La Fiscalía portuguesa ha abierto una investigación sobre el proceso de privatización, en el último año, de dos grandes compañías lusas: las elíéctricas EDP y REN, adquiridas por entidades chinas.
Las autoridades investigan "la intervención y conducta de algunos de los asesores financieros" contratados por el Estado para ese proceso, según indicó a EFE un portavoz del Ministerio Publico luso.
Aunque el caso no afecta al resultado de las ventas ya ejecutadas, el objetivo, agregó, es aclarar si hubo participantes en las gestiones que incurrieran en delitos cuando prestaban sus servicios.
Apenas se ha divulgado información oficial sobre la investigación, pero la prensa económica portuguesa ha asegurado que se debe a una denuncia por presunto trafico de influencias.
Según la Fiscalía, el caso se enmarca dentro de la llamada operación "Monte Blanco", iniciada en junio de 2011, con la que se desmanteló una red de blanqueo de capitales con conexiones entre Portugal y Suiza.
La Policía Judicial lusa ha hecho inspecciones en las sedes de Parpública -la sociedad que concentra las acciones estatales en diversas empresas- y las filiales especializadas en Inversión del Banco Espírito Santo (BES) y la estatal Caixa Geral de Depósitos en busca de documentos.
El diario "Jornal de Negocios" apunta hoy que entre los supuestos sospechosos hay ejecutivos de esas entidades financieras lusas.
Los resultados de las privatizaciones de la elíéctrica Energías de Portugal (EDP), una de las mayores empresas lusas, y de Redes Energíéticas Nacionales (REN, gestora del sistema luso de transporte de gas y electricidad), fueron anunciados en noviembre del año pasado y febrero de 2012, respectivamente.
El 21,35 por ciento que salió a la venta de EDP, compañía con subsidiarias en España, Brasil y EEUU, fue adquirido por la china Three Gorges por 2.693 millones de euros más otros 6.000 millones en inversiones y críéditos.
En el caso de REN, con una participación cruzada con su similar española REE, el 40 por ciento colocado en el mercado se adjudicó por 592 millones de euros a otras dos entidades estatales extranjeras, la tambiíén china State Grid y la omaní Oman Oil.
El Estado luso se desprendió de sus participaciones en ambas compañías para cumplir el programa de privatizaciones acordado con la UE y el Fondo Monetario Internacional en el marco de su rescate financiero