Peligrosas Entidades Astrales y Trastornos de la Personalidad
http://casiopeos.blogspot.com.es/2011/06/entidades-astrales-personalidad.html¿Quíé es una Entidad Astral Parasitaria?(1)
La intrusión astral se produce cuando una o varias entidades pertenecientes al plano comúnmente conocido como astral o etíéreo se introducen en el campo energíético de un individuo humano, con o sin su expresa autorización, fundiíéndose parcial o totalmente en la mente subconsciente del individuo.
Estas entidades se abastecen, a modo de parásitos de los aparatos sensorio-motor y emocional de íéste, a travíés de los cuales se relaciona con el medio externo. La intrusión astral no implica posesión, aunque íésta no se descarta. Un individuo puede desarrollar una vida absolutamente normal sin ser jamás consciente de que “su espacio†ha sido ocupado por diversas entidades adheridas a íél.
Hay diferentes tipos de EAPs. Su grado de seriedad depende de muchos factores. La más común es la producida por la consciencia de entidades humanas descarnadas, es decir, seres humanos que por algún motivo no han completado el proceso de transición despuíés de la muerte del cuerpo fíÂsico, quedando “atrapados†con o sin su consentimiento en el estado intermedio o bajo astral.
Tambiíén hablaremos de las entidades demoníÂacas y de parásitos semi-conscientes o larvas. El tema de las entidades demoníacas es muy complejo, y para comprenderlo en su totalidad es necesario que el lector se familiarice con determinados conceptos relacionados con el sistema de control.
Despuíés de la muerte física
Despuíés de la muerte fíÂsica el cuerpo etíéreo, tambiíén llamado cuerpo sutil o astral se separa del cuerpo físico. La energíÂa de un ser humano se halla almacenada dentro del cuerpo etíéreo; la información correspondiente a la personalidad o falso yo, con toda la gama de patrones emocionales y residuos fíÂsicos de las experiencias acumuladas durante la vida física, se halla registrada en este campo energíético, incluyendo las experiencias de otras vidas.
Envuelto en este cuerpo sutil, el ser se dirige hacia la luz, la cual está¡ siempre presente. Los espíÂritus guías se acercan para recibir al espíÂritu del reciíén difunto. Los espíÂritus guíÂas no tienen una forma definida, pueden parecer ángeles, personas queridas o pueden ser simplemente, formas de energíÂa.
Los espíÂritus de los familiares o seres queridos pueden hacer de guíÂa, y aunque íéstos no posean forma, el difunto los reconocerá por la vibración de sus almas. Si el que viene no tiene una forma definida, los ojos, que son considerados las ventanas del alma, serán la clave para que se efectúe el reconocimiento. Esto es importante ya que muchas entidades, cuyo propósito no es, precisamente, el de guiar al reciíén llegado, se hallan a la espera de poder â€engañar†a los ilusos.
í‰stas son entidades del servicio a sí mismo que buscan atrapar a aquellos espíritus que no posean el conocimiento suficiente para defenderse. De acuerdo a William Baldwin
- , los ojos de dichas entidades son negros, ya que carecen de luz.
Aparentemente, hay una barrera o un portal por el que hay que pasar para poder entrar completamente en la luz. Si el espíÂritu del difunto se mueve más allá de ese portal, avanzará hacia la 5ta densidad, a la cual van las almas de todos los seres despuíés de la muerte.
Al morir, el cordón de plata que une al espíÂritu con el cuerpo físico en la tercera densidad se rompe definitivamente. Sin embargo, no todos los espíÂritus fallecidos siguen su camino hacia la luz. Algunos se pierden en el camino, ya sea por decisión consciente o por simple ignorancia, muchos quedan atrapados en el estado entre la quinta densidad y la densidad fíÂsica, la tercera densidad.
Algunos autores denominan dicha zona como bajo astral, zona gris o zona intermedia. Aquel que no traspasa el portal, vagabundea por dicha zona y puede que encuentre a algún ser humano al que adherirse para poder seguir disfrutando de las actividades inherentes a la vida física.
