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Autor Tema: OMC: Elecciones en el Olimpo...  (Leído 206 veces)

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OMC: Elecciones en el Olimpo...
« en: Octubre 27, 2012, 08:00:50 pm »
Por...  Umberto Mazzei 




El cargo de Director General de la OMC está abierto a la sucesión y esta vez la Dirección le toca a Amíérica Latina y el Caribe. Según el reglamento, el proceso para nombrar directores generales se inicia nueve meses antes de la expiración del mandato del titular; en este caso, M. Pascal Lamy. El nuevo Director General deberá asumir funciones el primero de Septiembre, 2013, y el proceso de elección se inicia el primero de diciembre, 2012. 
 
Los antecesores formales de M. Lamy han sido cuatro, pero en realidad la persona más influyente en conducir y desembocar el GATT en la OMC fue el suizo Arthur Dunkel, cuyo equipo redactó el famoso texto Dunkel, que es la plantilla de la OMC. El texto despertó muchas ilusiones entre aquellos que no lo leyeron pensando mal e imaginaron que la equidad en el comercio podí­a ser obra de aquellos que habí­an creado todo lo contrario.
 
El Primer Director General formal fue Peter Sutherland (1993 – 1995), abogado y banquero Irlandíés, que fue el último director del GATT y por unos meses Director General fundador de la OMC. Le sucedió Renato Ruggiero (1995 – 1999), burócrata financiero italiano, que vení­a de ser director en la FIAT y en el gabinete Kissinger. Hasta aquí­, todos europeos.
 
En 1998, se aplicó el principio, practicado en la ONU, de la alternación regional en los cargos. Se comenzó por Asia y ocurrió un enfrentamiento por la sucesión entre paí­ses desarrollados y paí­ses en desarrollo. El candidato de los primeros fue Mike Moore, un prestigioso polí­tico laborista neozelandíés y experto en temas de comercio; el candidato de los segundos fue el tailandíés Supachai Panitchpakdi, economista, polí­tico de larga trayectoria como banquero. Al final se acordó compartir el perí­odo. Contra las expectativas, Moore (1999 – 2002) dirigió con criterios amigables a los paí­ses en desarrollo y Supachai (2002 – 2005) antepuso su visión de banquero a los intereses del desarrollo, con lo que asumimos que hizo míéritos para confiarle luego la UNCTAD.
 
El Director General de la OMC para el perí­odo 2005 – 2009 le tocaba al ífrica o al grupo de la Amíérica Latina y el Caribe (GRULAC).  Hubo 4 candidatos: por Amíérica Latina, el brasileño Luis Felipe Seixas de Correia y el uruguayo Carlos Píérez del Castillo, en ífrica, Mauricius presentó a Jayakrishna Cuttareey. De manera muy incoherente con la alternación regional, se aceptó la candidatura de Pascal Lamy, quien habí­a sido Comisionado Europeo para Comercio.
 
La división de Amíérica Latina se realizó con la tíécnica de lanzar con antelación un candidato que no obtenga mayor consenso, para dividir el cuerpo constituyente antes de que surja el candidato natural. Fue así­ como en lugar de Seixas fue elegido M. Lamy, que vino a ser el tercer europeo al timón de la OMC… y tambiíén el cuarto, porque fue re-elegido en 2009. No es que a M. Lamy lo renovaran por míéritos y con aclamación, sino al contrario, es que enredó y desacreditó tanto la negociación, que ya nadie querí­a hacerse cargo de su madeja.   
 
La elección
 
Los paí­ses tienen desde el 1º hasta el 31 de diciembre para presentar candidatos. Cierto que no es la mejor íépoca para negociar y contactar candidatos, pero la OMC de M. Lamy pareciera encontrar propicio el decidir asuntos en el mes de diciembre. Reuter, la agencia de noticias donde M. Lamy es director, avanzó posibles candidatos, pero para desacreditarlos. El Embajador brasileño Roberto Acevedo tendrí­a más categorí­a si hubiese sido ministro, como M. Lamy; el Ministro surafricano Rob Davis serí­a demasiado extremista y … seguramente irá de Director General de la UNCTAD.   
 
Siempre con Reuters, en un despacho desde Tokio (13/10/2012), M. Lamy nos informa en un titular que “La Geografia no debe importar al escoger al Jefe de la OMC”. Sucede que eso es un grave obstáculo que tienen para repetirse, tanto M. Lamy como sus cuatro Directores Adjuntos: el chileno Alejandro Jara, por Amíérica Latina; la ruandesa Valentine Sendanyoye Rugwabiza, por ífrica, el hindú Harsha Vardhana Singh, por Asia; Rufus H. Yerxa, por EE UU. Toda esa geografí­a está con Lamy en la OMC, desde el 2005…et allors?
 
