Los mercados continúan extremadamente volátiles, pero a veces esto constituye una oportunidad. Mientras la mayor parte de los inversores prefieren refugiarse y esperar a que pase la tormenta financiera, el fondo soberano de Noruega está pensando cambiar su estrategia y asumir más riesgo en su cartera.
El Norges Bank Investment Management es el mayor fondo de inversión del mundo, con más de 600.000 millones de dólares en activos bajo gestión y se calcula que tiene en su poder el 1% de las acciones globales. De ahí que sus decisiones de inversiones sean claves para los mercados de capitales. Además, otros fondos soberanos suelen aplicar una estrategia similar, como Abu Dhabi Investment Authority -que gestiona 400 millones de dólaresÂ-.
“El fondo, debido a su naturaleza de inversor a largo plazo, puede convertirse en un proveedor de liquidez en periodos carentes de ellaâ€, aseguró recientemente en una entrevista Pal Haugerud, ministro de Finanzas noruego.
En este sentido, el fondo se está planteando primar en sus inversiones a compañías de pequeña capitalización frente a las grandes e infraponderar acciones de alto crecimiento. “El fondo juega con ventaja y quizá pueda aumentar las posiciones de riesgo progresivamenteâ€, expone Haugerud, responsable de un equipo de doce gestores que deciden las posiciones del fondo.
La política de inversión del Norges Bank Investment Management fue duramente criticada en 2088, cuando a consecuencia de la crisis financiera registró grandes píérdidas. En un primer momento, se le acusó de tener una política de inversión demasiado agresiva, pero las conclusiones de un informe encargado por el gobierno nórdico arrojaban que había sucedido todo lo contrario: había sido muy conservador y había tenido una gestión demasiado pasiva.
Dicho estudio señalaba tambiíén la idoneidad de replantearse las inversiones fijándose demasiado en el riesgo, y apuntaba a que como inversor a largo plazo podría asumir algo más de riesgo. Tradicionalmente, la cartera ha estado divida en un 60% en renta variable, casi un 40% en bonos y el resto de en propiedades.
Sin embargo, en los últimos meses esto ya ha comenzado a cambiar y el fondo está más ligado ahora a la evolución del mercado, variando el peso de los activos en función del mismo y ahora compran acciones y venden bonos cuando los precios de la renta variable caen y el de la deuda sube. “Ahora seguimos la idea de comprar barato y vender caroâ€, subraya Haugerud.
Uno de los últimos movimientos del fondo ha sido precisamente reducir su exposición a deuda española. A cierre del segundo trimestre de este año con una cartera de deuda soberana española por importe 1.570 millones de euros, lo que implica una caída del 36% en el primer semestre
Además, el fondo, que ya en el primer trimestre se había deshecho de toda su cartera de bonos soberanos de Portugal e Irlanda, destacó que entre abril y junio infraponderó tambiíén su exposición a la deuda de Francia y Reino Unido, mientras que incrementó su cartera de bonos estadounidenses, alemanes y de países emergentes como China, Brasil e India