WASHINGTON -- El Senado de EEUU comenzó a debatir este jueves una medida temporal de más de un billón de dólares para evitar el cierre parcial del gobierno, una semana despuíés de que la Cámara de Representantes aprobase fondos hasta marzo del 2013.
La medida temporal, formalmente conocida como una “resoluciónâ€, cubriría los gastos de la mayoría de las agencias federales durante seis meses, más allá de cuando termine el año fiscal en curso el próximo 1ro de octubre.
La Cámara de Representantes aprobó su propia medida presupuestaria el pasado 13 de septiembre, con 329 votos a favor y 91 en contra.
Durante el debate iniciado hoy en el pleno del Senado, el senador demócrata por Hawai, Daniel K. Inouye, se quejó de que el Congreso aún tenga que recurrir a parches temporales porque los legisladores no se ponen de acuerdo sobre un plan definitivo.
“Una de las razones principales por las que el Congreso ahora enfrenta una medida de resolución es que la Cámara de Representantes violó el acuerdo sobre (el nivel de) gastosâ€, dijo Inouye, quien lleva casi 50 años en el Senado.
“Hace siete meses, cuando comenzamos esta sesión legislativa, el ambiente era muy distinto: había amplio apoyo para aprobar los proyectos presupuestarios, y varios miembros de ambos partidos hablaron de restaurar el orden y aprobar las 12 medidas presupuestariasâ€, pero el Senado no ha aprobado ni una, señaló.
La medida autoriza un total de poco más de un billón de dólares para “gastos discrecionalesâ€, categoría que incluye fondos para las operaciones del FBI, la Guardia Costera, los programas de defensa, educación y vivienda, así como proyectos de exploración espacial, la construcción de carreteras y ayuda exterior.
Ese monto ya fue aprobado por el Comitíé de Asignaciones de la Cámara Alta recientemente.
Aún si, el Congreso logra un acuerdo para continuar financiando las actividades del gobierno federal, a los legisladores les esperará, tras los comicios de noviembre próximo, otro agitado debate sobre la extensión de los recortes tributarios de la era de George W. Bush, y el futuro de más de $100,000 millones en recortes al Pentágono.