De íésta forma, el encarnado se une de forma parcial o total a la mente subconsciente de un individuo “vivoâ€, ejerciendo un determinado grado de influencia en los procesos mentales, las emociones, la conducta y el cuerpo fíÂsico. De esta forma la entidad se vuelve un parásito en la mente del huíésped. Una víctima de esta condición puede resultar totalmente amníésica durante episodios de completa toma de control por parte de la entidad.
Hay una gran cantidad de razones por las cuales un individuo no completa su transición; como ejemplos podemos citar: Una muerte traumática o repentina puede tomar por sorpresa a la entidad, produciendo un trauma en la conciencia del espíritu reciíén difunto. Dicha muerte puede provocar diversos estados emocionales que pueden ir desde la sorpresa hasta la furia, el miedo, la desesperación, la culpabilidad, el remordimiento, etc.
Puede que la entidad se niegue a aceptar su muerte física o quizás sea inconsciente de que íésta se ha producido. Las emociones, sean estas de caracter positivo o negativo, que rayan en la obsesión actúan como un ancla que impide la partida de la entidad. Por lo tanto, los sentimientos de odio, culpa, remordimiento, furia, e incluso excesivo amor, pueden interferir con la transición.
Falsos sistemas de creencias sobre la vida despuíés de la muerte pueden evitar que el espíÂritu se dirija hacia la luz; puede que la experiencia de la muerte no coincida con las falsas expectativas o nociones preconcebidas de cómo deberíÂa ser.
La muerte por sobredosis de drogas o alcoholismo puede provocar que el espíÂritu del difunto conserve el apetito o el deseo de consumir tales sustancias; al ser un estado de conciencia-energíÂa, el mundo astral no puede satisfacer tales apetitos, por lo que el espíÂritu decide holgazanear hasta encontrar un sujeto al que adherirse, por ejemplo, un adicto que le proporcionará satisfacción a travíés de su aparato sensorio-motor.
De esta forma el espíÂritu se convierte en un parásito. Lo mismo puede ocurrir con cualquier tipo de apetito u obsesión asociada al mundo material y físico de la tercera densidad, por ejemplo: comida, sexo, otro ser humano, etc.
Si al morir la persona teníÂa dentro de sí una, o varias entidades parasitarias, la transición puede resultar un proceso difícil. En este caso hay varias posibilidades: El espíÂritu del reciíén difunto puede llevar consigo a la entidad parasitaria hacia la luz y de esta forma rescatar al alma perdida.
El espíritu del reciíén difunto puede separarse de la entidad parasitaria y dirigirse solo hacia la luz. Despuíés de la separación la EAP puede encontrarse nuevamente perdida, por lo que reinicia la búsqueda de otro huíésped en quien alojarse. Si la EAP posee una fijación con el individuo al que estuvo adherida, puede esperar hasta la próxima encarnación de íéste, localizarlo en el momento en que se produzca el nacimiento, y uníÂrsele nuevamente.
Esta intrusión puede ocurrir en repetidas encarnaciones del huíésped. Si el espíÂritu de la persona reciíén fallecida no puede separarse de la entidad intrusa, quizás por carecer de la energíÂa necesaria, puede tambiíén pasar a ser una entidad parasitaria con la otra EAP adherida a íél.
De esta forma, ambas entidades pueden uníÂrsele a otra persona, la cual a su vez, al morir, queda atrapada, y así sucesivamente, hasta formar verdaderas cadenas de EAPs. Estos espíritus encadenados pueden formar verdaderos cúmulos de entidades errantes.
Es necesario comprender que no se trata de una realidad fíÂsica y que aplicar conceptos que sí lo rigen en un estado material es un error fundamental. Los espíritus son energíÂa y no ocupan lugar. Una persona puede tener docenas, hasta cientos de entidades adheridas.
Hasta pueden reacomodarse en el aura o flotar dentro del aura fuera del cuerpo. Si una parte del cuerpo de una persona es particularmente díébil, o ha sufrido un accidente o enfermedad, puede alojar a una EAP que a su vez, se identifica con dicha debilidad. Tambiíén pueden situarse en cualquiera de los chakras, atraíÂdos por la peculiar energíÂa de uno de ellos o por las estructuras fíÂsicas de esa parte del cuerpo.
