Por... Yuriíén Portelles
Quito.- Expertos de varias latitudes coincidieron hoy en esta capital en que es posible combatir la pobreza con políticas públicas encaminadas a recuperar el patrimonio.
En el primer encuentro sobre la temática, iniciado aquí la víspera, Carlos Espinosa, de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales de Ecuador, abordó el rol de la memoria y del patrimonio y de la política nacional del Buen Vivir de este país con ese afán.
El investigador, uno de los ponentes en esta jornada, dijo a Prensa Latina que todavía en el mundo se reduce el patrimonio al folklor, sin ningún tipo de vínculo con una reivindicación política, muchos menos económica.
En su opinión, debe abrirse la posibilidad de un diálogo sobre el patrimonio entendido como una forma social y económica que puede contribuir a erradicar la pobreza en la medida en que se inscribe en proyectos en los cuales participan los actores sociales, como el llamado turismo comunitario.
Apuntó que es necesario abrir los campos en los que realmente se logra vincular el tema de la cultura, de la reivindicación de la diversidad, pero en el eje de prácticas de experiencias concretas que alimente tipos de economía endógena, alternativa y solidaria.
Consideró entre los logros de la política pública de Ecuador el hecho de que existe una perspectiva integradora para inscribir el concepto patrimonial en varios ámbitos de la sociedad, no disociado de la economía ni de prácticas culturales y sociales.
Otros exponentes en esta segunda jornada fueron la paraguaya Ana Burró, quien disertó acerca del desarrollo turístico en las Misiones Jesuísticas Guaraníes como estrategia para reducir la pobreza y la generación de empleo, y María Teresa Incháustegui, de Míéxico, sobre Ciudadanía, Patrimonio y Políticas Sociales.
Con este foro, que concluye mañana, se trata de dar continuidad a la propuesta nacional presentada en la Cumbre de la Tierra Río+20 de incluir el elemento cultural como el cuarto pilar para el desarrollo sostenible.
El evento coincide con la conmemoración de los 40 años de la Convención de Patrimonio Mundial suscrita en París en 1972, la cual tuvo en Ecuador a uno de los primeros países que la ratificaron.