El mayor banco europeo reduce su exposición al Gobierno y las entidades españolas
Londres Roberto Casado
Stuart Gulliver, consejero delegado de HSBC, cree que "los líderes europeos van a tomar las medidas necesarias para mantener el euro", pero ante la incertidumbre existente, el grupo británico tiene 150.000 millones de dólares (122.350 millones de euros) de liquidez aparcados en los bancos centrales.
En la presentación de los resultados del primer semestre, HSBC ha explicado que el elevado volumen de depósitos mantenido en las instituciones monetarias "es sintomático de que el sistema financiero no está intermediando los fondos que capta hacia actividades productivas. La falta de demanda de críédito, la aversión al riesgo y la presión regulatoria para aumentar capital son factores que explican esa situación".
Pese a la confianza en el futuro del euro, HSBC cree que los países que utilizan esta moneda cerrarán 2012 en recesión y el banco ha creado un equipo para preparar la posible ruptura de esa unidad.
El denominado "grupo ante una gran incidencia en Europa" tiene la función de preparar planes operativos en caso de que se materialice un "escenario adverso" en Europa. "Los principales focos son Grecia y España, aunque se consideran escenarios adicionales", dice el banco.
En el primer semestre de 2012, HSBC redujo su exposición al Gobierno y los bancos españoles en 900 y 800 millones de dólares, respectivamente. Pero elevó sus críéditos a empresas en 1.800 millones de dólares, sobre todo porque varios clientes utilizaron algunas garantías y líneas de críédito pactadas anteriormente con el banco. Al final de junio, HSBC tenía una cartera total de 12.400 millones de dólares en España.
"Nuestra visión actual es que tendría más impacto para HSBC una salida del euro de España, Grecia o Italia que las de Portugal, Irlanda o Chipre".
El beneficio neto del grupo HSBC en el primer semestre se situó en 8.438 millones de dólares, un 8,4% menos. El grupo tuvo un coste de 2.000 millones de dólares por el pago de compensaciones a clientes británicos (1.300 millones) y por la investigación en Estados Unidos sobre la utilización de la entidad para blanquear dinero procedente del tráfico de drogas (700 millones).