Hay diferentes clases de EAPs. Los hay benignos, malignos y neutrales o pasivos. Las razones que pueden llevar a que una persona actúe como imán de estas entidades son muchas y de muy diversa íÂndole. Puede tratarse de algo muy simple, como el hecho de estar físicamente próximo al lugar donde se produjo el deceso.
De acuerdo a W. Baldwin, aproximadamente el 50% de los casos investigados clíÂnicamente se debieron a situaciones fortuitas sin que existiera relación alguna entre los EAP y el huíésped ni en íésta ni en ninguna otra encarnación. La otra mitad de los casos pueden deberse a que existe algún tipo de relación o asunto sin terminar en esta u otra vida.
De acuerdo a los especialistas del tema, el fenómeno de Intrusión Astral se da con mucha frecuencia y todas las personas son afectadas por uno o más EAPs en algún momento de sus vidas. Una debilidad física, psíÂquica o emocional es una invitación inconsciente para que una entidad se adhiera al individuo. Emociones demasiado fuertes, sentimientos negativos reprimidos consciente o inconscientemente pueden ser la señal que las EAPs necesitan para convertirse en inquilinos indeseados.
Algunos de los motivos que atraen a una EAP son: Todo tipo de cirugías, transplantes de órgano, transfusiones de sangre, enfermedades, debilidades físicas o psíquicas, depresión, enfermedades mentales, golpes en la cabeza, estríés, íétc.
El uso de drogas, especialmente las alucinógenas, el alcohol, la anestesia, calmantes, y sustancias similares producen una abertura en campo energíético que nos protege. Las relaciones sexuales pueden permitir el intercambio de EAPs. El abuso sexual, el incesto, las violaciones, incrementan la posibilidad de intrusión astral por parte de entidades que se sientan atraídas por las vibraciones que semejantes situaciones producen.
Las prácticas mágicas de cualquier tipo, la canalización, la acción de pedir ayuda a los guías sin tener el conocimiento suficiente sobre el mundo invisible, las prácticas de meditación para contactar a los maestros espirituales, las sesiones espiritistas y todo tipo de actividades espirituales que sean realizadas sin un profundo conocimiento de los mundos invisibles, son invitaciones gratuitas a que espíritus oportunistas de toda clase, tanto descarnados como entidades demoníacas interfieran y produzcan todo tipo de problemas.
He aquí que muchas de las ideas propagadas por la Nueva Era no sean más que pura desinformación que puede costar MUY CARO a quienes no estíén dispuestos a investigar más profundamente este tipo de enseñanzas. La práctica de ciertos estilos de vida, la fijación u obsesión de ciertos patrones mentales pueden atraer a aquellas entidades que tengan afinidad con los mismos. La exposición a ciertos ambientes en los cuales predominan las vibraciones negativas atraerán a una multitud de EAPs.
Un hecho que los jóvenes de hoy (y los no tan jóvenes tambiíén), que ignoran profundamente la seriedad del tema, están expuestos a la intrusión astral al escuchar cierto tipo de música, así como tambiíén a inclinarse por la práctica sexual promiscua, las drogas, el alcohol, etc. No se trata aquí de ser puritano. Se trata de que el Sistema de Control utiliza estas herramientas para su beneficio, asignando una gran cantidad de entidades demoníacas a aquellos que podrían tener la posibilidad de DESPERTAR y de ENTENDER la verdadera naturaleza de nuestra realidad.
De esta forma, los jóvenes y hablo especialmente de los jóvenes porque en cierta forma, son los más vulnerables a las influencias externas impulsados por la necesidad de pertenecer a un determinado grupo, andan por caminos sinuosos que ponen en peligro mucho más que su vida física: ponen en peligro la libertad de sus ALMAS. Hablaremos de esto cuando tratemos el tema de entidades demoníacas.
Una persona puede ser afectada por una EAP de muchas formas sin llegar a sospechar nunca que una o varias EAPs se hallan adheridas a ella. Las actitudes, la conducta, las inclinaciones, los deseos, los pensamientos y las emociones pueden estar influenciadas o incluso ser determinadas por la acción de otra personalidad con una historia y un patrón de conducta diferentes, sin embargo el individuo creerá que son sus pensamientos y sus emociones.
