El riesgo-país español se ha disparado 100 puntos básicos en seis sesiones. Pero el dinero que los inversores han puesto encima del tapete es mínimo: menos de 150 millones de euros.
El riesgo-país está desbocado, el pasado viernes traspasó la cota de los 600 puntos en el bono a 10 años. La rentabilidad de la deuda con vencimiento en enero de 2022 superó el 7,2% y hoy, el 7,5%, ríécord desde octubre de 1996. Entretanto, el bund alemán a 10 años ofrece un 1,1%, mínimo histórico.
La primera consecuencia de esta situación está más que clara: Alemania se financia a precio irrisorio, mientras España paga precios de hace 16 años. Pero, más allá de esta realidad, el hecho es que el mercado está roto: la prima es una suerte de entelequia, ya que apenas hay volumen en el mercado de renta fija pública española.
Las diferencias entre los precios de compra y de venta son espectaculares. En el vencimiento de 2022, los compradores están dispuestos a adquirir deuda con una rentabilidad del 7,52%, pero los vendedores solo ofrecen los títulos al 7,37%, según Bloomberg. La diferencia es de 15 puntos básicos: una autíéntica barbaridad. En el bund germano con vencimiento en mayo de 2022, por ejemplo, las diferencias son mínimas (1,413% frente al 1,411%).
El volumen en circulación del bono español alcanza los 13.375 millones de euros y el del alemán, los 20.000 millones. Pero los importes que mueve la deuda nacional en el mercado secundario son ridículos: el viernes se cruzaron 41,5 millones de euros en el español en el bono a 10 años en las operaciones de compraventa simple al contado -sin incluir repos-, con un importe total en todos los plazos de 779,4 millones de euros, según el boletín de operaciones del Banco de España. El jueves, incluso, se negoció menos dinero: 25 millones en el vencimiento de 10 años y 600 millones en total.
Las cantidades de las últimas sesiones son nimiedades en comparación con el pasado reciente. En 2011, la media diaria de negociación al contado en el mercado de deuda pública rozaba los 7.000 millones de euros. En 2010, se situaba muy cerca de los 5.000 millones, según datos recopilados por Bolsas y Mercados Españoles (BME). En las últimas semanas lo raro es que se superen los 1.000 millones de euros.
Así, desde el cierre de la prima de riesgo del viernes 13 de julio (540 puntos) hasta el nivel actual, que ronda los 640 puntos, el volumen negociado de operaciones de compraventa simple al contado ha sido de 136 millones. Con lo que se lleva negociado hoy (menos de 10 millones), la cantidad se situaría por debajo de los 150 millones, según un operador de renta fija.
"Ni hay profundidad mercado ni hay visos de que la haya, a menos de que el Banco Central Europeo (BCE) o el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) se decida a intervenir en un mercado que es un erial", explican fuentes financieras.
Como quedó probado en las subastas de deuda a corto y medio plazo del Reino de España durante la semana pasada, la demanda extranjera de deuda española es inexistente. Los bancos españoles salieron al rescate del Tesoro, comprando la mayor parte del papel en las emisiones. Las mayores dificultades se detectaron en la subasta del pasado jueves, cuando se vendieron bonos a dos, cinco y siete años. En este último plazo la presión de la demanda fue mínima.
"La subasta de deuda a medio plazo de la semana pasada fue calamitosa. En los vencimientos de corto plazo sí hubo cierta demanda, lo que permitió salvar el objetivo total de colocación. Pero en el tramo a siete años los creadores de mercado se vieron obligados a regalar unos 20 puntos básicos a los compradores. Momentos antes de la subasta, la referencia a ese plazo se movía en torno al 6,5% y ellos han colocado los bonos al 6,7%. Por supuesto, los inversores extranjeros ni se acercaron", explican desde la mesa de renta fija de una gran bróker del mercado de deuda soberana.
La buena noticia es que, al igual que con poco dinero se puede disparar la prima de riesgo 100 puntos básicos, tambiíén con una cantidad mínima se podría revertir la situación. "Con 200 millones de euros podrían lograrse importantísimas mejoras de la prima de riesgo y de la rentabilidad de los bonos", señala otro operador de renta fija. "El hecho es que los precios del secundario son poco menos que ficticios, debido a la mínima liquidez, pero es cierto que el Tesoro se ve obligado a salir al mercado al precio que marca el secundario. Y esto sí tiene una influencia real en el coste de financiación de España", añade.