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Autor Tema: El problema "morrocotudo" de España es su díéficit: enorme, inabarcable  (Leído 225 veces)

Orpheo

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Ya tenemos los Presupuestos del Estado: aunque sólo se suela hablar de uno son dos: el de Ingresos y el de Gatos, y claro, el tema de los Presupuestos está en la palestra porque España ‘tiene unos compromisos con Europa’ que tiene que cumplir.

Ya lo hemos comentado sesenta veces, va la sesenta y una: España, entre los problemas que tiene, tiene uno morrocotudo: su díéficit: enorme, inabarcable. Las previsiones del FMI (27 Julio) sobre el díéficit español eran significativas (en porcentaje del PIB):

2012 2013 2014 2015 2016 2017
-6,3   -4,7   -3,6   -3,3   -2,6  -2,1

Y ya se sabe -porque el Gobierno lo ha dicho- que el -7,4% es el díéficit con el que se va a cerrar el año en curso.

El Gobierno se emperra (este: otro de otro color pienso que estarí­a actuando de la misma manera) en recortar y seguir recortando y en subir unos impuestos cuya recaudación degenera, tal y como reconoció el Sr. Ministro de Hacienda el pasado Martes 26 de Septiembre, debido a un aumento de la economí­a informal (pienso que debemos ir acostumbrándonos a utilizar este calificativo habitualmente utilizado en Míéxico porque eso es lo que va a ir sucediendo paulatinamente en la economí­a española: se va a ir informalizando en proporción a la degradación del entorno).

Bien. Parece ser que ni Gobierno ni oposición ni diversos expertos acaban de ver cuales son los problemas madre que tiene la economí­a española: 1) España no crece: NO CRECE, es decir, su PIB no aumenta, y 2) España arrastra una deuda total que no puede pagar: NO PUEDE PAGAR.

A base de hachazos a los gastos España no va a poder reducir su díéficit porque sí­. Con recortes y represión de las protestas se logrará que el gasto público baje, pero al mostrar los ingresos públicos una senda de estancamiento (de suaví­sima caí­da, en realidad), debido a que la economí­a no crece la diferencia: el díéficit, no revertirá. La recaudación fiscal aumenta cuando se da crecimiento económico, lo contrario, los recortes de lo ya recortado solo llevan al empobrecimiento sin finalidad: si el empobrecimiento de España durante unos años sirviese para cumplir, pues vale; pero no será así­ porque es imposible alcanzar por esa ví­a el equilibrio.

España no va a cumplir lo acordado porque no crece, ni tampoco va a crecer lo suficiente para pagar lo que ya debe, por lo que se clavará otro clavo en el ataúd de la desconfianza hacia España: decrecimiento o crecimiento absolutamente insuficiente, deuda impagable, malestar social.

La vuelta al crecimiento que España necesitarí­a: el de los años del ‘España va bien’ cuando España estaba de moda, no va a volver porque España no puede volver a hacer lo que hizo para crecer como creció, entre otras razones porque quienes se lo permitieron ya no se lo van a permitir, luego España como un todo se ha de acostumbrar a crecer poco, desde luego bastante menos del 2% necesario para generar ocupación neta, por lo que lo que cabe esperar es un desempleo estructural alto, muy alto.

Terrible, ya, pero eso no resuelve el problema de la deuda que se debe y que no se puede pagar. La salida a eso es una quita, alta, importante, substancial. Y general: nadie puede pagar todo lo que debe. Ya, eso supone acometer cambios y aceptar cosas, la más evidente: hacerse más pequeños: un crecimiento bajo y un estándar medio de vida menor.

Y si lo de la quita no gusta, hay otra opción: se mete una parte de la deuda en un armario, se cierra, y se tira la llave; para el caso tanto da.

Recuerden, no lo olviden: no se crece y no se puede pagar lo que se debe. Eso les pasa a todos los paí­ses. A unos más que a otros, cierto. Y a España a uno de los que más.

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull. Lacartadelabolsa
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En individuos, la locura es rara; en grupos, partidos, naciones y épocas, es la regla", Nietzsche.