Por... Diana Pita Rodríguez
Con 105 tiendas en más de 40 ciudades chinas, Zara se ha lanzado a la piscina del ciberespacio chino. Vender por internet en este país es una necesidad más que una opción.
La cadena española ha sabido capitalizar a su favor el gran interíés de los consumidores chinos por la moda extranjera y se ha abierto paso en el mercado al igual que sus competidores globales como Uniqlo, Forever 21 y H&M.
Zara no se lanza a una piscina vacía. Su tienda virtual apunta a 500 millones de potenciales clientes que son usuarios de internet en China, de los cuales, casi el 40% tiene experiencia comprando en la red.
Y es que los consumidores chinos son aficionados a comprar por internet. El ciudadano chino promedio pasa al menos 1 hora y media a la semana haciendo compras por internet y los más jóvenes invierten por lo menos 2 horas a la semana en esta actividad.
Los cibernautas chinos prefieren comprar en la red porque les permite acceder a una gigantesca variedad de productos y sobre todo comparar más precios. Este último factor juega un papel muy importante en su decisión final de compra. En este negocio, el margen de ganancia no suele ser alto ya que el consumidor chino exige descuentos y precios bajos.
Se trata de un mercado online de inmensas dimensiones. Según China Internet Network Information Center (CINIC), el número de compradores en línea alcanzó los 210 millones a junio de 2012 (con un crecimiento anual de 26.4%). Asimismo, se calcula que en 2011 cada ciudadano gastó unos $650 en compras por internet, un 32% más que el año anterior (en una población de 1.300 millones de personas).
En 2011 las compras por internet generaron $121 mil millones, un 60% más que en 2010. Y en lo que va del año, esta cifra supera los $80 mil millones, 46.6% más que en 2011. Y por si fuera poco, el mercado online de China podría triplicarse en los siguientes tres años, llegando a un volumen de ventas de $420 mil millones en 2015.
Se calcula que en ese mismo año, los consumidores del ciberespacio chino gastarán unos $1.000 al año en compras online, una cifra similar a la que gastan actualmente sus 170 millones de pares en Estados Unidos.
Los dos principales motores que impulsan este crecimiento son: el aumento de la clase media china que podría llegar a los 800 millones de personas en los próximos veinte años, y el generalizado acceso a internet a travíés de los telíéfonos móviles, lo cual ha dado origen a toda una legión de cibernautas.
¿Y quíé es lo que compran más los internautas chinos? ¡ROPA!
El segmento de prendas de vestir es el de mayor demanda en el mercado online de compras minoristas en China. Representa alrededor de un 50% del total de ventas por internet, mientras que en EE.UU. es apenas un 20% del total. En 2011 el volumen de venta de ropa online en China alcanzó los $33.000 millones.
A pesar de estas cifras fabulosas, el comercio por internet en China es todavía joven. Si bien la cantidad de compradores virtuales es alta, solo el 14% de la población china compra online, en comparación con el 54% de Estados Unidos.
Ante este prometedor panorama, Macy's ha invertido unos $15 millones en su lanzamiento de ventas en línea a travíés del portal de lujo de VIPStores, Omei.com que se concretará en 2013. El grupo Neiman Marcus tambiíén destinará este año $28 millones en el portal de venta de productos de lujo en China, Glamour Sales Holding.
El comercio electrónico es una buena alternativa ante ciertas dificultades administrativas que existen en China para el establecimiento de tiendas físicas. Muchos empresarios prefieren aprovechar la popularidad de las compras por internet entre los chinos y optan por una tienda virtual, que además reduce sus costos de operación.
Otra ventaja es que a travíés de la tienda online se puede llegar a los compradores en las ciudades de tercer y cuarto rango, donde es más difícil contar con tiendas físicas. Despuíés de todo, se espera que el 75% de la futura riqueza de China provenga de 200 ciudades de segundo y tercer nivel.
Por ello, posicionarse ahora en este gigantesco mercado virtual es un imperativo para las compañías sin importar el tamaño de las mismas. La competencia es intensa, pero la inversión promete rendir muy buenos frutos tarde o temprano.
