprobó una serie de medidas encaminadas a reducir el consumo y en función de la capacidad de suministro de las siete compañías elíéctricas afectadas