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Autor Tema: Novedoso programa ecuatoriano para combatir la fuga de cerebros...  (Leído 320 veces)

OCIN

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Por...   GONZALO SOLANO



QUITO -- Galo Guarderas, un respetado profesor universitario de electrónica, dueño de una maestrí­a, se dispone a pasar varios años en España estudiando para sacar un doctorado en ingenierí­a fotovoltaica, un campo vital para el aprovechamiento de la energí­a solar y aún más en un paí­s como Ecuador, ubicado en la mitad del mundo.

La carrera costará 150.000 dólares, pero Guarderas no abonará un centavo, pues su paí­s está haciíéndose cargo de los gastos.

Guarderas es parte de un nuevo programa que aspira a darle a Ecuador la posibilidad de competir a nivel mundial. A cambio, se le pide a los beneficiarios que trabajen para el gobierno dos años por cada año de estudio.

"Debo estar cinco años en España. Debo hacer primero una maestrí­a en energí­a fotovoltaica que estíé avalada por la Unión Europea, y luego debo estudiar el doctorado", dijo Guarderas a la AP.

Los costos de esa maestrí­a en Europa llegan a 40.000 euros (51.200 dólares) y del doctorado a 78.000 euros (99.840 dólares), imposibles de sufragar para un profesional ecuatoriano. Para pagar su formación, Guarderas deberá trabajar 10 años para el estado ecuatoriano.

El presidente Rafael Correa tiene dos objetivos con este programa: impedir la fuga de cerebros ante la falta de oportunidades del paí­s y fomentar la formación de personas con conocimientos avanzados.

"Sin talento humano, Ecuador no saldrá adelante, no tenemos una masa crí­tica (mí­nima) de profesionales de cuarto nivel que empuje el desarrollo del paí­s", sostuvo el mandatario. Agregó que en estos programas "está el futuro, estas cosas son las que nos deben unir: excelencia, talento humano, ciencia y tecnologí­a, para el futuro, para el buen vivir, para el desarrollo".

El viceministro de Ciencia e Innovación, Híéctor Rodrí­guez, dijo a la AP que "es una estrategia de desarrollo a largo plazo que implica en un primer momento lograr la transferencia de conocimiento y de tecnologí­a, para que sirva de base hasta cuando logremos nosotros generar tecnologí­a".

El proyecto de becarios arrancó en el 2010 con 285 beneficiados y se espera que este año totalicen 2.000.

El gobierno dijo que no hay cupos, que se otorgará este beneficio a todo el que reúna los requisitos, por el tiempo que sea necesario.

Tambiíén indicó que aportará hasta 250.000 dólares para estudiantes universitarios del ciclo básico que son aceptados en alguna de las 50 mejores universidades del mundo.

Igual que los profesionales, estos estudiantes deberán servir dos años para el gobierno por cada año de estudio.

El proyecto contempla asimismo la importación de cerebros y hasta el momento ha logrado reclutar a 100 profesionales: 50 ecuatorianos que trabajaban en el exterior y 50 extranjeros.

A cada uno de ellos les paga salarios de 6.000 dólares mensuales, lo cual a nivel internacional no pareciera atractivo, pero que alcanzan para llevar un buen nivel de vida en Ecuador, debido al menor costo y las condiciones sociales y ambientales.

Unas 1.500 postulantes de España, Estados Unidos y otros paí­ses, han presentado sus hojas de vida y esperan una respuesta de Ecuador.

"En Latinoamíérica no hay experiencias similares", dijo el director de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), una universidad de posgrado, Juan Ponce.

Expertos internacionales en temas de educación dicen que hay muy pocos programas en el mundo que busquen limitar el riesgo de que los especialistas formados en el exterior decidan no regresar al paí­s porque consiguen trabajos mejor remunerados afuera.

"Este tipo de programas a menudo se quedan cortos, porque ni el gobierno ni la economí­a local puede ofrecer empleos satisfactorios para los investigadores que regresan", explicó Allan Goodman, presidente del instituto de Educación Internacional, sin fines de lucro y con sede en Nueva York. "Esto parece ser diferente. Hay una verdadera integración entre la educación y el trabajo, de una manera que no veo en muchos paí­ses".

Para asegurarse de que los becarios regresan al paí­s, se les exige firmar un contrato que nombra garantes personales, por lo general padres o familiares, o tambiíén pueden ser garantí­as fí­sicas como propiedades. Si el becario deserta a medio camino, los garantes deben pagar lo invertido hasta ese momento.

