La empresa estadounidense Best Medical, especializada en la fabricación de equipos nucleares para uso míédico e industrial, abandonó residuos radiactivos en una planta que cerró en julio en la localidad belga de Fleurus, en la región de Valonia, según informan hoy los medios belgas.
Los diarios "Le Soir" y "De Standaard" señalan que dichos desechos se encontraron en la inspección efectuada tras la reciente quiebra de Best Medical Belgium (BMB), en las instalaciones abandonadas en la zona industrial de Fleurus.
Los inspectores -según esos medios- hallaron además de cajas, archivos, documentos, utensilios, herramientas, tuberías, cables elíéctricos sueltos, y botellas de disolventes, residuos radiactivos y bidones sin proteger con la señal de material radiactivo.
Entre este material, había varias bolsas de plástico con la señal de alerta de radiactividad acumuladas en un almacíén que podían contener, entre otros elementos, estroncio-90, un isótopo radiactivo que puede causar graves problemas de salud, según "De Standaard".
Durante la inspección, llevada a cabo el 17 de julio, los dos expertos de las agencias de control nuclear y de residuos radiactivos y materiales fisibles, FANC Y ONDRAF, entraron en contacto con sus manos con los desechos y tras un análisis se les detectó radiactividad en la orina, según el mismo diario.
"Este entorno es totalmente inaceptable en la industria, más aún en la nuclear", dijeron los inspectores en su informe, que se hizo a petición del Instituto de Radio-elementos (IRE), que alquilaba las instalaciones a BMB.
La situación requiere "una intervención urgente", en opinión de IRE, que ha enviado una carta a los responsables de BMB para exigirles que se encarguen de los desechos conforme a las normas establecidas al respecto.
Según el informe, los residuos representan un riesgo para la seguridad de otras instalaciones nucleares en la zona y por lo tanto para el medio ambiente y la población.
El documento señala no sólo los riesgos por los residuos contaminados y el procesamiento de materiales tóxicos, sino tambiíén el potencial peligro de incendio.
De acuerdo con Willy De Roovere, director de la FANC, citado por "De Standaard", la eliminación de dichos desecho puede llevar meses y el desmantelamiento de algunas máquinas, incluso años