Tal entidad actúa como un vampiro psíquico sin importar cuál sea la intención de la entidad, negativa o positiva succionando la energía vital del huíésped quien en su ignorancia, cree que se trata de un hecho incorregible. La entidad vive al nivel del subconsciente del individuo y ejerce sobre íél, todas sus cargas mentales, emocionales y físicas.
Una EAP es un parásito que impide a un individuo disponer de su energía, y realizarse espiritualmente. La EAP impone a su huíésped su propia carga psíquica, la cual puede manifestarse emocional y /o físicamente interfiriendo con su vida, pudiendo alterar el plan original del huíésped.
El karma puede ser alterado debido a la influencia de la EAP, causando una muerte prematura o una vida demasiado prolongada, impidiendo que el individuo pueda partir en determinado momento de su vida.
La EAP puede alterar la orientación sexual de la persona, la elección de la pareja, las relaciones con otras personas, etc.
En muchos casos una persona reconoce la posibilidad de haber albergado una EAP sólo despuíés de haberse sometido a terapia y de haber descubierto o notado que ciertos hábitos, pensamientos, adicciones u obsesiones han desaparecido.
Esta nueva conciencia puede llegar pasados meses del tratamiento. Los síntomas de la intrusión astral pueden ser muy sutiles. Una EAP puede estar presente sin producir ningún síntoma notable y esto se aplica tambiíén a las entidades demoníacas. Sin embargo EAPs SIEMPRE ejercen algún grado de influencia.
Los lazos que unen a dos individuos en esta u otra vida ya sean de amor, de odio, celos, venganza, etc.- pueden ser un factor importante que permita la intrusión astral. Sin saberlo, un individuo puede, inconscientemente, invitar a un ser querido a unírsele cuando este último ha fallecido.
Esta invitación puede producirse por el dolor que produce la píérdida y por rehusarse a dejar ir al ser amado. El espíritu de la persona fallecida puede sentir de la misma forma y decidir quedarse para acompañar al otro, protegerlo, darle amor, etc. Sin embargo esto NO BENEFICIA a ninguno de los dos.
La intrusión que se produce por los lazos de amor que unen a dos individuos es una VIOLACIí“N del LIBRE ALBEDRíO de ambas almas. La realidad es que por mucho que la persona que continúa viva extrañe, anhele o sienta dolor por la píérdida del fallecido, el espíritu de este NO TIENE derecho a invadir el espacio y la energía de la otra persona, así como tampoco, la persona viva NO DEBE jamás invitar a un espíritu a quedarse.
De ninguna manera es un acto de AMOR impedir el progreso espiritual de otro ser y es una acto extremo de servicio a sí mismo (SAS). Violar el libro albedrío de un ser es anotar una gran deuda en el libro del Karma y es completamente perjudicial para ambos seres.
Sin embargo pareciera ser que hay algunos casos en donde la intrusión astral es planificada en la etapa previa a la vida como parte del plan para aliviar deudas kármicas. De todas formas puede que esto sea una excepción que sólo se permite a ciertas almas.
La intrusión astral NO necesita del permiso del huíésped para producirse. La ignorancia y el rechazo ante la idea de las EAPs NO ES DEFENSA contra íéstas. El poseer un determinado sistema de creencias NO ES DEFENSA contra la intrusión astral.
La íšNICA protección es el CONOCIMIENTO de que hay una gran cantidad de evidencia tanto en la historia, como proporcionada por investigadores científicos del campo de la psiquiatría y la psicología, de que la intrusión astral ES una REALIDAD. SABER que EXISTE y cómo se produce es ya, de por sí un escudo protector. EL CONOCIMIENTO PROTEGE, LA IGNORANCIA NOS PONE EN PELIGRO.
Una conducta inconsistente y errática puede resultar del pase del control del individuo de una EAP a otra. Este tipo de comportamiento es similar al cambio que se produce entre personalidades alternas en los casos de trastornos disociativos de indentidad o personalidad múltiple. Un individuo puede detectar un cambio repentino en algún aspecto de su personalidad, en sus intereses, sus inclinaciones, sus deseos, sus ideas y emociones, y sin poder explicarse la razón de semejante cambio.
