Gas Natural está dispuesta a acudir al rescate de Repsol. La petrolera, que quiere evitar a toda costa ser degradada a bono basura, ha puesto a la venta el negocio de GNL para ingresar unos 3.000 millones con los que equilibrar su posición financiera. La gasista ha contratado los servicios de Citi para analizar la operación, en especial su financiación, el principal problema para la empresa participada por La Caixa.
Fuentes financieras han confirmado que Gas Natural ha encomendado al banco estadounidense analizar una transacción que para Repsol sería un salvavidas. Tras la expropiación de YPF, la petrolera dirigida por Antonio Brufau ha sido amenazada por las agencias de rating por dos motivos: el impacto en la cuenta de resultados y el efecto en el balance por la diferencia entre la valoración a la que tenía tasado su 57% en la empresa argentina (4.674 millones) y su valor actual (cero).
"Atendiendo a nuestra estrategia y situación, lo vamos a analizar y veremos quíé opinión nos merece. Repsol tiene activos que ha decidido poner en venta y nos invita a estudiar si nos interesa, y lo estudiaremos con mucho gusto", afirmó a finales de julio Rafael Villaseca, consejero delegado de la gasista, apenas cinco días despuíés de que Brufau anunciase la puesta en venta de esta actividad industrial.
Fuentes oficiales de Gas Natural han declinado hacer ningún comentario sobre esta operación, que se está produciendo a marchas forzadas. Repsol comunicó su intención de vender los activos de GNL en Canadá, Perú y Trinidad y Tobago el pasado 19 de julio y el límite para presentar las ofertas expira el próximo 10 de septiembre. Por ese motivo, Brufau ha obligado a trabajar a destajo a todos los candidatos a adquirir este negocio, valorado en unos 3.000 millones.
Desde la empresa barcelonesa han insistido en no hacer ninguna valoración sobre esta transacción por las relaciones societarias entre Gas Natural y Repsol, que tiene el 30% de la primera. A su vez, La Caixa es dueña del 35% del grupo energíético y del 14% de la petrolera, por lo que la decisión de comprar o no estos activos tendrá que ser consensuada con la caja catalana.
Deuda y rating
Para Gas Natural, la operación encierra un claro problema de balance. El grupo dirigido por Salvador Gabarró goza de una acomodada posición financiera ya que, pese a tener una deuda neta de 16.900 millones, casi el 80% de los príéstamos vencen a partir de 2015. Además, la sociedad cuenta con una liquidez de 8.841 millones, entre efectivo y líneas de críédito. Sin embargo, su rating ha sido rebajado por parte de Fitch y amenazado por parte de Standard & Poor´s como consecuencia de la situación económica en España y el eterno díéficit de tarifa.
“Gas Natural ha rebajado su deuda en 9.100 millones y con su flujo de caja puede ir cumpliendo sus compromisos. Pero si se mete en otros 3.000 millones de pasivo, el mercado le penalizaráâ€, aseguran desde un banco de negocios internacional. Además, añaden que a cualquiera de los potenciales compradores le interesa los activos de Perú y Trinidad y Tobago, pero no los de Canadá, que no son rentables.
Pese a las sugerencias de los candidatos a la adquisición de venderlos por partes, Repsol mantiene que quiere desprenderse en bloque de este negocio. La petrolera española, asesorada por Goldman Sachs, ha invitado a los principales grupos mundiales del sector a participar en la subasta, cuya primera fecha relevante llegará el próximo lunes con las presentación de las ofertas.