Un gran paso en la buena dirección. La primera lectura del mercado ayer tras conocer los detalles de la hoja de ruta que tomará el BCE para atajar la crisis rezumaba optimismo. Gustó y mucho que prometiera compras ilimitadas de deuda. Todo un aviso para los especuladores. El BCE enseñó sus armas y el compromiso genera una red de seguridad que ayudará a estabilizar aún más las primas de riesgo y la Bolsa. Eso siempre y cuando España pida pronto asistencia a sus socios para asegurar próximas intervenciones del BCE en caso de que regrese la tensión al mercado. En Europa no faltan nunca motivos para los sobresaltos y tanto el futuro de Grecia como el veredicto del Tribunal Constitucional alemán sobre el fondo de rescate permanente son próximos obstáculos a superar.
"El mensaje del BCE ha sido muy positivo e importante. El hecho de que haya dado carácter ilimitado a las compras es fundamental. Es una especie de blindaje, una red de seguridad que ayudará a trazar un suelo en el mercado de deuda y en la Bolsa si vuelven las tensiones", explica Daniel Pingarrón, estratega de IG Markets.
El BCE se ha comprometido a sacar toda la artillería si llega a ser necesario. Una mera promesa que ayer mismo ya suscitó un fuerte repunte de la Bolsa -el Ibex subió el 4,9%- y una fuerte caída de la prima de riesgo española hasta los 447 puntos. ¿Durará la euforia?
Los expertos reconocen que resulta difícil predecirlo. La pelota ahora está en manos de los gobiernos. El BCE ha prometido que actuará pero no será gratis. España tendrá que pedir ayuda para asegurarse esa red de seguridad. Eso sí, si lo hace los expertos creen que la prima de riesgo tiene recorrido a la baja. En las últimas cuatro sesiones ha pasado de los 552 a los 447 puntos básicos y cae ya casi 200 puntos desde julio pero hay margen para que descienda más. La rentabilidad del bono a 10 años cayó ayer al 6%, se aleja así del máximo del 7,7% que tocó en julio y no se descarta que pueda regresar al entorno del 5,5%, el tipo medio al que cotizó el pasado ejercicio. "Si se concreta la petición de ayuda por parte de España la prima de riesgo seguirá cayendo", augura Joaquín Maudos, investigador del IVIE y profesor de la Universidad de Valencia.
El recorrido para la Bolsa es menor a ojos de los entendidos. El Ibex ha rebotado un 32% desde los mínimos de julio, un comportamiento que ya anticipaba en gran medida lo anunciado ayer por el BCE. "En tíérminos relativos la deuda tiene más recorrido. La Bolsa ha acertado la tendencia. Un recorte adicional para la prima de riesgo de otros 40 puntos básicos es factible pero una subida equiparable de la Bolsa hasta los 8.600 sería más difícil. Eso sí, es posible que resulte difícil perder determinados niveles como los 7.000 puntos. Si vuelven las tensiones el hecho de que el BCE active compras ilimitadas sienta un suelo bastante sólido", añade Pingarrón.
Una vez que la hoja de ruta del BCE está trazada falta que se ponga en marcha y si bien es cierto que la mayoría de expertos lo ve con buenos ojos hay quienes resaltan tambiíén riesgos potenciales. "El BCE ha dado un paso en la dirección adecuada pero todavía está lejos de eliminar todos los riesgos que perciben los inversores. A pesar de que el BCE tiene un gran arma en la compra de bonos, le falta la munición para conseguir un impacto duradero en los mercados", avisa Azad Zangana, economista de Schroders. Los expertos de esta firma consideran que la decisión del BCE de esterilizar la deuda puede provocar que la efectividad de la medida sea limitada si la demanda de los depósitos que ofrece para retirar esa liquidez del sistema se seca.
Pese a todo, los analistas ven más bondades que defectos en el plan y el hecho de que elimine su estatus de acreedor preferente se ve como otro gran avance que puede ayudar a fomentar las compras de deuda perifíérica.
Las cifras
6,03% es el nivel al que concluyó ayer la rentabilidad del bono español a 10 años, lo que dejó la prima de riesgo en los 447 puntos básicos, lejos del máximo de casi 650 puntos que alcanzó a finales de julio.
32% es el rebote que acumula el Ibex desde los mínimos de julio. Un avance que ha situado el Ibex en los 7.862 puntos y reduce la caída anual al 8,22%.
Un paso para recuperar compradores extranjeros
El BCE detalló ayer un plan de actuación para atajar la crisis que tambiíén puede entenderse como un primer paso para recuperar la confianza de los inversores extranjeros en la deuda española. Algo clave para España, país especialmente afectado por las ventas de deuda en manos de no residentes en los últimos meses. Una huida que amenaza la sostenibilidad de las cuentas públicas de acentuarse y prolongarse en el tiempo.
A finales del pasado ejercicio los inversores extranjeros eran los principales tenedores de deuda española al poseer el 50%, según datos del Tesoro. Entre enero y julio, sin embargo, han vendido 87.000 millones de euros de su cartera registrada, lo que ha reducido su participación al 34%. Una salida que complica las emisiones del Tesoro al provocar que el esfuerzo comprador recaiga en la demanda nacional.
La promesa de actuación del BCE supone un primer paso para recuperar a los inversores extranjeros o al menos frenar su salida si logra ahuyentar a los especuladores y permite que el mercado evolucione con más normalidad, atendiendo a los fundamentos económicos. Eso sí, los expertos tambiíén reconocen que hasta que las perspectivas económicas no mejoren resultará difícil ver un incremento fuerte de las compras por parte de inversores extranjeros.
"Poner un suelo en los bonos soberanos puede tener un efecto importante a la hora de revertir la salida de capital que han sufrido las economías de la periferia. Mejoras en las perspectivas económicas y de sostenibilidad fiscal tambiíén son necesarias para que los inversores de largo plazo se sientan cómodos", comentan desde el equipo de análisis de Threadneedle. Y es que al final la actuación del BCE busca comprar tiempo para que países como España o Italia implementen las reformas necesarias encaminadas a reconducir las cuentas públicas y allanar el camino para un recuperación económica futura.