ACS ha conseguido liberarse del yugo que suponía la deuda financiera vinculada a la participación en Iberdrola. La constructora presidida por Florentino Píérez ha alcanzado un acuerdo con Natixis para refinanciar el equity swap o contrato de derivado a travíés del cual tenía un 5% de la elíéctrica. Lo más relevante es que no tendrá que aportar más garantías por la caída de la acción.
De esta manera, ACS repite el movimiento anunciado hace ahora diez días con Sociíétíé Gíéníérale, al que le ha cedido un 8,25% de Iberdrola. El pasado 13 de julio, el holding controlado por los March y los Albertos anunció que había renovado un críédito de 1.600 millones de euros -antes en manos de BBVA y de Bankia- con el banco francíés. La deuda con los bancos españoles le obligaba a poner más dinero cuando saltaban los conocidos margin call, o cláusulas por las cuales el prestatario tiene que aportar más garantías si la acción pignoraba en el críédito caía por debajo de un cierto nivel. Esta cláusula desaparece en el príéstamo con SG.
Lo mismo ocurría con el 5% que tenía a travíés del derivado con Natixis, renovado en numerosas ocasiones desde que ACS iniciara su fallida conquista del grupo energíético. La última vez fue en febrero, momento en el que las partes rebajaron el margin call desde los 4 hasta los 2,88 euros. ACS consideraba que ese ajuste de la cláusula sería más que suficiente para no tener tirar de chequera con garantías adicionales.
Sin embargo, el brusco descenso en bolsa de Iberdrola, que ayer llegó a caer hasta los 2,7 euros, ha obligado a la constructora a darle otra vuelta de tuerca a su posición accionarial. La compañía ha acordado con Natixis refinanciar el equity swap con la condición principal de que no lleve incluidos más margin call. De esta manera, ACS elimina la necesidad de aportar garantías adicionales en el caso de que la cotización de la elíéctrica bajase aún más de los niveles actuales.
Para Florentino Píérez, estas dos transacción garantizan “una financiación estable a largo plazo de la inversión de ACS en Iberdrola.. se limita la exposición económica a la baja, al tiempo que le permite beneficiarse de la revalorización de la acción de la elíéctricaâ€, según el comunicado enviado a mediados de julio para explicar el acuerdo con Sociíétíé Gíéníérale.
Fuentes financieras indican que la renovación con Natixis tambiíén se hace por un periodo de tres años y que el acuerdo va acompañado de una estructura de derivados para que el banco francíés cubra su posición de riesgo.
Posición global y venta
Las dos refinanciaciones no vencen hasta 2015, lo que a priori da un profundo respiro al holding controlado por Corporación Financiera Alba. Sin embargo, fuentes próximas a los principales accionistas de ACS admiten que el objetivo de la compañía es ir deshaciendo su participación, que ahora es tan solo del 6,6%. De ese paquete, casi un 5% es la posición con Natixis, que tambiíén podría quedarse con las acciones para venderlas de forma provisional como ha hecho Sociíétíé Gíéníérale. Si así fuese, apenas tendría un 1% de Iberdrola en sus manos.
Para ACS, la guerra con Ignacio Sánchez Galán ha dejado de tener sentido tras seis años sin entrar en el consejo de administración y ejercer sus derechos como primer accionista (alcanzó el 20% a finales de 2010). La situación va a empeorar próximamente, ya que el Gobierno volverá a instaurar el límite de no poder votar por encima del 10% del capital con independencia de la participación. Esta barrera fue eliminada por el PSOE con el apoyo de CiU y la abstención del PP en la conocida como enmienda Florentino.
Por ese motivo y por el coste financiero que le ha supuesto el frustrado asalto –con garantías y ajustes contables de más de 1.500 millones-, ACS tiene decidido que lo más adecuado es volver a sus negocios de toda la vida, la construcción y las infraestructuras. De esta manera, el grupo, con 10.000 millones de deuda, pretende tranquilizar a los inversores, que han llevado la cotización hasta mínimos de abril de 2003. En lo que va de año ha perdido un 50%.