El Tesoro Público volverá el jueves a los mercados, el mismo día en el que la canciller alemana, íngela Merkel, se reúne con Mariano Rajoy, y horas antes de que se celebre la reunión más esperada del Banco Central Europeo (BCE) desde que Mario Draghi ocupó la presidencia en noviembre de 2011.
El organismo ha optado por la prudencia y emitirá deuda a plazos en los que se va a concentrar la demanda, los mismos en los que va actuar el BCE con su nuevo programa de compra de deuda en los mercados secundarios, tal y como confirmó ayer Draghi en su comparecencia ante el Parlamento Europeo. El presidente italiano explicó que “la compra de títulos a corto plazo –hasta tres años- de países con problemas como España no puede considerarse financiación monetaria sino únicamente una ayuda temporal para dar tiempo a que las reformas surtan efecto y, por tanto, no contraviene los Tratadosâ€.
El Tesoro prevíé captar entre 2.500 y 3.500 millones con títulos que vencen el 30 de abril de 2014, el 30 de julio de 2015 y el 31 de octubre de 2016. “Estamos hablando de referencias de 2,3 y4 años, los tramos que en teoría podrían ser de los más beneficiados por las medidas que anuncie el BCE el jueves. No creo que el Tesoro tenga problemas en cubrir el objetivo de colocación, con una demanda que probablemente duplique la ofertaâ€, señala Josíé Luis Martínez, estratega en España de Citi.
El BCE comprará deuda a plazos de hasta tres años. Si cumple las expectativas y provoca una caída de las rentabilidades en esta parte de la curva, los que compren la deuda en esa subasta podría salir beneficiados. Si cae la rentabilidad, sube el precio, por lo que el bono gana valor. “La subasta saldrá previsiblemente bien, debido a que los inversores esperan que el BCE empiece a comprar deuda horas más tardeâ€, añade Philip Shaw, economista de la firma británica Investec.
Por otro lado, esta nueva actuación podría provocar que el Tesoro continúe abusando de los plazos más cortos para financiarse. En total, en lo que va de año, ha colocado bonos a medio y largo plazo por importe 62.400 millones, de los que, en torno al 60% tienen un vencimiento inferior a cinco años. Esto se debe a que las subastas de liquidez a tres años que ha realizado el BCE en diciembre del año pasado y en febrero de este año han provocado que el apetito de los inversores se concentre en esos plazos.
Ahora podría ocurrir lo mismo. “Pienso que el Tesoro tendrá mejores momentos para emitir en el largo plazo. Ya va siendo hora de que se emita mayores cuantías a diez años, como han hecho recientemente los italianos. Nuestro bono se está quedando corto en duración con respecto a los otrosâ€, apunta Javier Ferrer, responsable de la mesa de deuda de Ahorro Corporación.
La institución monetaria se concentrará en la parte corta de la curva. Para calibrar el impacto que podría tener esta medida, el Tesoro tiene actualmente deuda emitida que vence antes del 31 de diciembre de 2015 por importe de unos 285.000 millones, según datos del organismo. Si se quitan las letras, esa cuantía se reduce a alrededor de 215.000 millones sobre un saldo vivo total de 576.000 millones.
