La Reserva Federal de Estados Unidos mantiene todas las opciones abiertas de cara a impulsar una tercera ronda de estímulos o compra de bonos, conocida como Quantitative Easing (QE). Sin dar muestras de cuándo podría emprender un nuevo programa de estas características, se mantiene en alerta ante la evolución de los datos macroeconómicos, preparada para actuar si la situación lo requiere.
Pero su anuncio podría llegar este mismo jueves, tras su reunión de dos días. De ser así, ¿cómo sería el esperado QE3? ¿En quíé se diferenciaría de los planes precedentes?
Cada vez más analistas piensan que la Fed podría anunciar medidas cuantitativas este mismo jueves. Los datos más recientes, especialmente los del mercado laboral que se publicaron la semana pasada, decepcionaron; la situación no mejora y el margen para tomar decisiones cada vez es menor.
Ante esta situación, los analistas de Barclays Capital esperan que el banco central anuncie su plan esta misma semana. A priori, piensan que la Fed no establecerá un límite de compras sino que cada mes anunciará los activos que tiene previsto comprar, en función de cómo evolucione la economía. No obstante, si se fija un límite, el programa implicaría compras mensuales de alrededor de 50.000 millones de dólares, con el objetivo de reducir la tasa de desempleo, hoy en el 8,1%, mientras la inflación se mantiene en el entorno del 2%.
En opinión de estos expertos, el QE3 estaría dotado con 500.000 millones de dólares y abarcaría todo el primer semestre de 2013.
Los analistas de BNP Paribas y Goldman Sachs coinciden en los mismo. Tras unos datos de empleo desalentadores, la Fed anunciará más medidas este jueves. El nuevo programa de la Reserva Federal abarcar tanto MBS (Mortgage-backed security o títulos respaldados por hipotecas) como bonos del Tesoro.
"La práctica de la Fed de fijar una cantidad y una fecha final para las compras ha dado lugar a retiradas prematuras, lo que posteriormente ha obligado a emprender más estímulos para lograr los objetivos económicos deseados. Un programa abierto vincularía las compras a una mejora sostenida de la economía", explica Michael Gapen, economista de Barclays, en declaraciones que recoge Bloomberg.
Tres miembros de la Fed han expresado su apoyo a un plan abierto: John Williams, de la Fed de San Francisco, Eric Roserngren, de Boston, y Charles Evans, de la Fed de Chicago. James Bullard, de la Fed de St. Louis, apoya la estrategia, aunque quiere ver más datos económicos antes de actuar.
Los planes anteriores
En agosto, la primera economía del mundo creó 96.000 empleos, frente a los 141.000 de julio. Aunque la tasa de paro se redujo del 8,3 al 8,1%, la reducción se debió a que hasta 368.000 estadounidenses se retiraron de la fuerza laboral.
En su discurso del de 31 de agosto en Jackson Hole el presidente de la Fed, Ben Bernanke dijo que las compras adicionales de bonos eran una opción para impulsar el crecimiento si bien no especificó la duración o la cantidad de un eventual programa nuevo.
Entre noviembre de 2008 y marzo de 2010, la Fed inyectó 1,725 billones de dólares con la compra de deuda hipotecaria y pública. Posteriormente, entre noviembre de 2010 y junio de 2011 imprimió 600.000 millones de dólares adicionales con la adquisición de deuda pública.
Pero la recuperación económica no se consolidaba. Por eso, más tarde, en septiembre de 2011, la Reserva Federal decidió resucitar la Operación Twist, el programa que empleó en la díécada de 1960, para tratar de reanimar la economía.
En virtud de esta operación de estímulo económico, el organismo decidió vender 400.000 millones de dólares en bonos a corto (de 3 años o menos) para invertir una cantidad similar en la compra de títulos a largo plazo, con vencimientos entre 6 y 30 años.En junio de este año prorrogó la operación twist hasta finales de 2012.
La preocupación entre algunos funcionarios de la Fed de que más alivio cuantitativo podría no ser eficaz o disparar la inflación "podría ser mitigado por un programa vinculado a la inflación real y a las medidas reales de la actividad económica", explica Karen Dynan, vicepresidente de estudios económicos de la Brookings Institution en Washington.