Despuíés de un periodo de reducir la dependencia del petróleo extranjero, especialmente desde el Golfo Píérsico, las importaciones a los EE.UU. de Arabia Saudita han recogido, con un crecimiento del 26% en el año a 1,45 M de barriles diarios en los primeros cinco meses de 2012. El aumento se debe en parte por las sanciones contra Irán, pero de nuevo sale de los EE.UU. cada vez más expuestos a la inestabilidad en la región.