Bill Gross a los inversores: "Mantíéngase fuera de Europa"
Alain Galibert, ígora Finanzas
El último mensaje del gurú Bill Gross a los inversores es que no hay que meter dinero en Europa porque no vamos a salir de nuestra crisis de deuda en un futuro previsible.
Gross, fundador y codirector de inversiones de Pimco, la mayor gestora de deuda del mundo, escribió el lunes en un artículo en el Financial Times que el objetivo último de los líderes europeos es poner sus manos en el dinero del sector privado, porque saben que lo van a necesitar para financiar la economía europea. El ritmo actual del gasto público es insostenible y los esfuerzos para arreglar la crisis de deuda han sido, y serán, inútiles.
Los políticos europeos se enfrentan a una expansión sin precedentes de las primas de riesgo y a rebajas de rating, que "casi garantizan que los países enfermos nunca podrán salir de la unidad de cuidados intensivos", añade. Y advierte a los inversores que no compartan su dinero con ellos.
"Los inversores se distraen con los cientos de miles de millones de euros en cheques a los países, promesas que sirven para los titulares pero olvidan que sus billones son el objetivo real", según Gross. "Hasta Hollande en la izquierdista Francia reconoce que el sector privado es crítico para el crecimiento futuro de la UE. Sabe que, sin su cooperación, una financiación en un solo sentido vía bancos estatales y bancos centrales llevará inevitablemente a unos elevados ratios de deuda sobre PIB y a un círculo vicioso de recesión".
"Pssst... inversores: ¡Mantíénganse al margen, amigos míos!", concluye.
No parece probable que la crisis en España e Italia se resuelva pronto, y los inversores que se centran en el 7% de rentabilidad de nuestros bonos no están captando lo importante: Europa puede ser incapaz de devolver los rendimientos al 4%, y aunque pudiera, no sería suficiente para sacar a España e Italia de sus problemas financieros.
"Unos tipos de interíés por encima del crecimiento del PIB nominal de cada país llevarán inevitablemente a una mayor deuda como porcentaje del PIB, incluso aunque sus presupuestos consigan un equilibrio primario", afirma. "Con las rentabilidades, el crecimiento y los díéficits actuales, el diferencial puede añadir 2-3 puntos a los ratios de deuda de España e Italia cada año".
Si el crecimiento del PIB sigue plano, las dos naciones seguirán ahogándose en su deuda aunque puedan pagar sólo el 4%. Y sin la participación del sector privado, todos los esfuerzos como el fondo de rescate (EFSF) o el mecanismo permanente de estabilidad (ESM) serán inútiles.
Gross añade que los políticos europeos han perdido la confianza de los inversores con sus políticas a medio cocinar, y las rebajas de las agencias de rating tambiíén les están forzando a buscar rentabilidades más seguras en otra parte. "Y despuíés de que los políticos se den cuenta finalmente de la fragilidad de sus sistemas fiscal y monetario, despuíés de todo eso, no hay vuelta a casa, no hay forma de volver al agua", sentencia.