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Autor Tema: El rol de Brasil en la economí­a mundial...  (Leído 186 veces)

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El rol de Brasil en la economí­a mundial...
« en: Julio 20, 2012, 09:53:09 am »
Por...  Carlos Pio
 


Se ha puesto de moda últimamente unir a Brasil, Rusia, India y China bajo el acrónimo BRIC. La verdad es que los paí­ses BRIC no sólo difieren en el poder polí­tico que cada uno de ellos tiene en el escenario mundial, sino tambiíén cuando se toma en cuenta el tamaño de sus economí­as.

Incluso considerando la estructura económica altamente interdependiente del mundo contemporáneo, si un paí­s quiere tener impacto en los niveles globales de crecimiento, necesita ser un importador y exportador importante de bienes, servicios, capital o recursos humanos. No parece haber duda de que EE.UU., China, la Unión Europea, Alemania y Japón son protagonistas globales desde este punto de vista. Rusia y un puñado de otros paí­ses exportadores de petróleo tambiíén pueden incluirse en este club de los relevantes, si aceptamos el rol clave de la energí­a en la ecuación de relevancia. Y la India es importante por el tamaño potencial de su mercado de consumo interno.

Pero Brasil, la B en los BRICs, no lo es.

Brasil se ha convertido en un actor importante en los foros mundiales, no por el tamaño de su economí­a —la sexta del mundo—, ni por los recursos de poder que no posee, como armas nucleares. El ascenso de Brasil ha sido producto casi exclusivo del talento de sus diplomáticos, que, en múltiples campos, han influenciado las percepciones de sus colegas de tal forma que logrado llevar al paí­s a niveles de relevancia más altos. Desde el punto de vista económico, por ejemplo, las importaciones y exportaciones de Brasil constituyen una fracción relativamente pequeña de su producto, y el paí­s no exporta nada que sea esencial para el crecimiento económico de otro paí­s, ni siquiera soya o minerales para China.

De acuerdo con un informe de la Organización Mundial del Comercio, los principales exportadores de mercancí­as en 2010 fueron China (US$1,58 billones, o 10% de todas las exportaciones mundiales), EE.UU. (US$1,28 billones, el 8% del total mundial), Alemania (US$1,27 billones, el 8% del mundo), Japón (US$770.000 millones, el 5% del mundo) y Holanda (US$572.000 millones, el 3,8% del mundo). Brasil, con US$202.000 millones o el 1,3% del mundo, ocupa el puesto 22 de la lista, detrás de Míéxico y Australia.

El mayor importador del mundo era EE.UU., con compras externas por US$1,97 billones, 13% de las importaciones mundiales. Lo seguí­an China (US$ 1,4 billones, 9% del total mundial), Alemania (US$ 1,07 billones, 7% del mundo), Japón (US$ 693.000 millones, un 4,5% de mundo) y Francia (US$ 606.000 millones, 4% del total mundial). Brasil, con US$191 millones equivalentes a 1,2% del mundo, ocupa solo el sitio 20.

Los datos indican que no es tan convincente el supuesto poder de la economí­a brasileña. Es verdad que algunas empresas, como Petrobras, Vale, Embraer, JBS y Ambev, son competidoras mundiales en sus campos. Tambiíén es cierto que las exportaciones brasileñas son lí­deres en algunos subsectores, como: los jets regionales, la carne de res, los pollos, el jugo de naranja, el azúcar, el cafíé, la soja, el mineral de hierro, el cobre y el combustible de etanol. La ironí­a es que, como la gran mayorí­a son exportaciones tradicionales, no son favorecidas por subsidios del gobierno ni por regulaciones de infraestructura, ni tampoco son inducidas a aumentar su valor agregado, dado el caótico ríégimen tributario del paí­s. Todos en Brasil parecen igualmente convencidos de que el paí­s debe alejarse de las exportaciones tradicionales y exportar bienes con mayor valor agregado. Por desgracia, la mentalidad imperante —vigente desde hace 70 años, con un breve paríéntesis a mediados de los noventa— es que el gobierno a priori elija ganadores y los alimente con una receta de protección comercial, incentivos fiscales y críédito subvencionado.

Cualquier persona que estíé en sintoní­a con las explicaciones contemporáneas de la riqueza y la pobreza de las naciones podrá predecir los resultados de esta intromisión estatal en el mundo de los negocios: ausencia de innovación y espí­ritu empresarial, creciente demanda de las empresas de seguir siendo alimentadas como bebíés, amiguismo y corrupción.

El crecimiento de Brasil va a ser irregular y a menudo bajo. Eso me permite tambiíén decir que Brasil no le va a hacer mucho daño a la economí­a mundial.

Tal vez deberí­amos centrar los análisis en los RICs. Mientras lo hacemos, percibiremos que Rusia e India tampoco son muy significantes. Todo dependerá de China.


•... “Todo el mundo quiere lo máximo, yo quiero lo mínimo, poder correr todos los días”...
 Pero nunca te saltes tus reglas. Nunca pierdas la disciplina. Nunca dejes ni tus operaciones, ni tu destino, ni las decisiones importantes de tu vida al azar, a la mera casualidad...