¿Cómo se puede desinflar la felicidad de una soleada tarde en una de las direcciones más buscadas de Kensington? Pues muy sencillo, no tiene más que sacar el tema del estado de la economía. Lakshmi Mittal, el magnate del acero y el hombre más rico de Gran Bretaña, está encantado con el impacto de las Olimpiadas en Londres.
Los camareros son más amables, y aunque las tiendas y los clubes del West End han estado tranquilos como cementerios, cree que los Juegos han mostrando a la capital con una luz que la favorece. Quienes quieren una nueva visión de la ciudad pueden subirse al ArcelorMittal Orbit, la torre de acero, que se alza en el Parque Olímpico y que ha cosechado más columnas de la prensa mundial que muchos de los atletas que han competido bajo ella.
Para Mittal , que fundó la estructura tras un encuentro casual con el alcalde de Londres, Boris Johnson, en el ropero de Davos durante el Foro Económico Mundial, ofrece una agradable distracción del lodazal económico. Lejos de los Juegos, la cosa sigue sin novedad.
El reto empresarial
"Los negocios son un reto", afirma Mittal , con un suspiro, sentado en el jardín de invierno. "Los indicadores macroeconómicos no son buenos, no son positivos, claramente Europa supone todo un reto. Mi equipo cree que este desafío se mantendrá durante un mínimo de 12 a 18 meses, y podría empeorar si los europeos no se ponen de acuerdo".
La tristeza se trasluce por el último grupo de cifras comerciales de ArcelorMittal, mostrando una caída del 63 por ciento de los ingresos, hasta los 970 millones de dólares en la primera mitad del ejercicio. Se están recortando costes en las plantas de acero. Ojalá los políticos pudieran ponerse de acuerdo para atajar el quid de la cuestión, asegura Mittal . "Están muy atareados con las medidas de austeridad y arreglando los problemas de los bancos, pero el verdadero problema es que no vemos que entre ni un cíéntimo en la verdadera economía, y eso provoca preocupación", añade.
"Evidentemente podemos ver en nuestro negocio que hay segmentos como la construcción o el mercado inmobiliario que no progresan lo más mínimo, así que nos preocupa la economía mundial". Mittal , de 62 años, cuya fortuna se cifra en unos 16.000 millones de libras, cree que Europa puede aprender mucho del otro lado del Atlántico, donde se está recuperando la confianza.
"Fíjese en Estados Unidos: tras la crisis de 2008, la Reserva Federal y el Gobierno trabajaron mucho y ahora vemos que la economía americana está saliendo de su brusca caída... Si no hacemos nada, estamos condenados. Tenemos que hacer algo. La cuestión es si la austeridad es suficiente o si necesitamos algo siguiendo las pautas de la austeridad y el crecimiento para mantener el avance de la economía. Necesitamos un poco de ambas cosas".
Mittal puede estudiar la economía mundial desde una posición única. ArcelorMittal, el imperio del acero que empezó a construir como brazo internacional del negocio del acero de su padre, se extiende desde Kazajistán hasta Míéxico, y tiene contratadas a 260.000 personas.
Con el nombre de la diosa hindú de la riqueza, empezó a trabajar en la empresa de su padre con 19 años. A mediados de su veintena ya había establecido una planta de acero en Indonesia de la que su padre no estaba muy seguro. Desarrolló el gusto por viajar por el mundo, buscando la oportunidad para consolidar una industria localizada y fragmentada y eliminar costes. A continuación llegó el frenesí de las compras y, para 1995, el negocio familiar se dividió.
Esta idea le ha producido una riqueza que incluye un reactor Gulfstream y una casa que le compró hace 8 años por 72,5 millones de libras al jefe de la Fórmula Uno, Bernie Ecclestone, lo que la convertía en la casa más cara del mundo en aquel momento.
Hay miles de mitos sobre este lugar. Por ejemplo, ¿dónde están las piedras extraídas de la misma cantera que las del Taj Mahal que le ha valido el apodo de Taj Mittal ? "Hay piedras en la zona de la piscina", dice con un movimiento de mano. "Esas no las compríé yo. Compramos la casa con las piedras ya puestas". Lo que es cierto es que los muros están plagados de arte y las puertas dobles llevan a un jardín donde el agua borbotea en una impresionante fuente y donde se alza el lugar de juegos de los niños, para mantener ocupados a sus nietos.
Los tiempos duros para ArcelorMittal hacen que la nueva expansión haya quedado en suspenso en favor del recorte de costes. La inversión más importante de Mittal en Gran Bretaña ha sido el Orbit. Lo que empezó como una promesa de donar 2.000 toneladas de acero se convirtió en un proyecto completo que incluyó la contribución de Mittal para escoger el diseño de Anish Kapoor. Antes de que pasara mucho tiempo, el presupuesto se elevó hasta el tamaño de la estructura.
"Comenzó como un proyecto muy pequeño", dice "de 30 o 40 metros de altura". No era una gran inversión, no era nada muy grande. Pero tambiíén se vio exacerbado por toda la emoción. Mientras Cecil (Balmond, el ingeniero) lo ejecutaba, creyó que la altura podía subir hasta 115 metros. Eso exigía una cierta inversión adicional, pero nos pareció bien". Al final, 10 millones de libras se convirtieron en 23. Su legado está seguro cuando el parque vuelva a abrir sus puertas como atracción tras las Olimpiadas.
El Orbit le consiguió a Mittal un turno en el relevo de la antorcha y una visita de la reina el día despuíés de la inauguración de los juegos."Cuando entró, dijo: Es tuyo. Y yo le dije: Su majestad, es nuestro. Tengo unas fotos asombrosas". Suenan como un recordatorio ideal de los pocos días en que uno de los mayores hombres de negocios del mundo pudo dejar de lado las tristezas de la economía.
