Por... Pablo Dominguez
El desempeño de las nuevas generaciones en las empresas familiares es determinante para su continuidad a travíés del tiempo. Por tanto, el ser capaces de generar --sobre todo en los miembros más jóvenes de la familia-- un fuerte compromiso, es quizá la característica más relevante en las empresas familiares exitosas. Es así que el compromiso, la participación, e identificación de los miembros jóvenes con los proyectos de negocio de la familia, será la fuente de importantes contribuciones para la familia, la empresa y la sociedad.
Un concepto que se ha encontrado útil para comprender la fuente del compromiso de los miembros de la siguiente generación es el de propiedad emocional o psicológica. Muchos la definen como el estado en el que las personas sienten que la propiedad de la empresa o parte de ella es suya, y por tanto, responsables de tomar decisiones favorables en el largo plazo para los intereses de la empresa familiar; aun no siendo propietarios formales.
Es por tanto necesario ir formando a los jóvenes para que sean "buenos propietarios", desde ahora. Por esta formación no nos referimos a la profesión que hayan elegido, sino a aprender a querer a la empresa, a identificarse con los valores familiares y a comprometerse con su misión. Así, la inversión de las siguientes generaciones en: tiempo, trabajo, ideas, esfuerzo por mantener los valores familiares, dependerá del grado de propiedad emocional que hayan alcanzado.
"Para que esto sea posible el papel de los padres es clave para "enamorar" a los hijos del proyecto familiar. Cuando los hijos crecen deben visualizar en la empresa, a la que quieren, claras oportunidades para su desarrollo. La clave es la suma de valores tradicionales, que aportan quienes llevan ya años en la empresa, y la capacidad de innovación, de quienes se van incorporando al proyecto de la empresa familiar. Así, el grado de vinculación con la empresa familiar guarda una estrecha relación con el íéxito y la trascendencia del negocio".
Un caso práctico de esta formación lo podemos apreciar en una empresa que al culminar con íéxito un proceso de sucesión a la quinta generación, su consejo de familia asumió como tarea principal preparar a los "futuros sucesores" (muchos en edad escolar), mediante visitas a las empresas de la familia.
Una investigación de la Cátedra de Empresas Familiares del IESE encontró las siguientes dimensiones positivas y negativas en el clima familiar que inciden en la formación de la propiedad emocional:
Dimensiones positivas
Lograr una íntima familiaridad con los negocios de la familia
Ingreso estructurado y planificado a la empresa familiar
Grado de control sobre la dirección de la empresa
Dimensiones negativas
Experiencias negativas en la empresa
Ingreso informal y/o forzado a la empresa familiar
Falta de control sobre la dirección de la empresa
En el PAD hemos realizado una investigación similar a los participantes de los seminarios sobre empresas familiares en el 2010 y 2011, y obtuvimos los siguientes resultados:
Ante la pregunta ¿percibes que tienes un vínculo emocional con la empresa familiar? el 71% respondió que tiene un vínculo emocional muy fuerte y un sentido de destino compartido con la empresa familiar, sólo un 8% tiene un vínculo emocional superficial y positivo.
Preguntamos tambiíén ¿te sientes identificado con la empresa familiar? y el 70% respondió que se siente totalmente identificado/a con la empresa familiar, el 20% se sentía muy identificado, mientras que sólo el 1% se sentía poco identificado.
Respecto a ¿por quíé te sientes identificado con la empresa familiar? el 29% respondió que se sentía identificado con la visión de largo plazo de la empresa, el 22% con la historia familiar y el 17% con los valores familiares.
Los que confirman la importancia de mantener y reforzar la identificación con la empresa familiar, para lo cual la visión, la historia familiar y los valores resultan ser los factores más relevantes.