Guarderas, por ejemplo, dice que luego de completar sus estudios en la universidad Politíécnica de Madrid piensa reincorporarse a la docencia universitaria y de postgrado en la Escuela Politíécnica del Ejíército (universidad estatal), donde prestaba sus servicios. No se conoce cuánto le pagarán a su regreso despuíés de casi cinco años, pero se espera que sea lo suficiente como para dedicarse a tiempo completo a la docencia de postgrado.

Brasil tambiíén tiene un programa de becarios, aunque no es tan completo. Quiere enviar al exterior 100.000 estudiantes, un 75% financiados por el estado y el resto por la empresa privada. No tienen obligación de retornar a ese paí­s y devengar la beca.

El ministro de educación brasileño Aloizio Mercadante declaró hace poco a la prensa que su gobierno no tiene problema si el estudiante se queda en el exterior porque le da a su paí­s y a sus instituciones cientí­ficas contactos con esas naciones.

Correa predica con el ejemplo. Luego de graduarse como economista en Ecuador, obtuvo una maestrí­a en la universidad de Lovaina, en Bíélgica, y más tarde un doctorado en la universidad de Illinois Urbana-Champign, de Estados Unidos. Pero no se radicó en el extranjero sino que regresó al paí­s, se dedicó a la investigación y docencia universitaria y finalmente derivó a la polí­tica.

El mandatario es un lí­der políémico, un izquierdista que usa mano dura para combatir lo que considera una prensa hostil, a la que acusa de ser un instrumento de la oligarquí­a. Combate la influencia de Washington en Amíérica Latina y tiene buenos tratos con naciones como Irán, Rusia y China, paí­s este último que compra la mayor parte del petróleo ecuatoriano.

Al mismo tiempo, lidera el gobierno más estable que tiene Ecuador desde 1995 y goza de un í­ndice de aprobación de más del 70% gracias a un generoso programa de gastos sociales, en el que la educación es la prioridad. El año que viene buscará la reelección.

Su programa para traer gente preparada al paí­s tiene sus crí­ticos.

Milton Luna, director del Contrato Social por la Educación, dijo a la AP que "con esto, la educación se está haciendo cada vez más elitista".

Esa institución es un foro integrado que agrupa a una docena de instituciones y organizaciones relacionadas con la educación, que incluso ha sido consultor en varias ocasiones del ministerio de Educación.

"Con todos esos recursos que el gobierno invertirá en formar un grupo de profesionales en el exterior se puede lograr grandes beneficios para miles y miles de jóvenes y profesionales si se invierte para mejorar el nivel de las universidades ecuatorianas", señaló.

Añadió que le "parece que el mensaje que está dando el gobierno a travíés de estos procesos es muy desfavorable para las universidades ecuatorianas, porque les está diciendo: a los mejores les mando fuera porque no puedo dejarlos aquí­, es una mensaje de desconfianza para la universidad ecuatoriana".

"Queremos lograr una transformación radical ... y pasar de ser un paí­s exportador de primarios a un paí­s intensivo en conocimiento", dijo el viceministro Rodrí­guez, soñando con un paí­s al que está ayudando a construir.

Más de 150.000 estudiantes se presentaron al examen para seleccionar becarios para el ciclo básico universitario y 713 fueron elegidos.

Uno de ellos fue Juan Castro, de 17 años, quien desde pequeño mostró una inusual curiosidad para saber cómo funcionaban las cosas. Desarmaba juguetes y más tarde los aparatos electrónicos de su casa.

Su familia, de clase media, no contaba con los recursos necesarios para enviarlo al exterior y menos, como ahora, a cualquiera de las mejores universidades del mundo.

"Quiero ser un investigador. Un fí­sico puro se encarga de investigar, de crear tecnologí­a, de crear energí­a. Ecuador necesita nuevas fuentes de energí­a. Me encantarí­a descubrir alguna fuente de energí­a alternativa que revolucione lo actual", dijo el joven.

Entre las alternativas que analiza para su futura formación profesional están ir a Estados Unidos, Francia o Canadá.

Aún no hay resultados notables de este grupo de profesionales, porque el proceso se inició hace un año. En tres años se esperan ver cambios.

"No queremos ganar un premio Nobel, pero sí­ queremos cambiar la situación de nuestro paí­s, engancharnos con la modernidad", dijo Rodrí­guez.

Ecuador es un exportador de materias primas como el banano -del cual es el primer vendedor mundial-, petróleo, cafíé, camarones y otras. En el 2011 Ecuador exportó un total de 22.292 millones de dólares, de los cuales un 77% correspondió a productos primarios, principalmente petróleo, y 23% a manufacturados, principalmente sombreros, elaborados de cacao y de productos del mar.


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