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La India pidió hoy a los países vecinos oponerse al ríégimen de impuestos planteado por la Unión Europea (UE) sobre las emisiones de dióxido de carbono de las aeronaves que sobrevuelan el Viejo Continente.
El llamado a limitar el crecimiento de la aviación para reducir su impacto ambiental no es aceptable para nosotros, dijo el ministro indio de esa área, Ajit Singh, al intervenir en la 49 Conferencia de Directores Generales de Aviación Civil en la región Asia-Pacífico.
Singh, por el contrario, se mostró partidario de propiciar el crecimiento de esa actividad y de resolver los problemas con soluciones innovadoras.
Pedimos a los delegados oponerse a las medidas ambientales unilaterales impuestas por un Estado o grupo de Estados como el EU-ETS y trabajar con la Organización de la Aviación Civil Internacional para proteger el medio ambiente mundial sobre la base de la equidad y el consenso, dijo.
El ríégimen dispuesto por la UE (EU-ETS, por sus siglas en inglíés) exige a las compañías aíéreas, sin importar nacionalidad, pagar a partir de la primavera del 2013 un impuesto si sus aeronaves rebasan determinados límites de emisión de CO2 cuando vuelan sobre Europa.
Tambiíén impondrá severas penas, incluida la prohibición de operar en la región, a las empresas que violen aquella disposición.
A inicios de mayo, Bruselas dio la India y China un mes más para comunicarle los volúmenes de CO2 que emiten sus aerolíneas, pero en lugar del informe, lo que ha recibido es una resistencia más tenaz.
Unos días despuíés, en una nueva vuelta de tuerca a los forcejeos sobre el tema, Nueva Delhi amenazó con prohibir las operaciones de las aerolíneas europeas sobre su territorio si la UE impedía a las suyas volar a Europa por negarse a observar la tasa carbono.
Los dos gigantes de Asia encabezan las protestas contra el EU-ETS, pero entre los opositores tambiíén figuran Estados Unidos, Rusia y otros 19 países.
Con menos del tres por ciento de las emisiones vinculadas con el transporte aíéreo sobre la superficie que abarca la UE, la India y China rechazan la tambiíén llamada tasa verde por considerarla un impuesto comercial unilateral so pretexto de contribuir a la lucha contra el cambio climático.
Una normativa europea puesta en vigor el 1 de enero obliga a las compañías que sobrevuelan Europa a comprar el equivalente al 15 por ciento de sus emisiones de carbono, equivalentes a 32 millones de toneladas.
Bruselas calcula que, según el recorrido, la tasa obligará a las empresas aíéreas a aumentar entre cuatro y 24 euros el precio de los pasajes, pero expertos consideran que esas cifras se quedan cortas.