Puede que íéste se deba a la interferencia de una o varias EAPs que se han adherido a la persona. En este caso los síntomas que se manifiestan repentinamente, como salidos de la nada – pueden ser: la apremiante necesidad de consumir sustancias tóxicas, el inusual desarrollo de un acento extranjero o el conocimiento de otro idioma, patrones de conducta contradictorios, reacciones extrañas ante situaciones familiares, movimientos repetitivos de alguna parte del cuerpo tales como tics o temblores que escapan al control del individuo, síntomas físicos que no poseen una base orgánica, la píérdida del sentido de la identidad, la sensación de que un espíritu o alguna otra entidad ha tomado el control del cuerpo o la mente u ambos, cambios de personalidad desde los más sutiles a los más obvios despuíés de haberse sometido a una cirugía, sufrido un accidente, pasado por una crisis emocional o al haberse mudado de casa.
Una intrusión reciente o una posesión puede causar el deseo desmedido por la comida, las bebidas, las drogas, el sexo, la obsesión por una idea o una persona, el cambio repentino del sistema de creencias, de los intereses, de los gustos, etc. La voz y las expresiones faciales y corporales tambiíén pueden cambiar drásticamente.
La realidad de las EAPs refuta el lema tan difundido en los últimos años por el movimiento de la Nueva Era de que tú creas tu propia realidad. Esto es una falacia peligrosa y puede desatar un verdadero caos psicológico en la mente de un individuo. A este respecto pueden leer el artículo de "Por quíé TU NO creas tu propia realidad" por Moris Tarantella.
Una persona que sufre la intrusión astral puede tener ideas suicidas que parecieran salir de la nada. Puede experimentar imágenes mentales inexplicables, oír voces, presenciar extraños fenómenos, sentir miedo repentino o tener la sensación de ser observada o perseguidas. Las EAPs tambiíén se manifiestan en sueños y pesadillas. Una EAP puede reactivar la memoria de su muerte en la mente del huíésped haciendo que íéste tenga visiones o sueños con dicha escena.
Tambiíén puede generar emociones asociadas a lugares, situaciones, ideas u otras personas. Es muy importante tener en cuenta que antes de realizar cualquier terapia de vidas pasadas, el terapeuta debe diagnosticar la posible presencia de EAPs.
Una terapia de vidas pasadas realizada sin esta precaución puede resultar en un completo fracaso para aliviar los síntomas del paciente, ya que podría estar tratando la vida de una EAP. Una persona puede creer que está recordando sus otras vidas, cuando en realidad, son las de la EAP.
Si realmente se trata de la vida del individuo, íéste deberá recordar los acontecimientos que siguieron a la muerte, es decir, la luz, la transición a la 5ta densidad conocida como el Bardo por algunos autores- su estancia allí, el proceso de la planificación de la nueva vida, la vuelta a la 3ra densidad, la entrada al cuerpo y el nacimiento.
Si por el contrario, el individuo no tiene recuerdos sobre el proceso posterior a la vida, es probable que se trate de los recuerdos de la EAP. La entidad ha quedado traumatizada por los hechos previos a la muerte por lo que los síntomas del paciente pueden ser los de la entidad. El terapeuta o la persona misma deberá cuestionar los recuerdos hasta encontrar la prueba de que estos son de la persona en cuestión y no los de una EAP.
Por ejemplo, el tiempo o la íépoca en la que transcurre la vida de la EAP pueden no ser los apropiados para los del individuo. La EAP recordará la edad que el huíésped tenía cuando íésta se le unió así como tambiíén las circunstancias de la intrusión.
El propósito de la identificación de EAPs es la de liberar al huíésped de los síntomas que le aquejan. No se trata aquí de resolver los problemas de la entidad al menos que sea necesario para que íésta acepte partir. De lo contrario, la entidad debe resolver sus propios problemas durante la vida y no a travíés del cuerpo y el aparato psíquico de otra persona.
La entidad debe ser liberada guiándola hacia la luz, el terapeuta o la persona que hace la liberación debe asegurarse de que la entidad caiga en buenas manos, es decir, que los guías que acuden a su encuentro provengan de la luz. Es necesario explicarle quíé es lo que va a ocurrirle de modo que se deshaga de los obstáculos que le impiden partir.
Una espíritu humano descarnado puede no presentar tantos problemas como uno que tenga dentro de sí a una o varias entidades demoníacas o como una entidad demoníaca en sí misma.