La semana pasada fue buena para los mercados. Las bolsas europeas subieron cerca de un 3%, los diferenciales perifíéricos se redujeron, el euro ganó posiciones respecto a las principales divisas, y el optimismo inversor sobre la situación en Europa subió con fuerza.
La intención del BCE de comprar deuda europea de forma ilimitada, la aprobación del constitucional alemán del fondo de rescate europeo, las nuevas medidas de flexibilización cuantitativa de la Fed, han ayudado entre otros factores, ha mejorar la situación.
“El momento es claramente alcista en las bolsas. Es probable que el rally se mantenga durante los próximos 3-6 mesesâ€, afirmaba un importante gestor internacional el pasado jueves.
Pero, ¿está justificado este renovado optimismo? Yo tengo mis serias dudas.
Esas dudas las comparte la gestora Oaktree Capital Management, L.P., cuyo equipo de análisis conozco y lo considero entre los mejores del mercado. Bien, pues en su último informe operativo, Oaktree cree que a pesar de las últimas medidas implementadas en Europa, la solución dista mucho de producirse. Comentan lo siguiente:
Europa representa un problema de enormes proporciones, gran riesgo e incertidumbre ilimitada. Las naciones y los bancos de Europa –especialmente Portugal, Italia, Irlanda, Grecia y España – tomaron parte de una excesiva concesión de críéditos, desperdiciando este proceso en una variedad de formas que van desde desproporcionados programas de beneficios a desafortunadas inversiones.
Deben cantidades que no pueden repagar y tendrán problemas en cumplir con los intereses en la actual íépoca de debilidad económica. Se verán forzados en gastar menos, pero eso traerá más debilidad y añadirá más dolor a sus ciudadanos. A pesar de las duras medidas de austeridad que se han tomado hasta ahora, en muchos países el ratio de deuda pública y privada frente al PIB es ahora más grande que hace cinco años.
La gente pregunta todo el tiempo que sucederá en Europa. Les diríé que la situación es enormemente compleja, turbia e incierta, pero estamos completamente seguros de tres cosas:
- No sabemos lo que sucederá.
- Nadie lo sabe.
- Si usted pide un consejo a un experto y lo sigue, probablemente estíé cometiendo un error.
Cuando un cliente invierte en los fondos de Oaktree, se le entrega un informe en el que se indica en unas pocas páginas que vamos a hacer, y docenas más sobre el escenario que vamos a seguir y que sucedería si ese escenario no se cumpliera. Tenemos la impresión que en el caso de la Unión Europea, los políticos escribieron la primera parte del informe basándose en brillantes esperanzas, pero se olvidaron del resto. Cuando encaran situaciones como las de la actualidad, en mi visión, no hay absolutamente ninguna alternativa a decir que no tenemos ni idea de lo que el futuro deparará. No hay un diagrama o un manual de instrucciones para Europa.
No hay procedimientos para evitar que las naciones incurran en un excesivo díéficit, o para sacar a un miembro de la UE. Cualquier acción que se tenga que tomar necesitará de una decisión unánime de estados miembros que tienen intereses divergentes. En base a todo esto, siento que no puede haber certidumbre sobre:
- Que debería hacerse para solucionar el problema.
- Quíé puede hacerse.
- Quíé se hará.
- Cuales serán las consecuencias de que se haga.
Creo que los líderes europeos seguirán con la estrategia de hacer lo mínimo imprescindible en el último momento posible. Serán medidas paliativas, pero las soluciones reales serán difíciles de alcanzar (en última instancia eso supondrá que las naciones de Europa cedan significativamente su soberanía). Recientemente el BCE anunció un programa de recompra de bonos, y esto fue visto de manera muy positiva. Comprar bonos mantendrá los costes de financiación bajos por un tiempo, pero eso no solucionará el problema. Las importantes tareas que encaran las naciones de la periferia son mucho más importantes: recortar el díéficit, reducir su excesiva deuda, restaurar el crecimiento y la competitividad. Además, es probable que este problema se prolongue durante años, suponiendo que no estalle en una crisis global. Todos esperan que Europa haga lo que sea necesario para evitar este escenario, pero la esperanza no es un plan.
Lacartadelabolsa