Hay un tema que ha salido del centro principal de atención de los mercados, pero cuya importancia es vital para el desarrollo de los mismos. Quizás por cansancio o por falta de novedades reales, ya no se habla apenas en las mesas de tesorería del tema griego. Pero es algo que no deberíamos dejar de lado.
Hay algo que se está filtrando en la comunidad financiera y es la sensación que Alemania finalmente no dejará caer a Grecia. Así lo recoge Brad Plumer en una columna en el Washington Post, en la que señala cómo Merkel parece estar ahora más dispuesta a salvar a Grecia, aún a pesar del elevado coste político que esto podría conllevar, que a dejarla caer y arriesgarse a un efecto dominó.
Plumer señala que de todos los dilemas que enfrentan los líderes de Europa, quíé hacer con Grecia podría ser el más desconcertante. Despuíés de dos rondas de rescates, Grecia sigue luchando por mantener sus díéficits bajo control. Así que el resto de Europa puede dar a Grecia más tiempo (y dinero) para resolver sus problemas de deuda - o expulsar al país del euro en su conjunto, con todo el caos que eso podría traer.
Hay acaloradas discusiones en ambos lados. Pero un nuevo informe de Der Spiegel sugiere que la canciller alemana Angela Merkel está ahora inclinada hacia el rescate de Grecia una vez más. La perspectiva de una salida griega y la implosión de la zona euro se ha vuelto demasiado aterradora - las autoridades alemanas llaman a esto la teoría del dominó. La ayuda a Grecia, sin embargo, es una situación difícil en sí misma. Por un lado, los rescates no sientan bien a los votantes alemanes. Lo que es más, los líderes europeos podrían tener que esquivar algunos números para hacer que parezca que Grecia está en realidad cumpliendo con sus objetivos de deuda.
Un resumen rápido: Grecia está en quiebra y aún tiene un alto nivel de deuda como porcentaje del PIB de alrededor del 150 por ciento. Ya en marzo, la Comunidad Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional (FMI) - la llamada "troika" - se reunió y aprobó un nuevo paquete de 170 mil millones de dólares de ayuda para Grecia. A cambio de la ayuda, Grecia se suponía que debía llevar a cabo una serie de medidas de austeridad dirigidas a reducir su deuda al 120 por ciento del PIB en 2020.
Las apuestas es que Grecia no cumplirá con ese objetivo. El gobierno griego con Antonio Samaras ha propuesto recientemente un paquete de recortes en las pensiones y reducciones de sueldos públicos por valor de 14,6 mil millones dólares para el año próximo. Pero los despidos y los repetidos recortes salariales no son populares en Grecia. Si Samaras presiona demasiado duro con los recortes, a los que son reacios sus compañeros de coalición del centro-izquierda, el gobierno podría colapsar. Y el principal partido de la oposición, Syriza, quiere dar al traste por completo con el acuerdo de rescate. Peor aún, Grecia está atravesando una de las peores depresiones de la historia moderna, y los recortes de gastos están perjudicando aún más la economía.
Así que la troika tiene dos opciones. Puede dar a Samaras un poco más dinero y flexibilidad para cumplir con sus objetivos de díéficit. O los líderes europeos pueden decir "suficiente es suficiente" y sacar a Grecia de la unión monetaria. Según Der Spiegel, Merkel parece que ya no es tan optimista acerca de las consecuencias de una salida griega:
Hasta este momento, Merkel y su ministro de Finanzas, Wolfgang Schí¤uble, fueron vistos como partidarios de la "teoría de la cadena". Según esta teoría, la unión monetaria es una cadena en la que cada país forma un eslabón. Dado que Grecia es el más díébil, si se separa, la cadena se hará más fuerte en general.
Pero desde este verano, la mayoría de los asesores de Merkel se han convertido en partidarios de la "teoría del dominó", que postula que la unión monetaria no sería más fuerte si sale de Grecia. Por el contrario: si Grecia cae, un país tras otro podría estar en peligro de caídas.
El escenario que plantean los inversores sería el siguiente. Primero Grecia sale del euro. A continuación, los mercados financieros comienzan a apostar que Portugal, España o Italia será el próximo. Pocos inversores querrán prestar dinero a estos países. Las corridas bancarias comenzarían. España decidiría que no tiene más remedio que salir tambiíén. En ese punto, el euro implosionaría. Este escenario dominó no es inevitable, pero es lo suficientemente realista para que los asesores alemanes estíén nerviosos.
Así que la alternativa es que la troika-el FMI, la Comunidad Europea y el Banco Central Europeo se lo pongan un poco más fácil a Grecia. Según algunas estimaciones, Grecia necesita de 20 a 30 mil millones de euros para mantenerse a flote (al menos por ahora). Entonces, ¿cómo podría la troika racionalizar dar más ayuda a Grecia?
La troika podría certificar que los griegos han hecho progresos. De acuerdo con este escenario, el díéficit de financiación inevitable sería minimizado como una desviación temporal lamentable, pero sólo desde el plan original - y que debe ser afrontado como parte del programa de rescate. Despuíés de todo, los díéficits no pueden ser demasiado grandes, o un tercer programa de rescate podría ser necesario.
Christine Lagarde, directora del FMI, ya ha manifestado cierta disposición a ser flexible. "El FMI nunca sale de la mesa de negociaciones", dijo el mes pasado, y agregó que los esfuerzos griegos para frenar el díéficit desde el año 2009 eran "impresionantes". Ahora parece que Merkel tambiíén está lista para ser un poco más flexible. La parte difícil para Merkel, es la venta de esto a los votantes alemanes.
Lacartadelabolsa