Por... Juan González-Palomino
El CD, que nació en los 80 de la mano de Philips y Sony, afronta con incertidumbre los últimos años, en los que la descarga de música le come el terreno.
Lo físico ya es el pasado y, por eso, que un veterano como el CD, que aún hoy vive entre nosotros, cumpla 30 años es todo un acontecimiento. Es cada vez más raro, pero sigue habiendo gente que compra discos en grandes superficies o tiendas especializadas. Sin embargo, este mercado va dejando paso a otras formas de consumo de música, como la compra de canciones en internet (en sitios como iTunes) o el streaming que ofrecen plataformas como Spotify.
Discovision, el precursor
El disco compacto (o compact disc, en inglíés) fue uno de los grandes avances tecnológicos de los 80, aunque su historia comenzó en 1958 con la invención del disco óptico, cuyas patentes registró David Paul Gregg entre 1961 y 1969. Este invento llamó la atención de la Music Corporation of America (MCA, que en el futuro pasaría a llamarse Universal Music Group), que no dudó en comprarle las patentes a Gregg. A finales de 1960 la holandesa Philips se interesó por el disco óptico, y en 1975 comenzó una relación con la MCA, que culminaría tres años despuíés, en 1978, con la presentación en la ciudad de Atlanta del Discovision, el primer sistema de almacenamiento en disco óptico que se comercializó, centrándose en películas más que en música.
Lo que parecía un gran futuro, en el que Philips fabricaría los reproductores y MCA comercializaría los discos, se convirtió en un desastre comercial que acabó con la ruptura entre las dos empresas y un continuo cambio de denominación del producto hasta que Pioneer Electronics adquirió los derechos en 1980 y lo bautizó como Laserdisc, que funcionaría con cierto íéxito en Estados Unidos y Japón. En 1979, con el Discovision con un futuro incierto, Philipis, que ya había aprendido de sus errores, decidió unirse con Sony (que por aquel entonces triunfaba en su país con la primera generación del Walkman) en un nuevo proyecto basado en el disco óptico centrado esta vez en el audio, el compact disc.
Nacimiento y íéxito del CD, el nuevo vinilo
En 1980, Sony y Philips presentaron el disco compacto, que contó desde el primer momento con el apoyo tanto de la industria como de los artistas, que lo veían como el sucesor natural del vinilo.El nuevo formato era muy pequeño y ligero y con tan sólo 120 milímetros de diámetro podía almacenar hasta 80 minutos de música (o 700 MB de datos cuando se implementó en la informática).
En el verano de 1982 comenzó en Alemania la producción del primer CD comercializado en masa: The Visitors de Abba, que aunque no era el primer disco de música de la historia (honor que recae sobre la Sinfonía Alpina de Richard Strauss, orquestada por Herbet von Karajan, director que se mostró desde un principio entusiasmado con el formato). Unos meses despuíés, en octubre, los primeros discos salieron a la venta junto a los primeros reproductores. La colaboración entre Sony y Philips dio frutos multimillonarios. El precio tanto de los CD como de los reproductores comenzó a bajar y fueron haciíéndose cada vez más habituales en las casas, conquistando poco despuíés el terreno que la cinta de casete llevaba dominando años: los coches, gracias a los reproductores de CD integrados en los vehículos y las calles, con el Discman de Sony como reproductor portátil por excelencia.
El declive del CD, fin de una era plagada de ríécords
El compact disc ha sido, junto al vinilo que vive precisamente ahora una segunda juventud, el formato por excelencia para disfrutar de la música. Desde su aparición en los 80, ha supuesto una mina de oro para los que apostaron por íél, haciendo montañas de dinero para estudios, productoras y artistas. Este formato pudo incluso aguantar la aparición del DVD y del Blu-ray y sus versiones pensadas para la música (DVD-A y Blu-ray musical), que no lograron hacerse un hueco en el negocio de la música en formato físico.
Su decadencia llegó con la aparición y popularización de la descarga de música (con Napster como precursor y origen de políémicas y controversias), un mercado nuevo que aún hoy es cambiante y al que todavía no ha sabido adaptarse la industria musical. En estos 30 años de historia, el CD ha sido el protagonista del mundo de la música, cosechando grandes íéxitos de la industria del ocio como los más de 65 millones de unidades vendidas del Thriller de Michael Jackson o los 50 millones de copias de Back in Black de AC/DC o de The Dark Side of the Moon, de Pink Floyd.