Según dice M. Lamy, lo único que debe contar es la capacidad. Dice que la elección no debe ser un juego diplomático, sino un juego de caza de talentos (“head hunting game” dijo). El talento serí­a un obstáculo más grave aún para otra reelección, porque durante los ocho años que ya llevan M. Lamy y sus adjuntos, todo permaneció estancado. La gran novedad que ofrecen ahora es cambiar las reglas comerciales hacia “cadenas de valor”, que es el enfoque de la producción que tienen las empresas transnacionales y apátridas. En efecto, ya es buena hora de traer cabezas nuevas y tanto mejor si se respeta la ecuánime distribución regional de los cargos. Talento hay en todas partes, lo que falta es buena orientación polí­tica.
 
Hasta ahora hay dos candidaturas formales. La del ministro ghaníés Alan Kyeremate y la del ministro neozelandíés Tim Grosser. En cuanto a la distribución regional ambos estarí­an mal ubicados. El Sr. Kveremate, porque ífrica ya tiene el representante de un paí­s africano – Sur ífrica – que irí­a a presidir la UNCTAD. El Sr. Grosser – un simpático motociclista y rockero-  porque Nueva Zelanda ya ha tenido mucho más que su justa cuota de cargos; no sólo tuvo un Director General, sino que ha presidido el Comitíé de Agricultura durante 9 años seguidos, desde el 2003, sucediíéndose los embajadores como si fuese un feudo hereditario neozelandíés.
 
Los candidatos de Amíérica Latina y el Caribe - la región a la que corresponde el próximo Director General-  están aún por lanzarse. Se rumora que se lanzará la costarricense Anabel González, para romper la unión entre los paí­ses latinoamericanos, por lo inaceptable de su compromiso extremo con las cadenas de valor, con la agenda de los Tratados de Libre Comercio y con la inclusión de estos mismos en el ámbito multilateral. Es lógico asumir que los candidatos provenientes del “establishment” polí­tico que firmó TLCs con Estados Unidos o Europa, no inspiran confianza para  presidir la OMC. Son gente que cedió, en esos papeles, todo aquello que en la OMC encuentra oposición de paí­ses en desarrollo o que se discute.   
 
Si en Mercosur, el Caricom o el ALBA piensan en una candidatura, es la hora de tomar la iniciativa y negociarla, para impedir que se repita el triste espectáculo del 2005, cuando una candidatura anticipada y estíéril, dividió el apoyo del GRULAC e hizo perder empuje al mejor candidato que hubiera podido ganar.
 
La importancia de la repartición de cargos
 
En todos los organismos internacionales es muy importante la distribución de los cargos con responsabilidad para un funcionamiento equitativo. En la OMC esos cargos revisten la mayor importancia, porque conducen una organización negociadora cuyo tema es algo tan concreto como el futuro de la economí­a real mundial. Sin embargo, la presente repartición de cargos directivos está concentrada a favor de los paí­ses desarrollados.
 
La OMC cuenta con 157 miembros (08/2012), de los cuales sólo un 21% son desarrollados. Sin embargo, todos los directores generales provienen de ese grupo de miembros, con la breve excepción (3 años) de Supachai, que es tailandíés, pero es banquero. El total de cargos  asignados en la OMC se reparte entre los grupos regionales según la figura 1.
 
En el total de cargos, la repartición aparece con visos de alguna equidad entre desarrollados  y paí­ses en desarrollo, con desventaja para ífrica.
 
Pero hay que tomar en cuenta que una división entre paí­ses desarrollados y paí­ses en desarrollo agrupados por regiones, no es neta. Las empresas transnacionales por las que habla el mundo desarrollado tienen otras voces. Tambiíén hablan por ellas aquellos paí­ses en desarrollo controlados por íélites que obedecen órdenes de paí­ses desarrollados o que están directamente asociadas con empresas apátridas  establecidas en sus propios paí­ses.   
 
La repartición de los cargos en los principales órganos de funcionamiento de la OMC, ya contienen iniquidades aún según las simples categorí­as de paí­ses desarrollados y en ví­as de desarrollo, que calcularemos de menor a mayor gravedad.
 
El GRULAC tiene mayor proyección en el Comitíé de Negociaciones Comerciales y sus grupos subsidiarios; lugares donde se habla mucho. Los paí­ses desarrollados tienen allí­ un 33%; entre los paí­ses en desarrollo, el GRULAC tiene un 34%, Asia un 26% y ífrica un 7%.
 
En los í“rganos Principales (16 órganos, entre ellos el Consejo General) encontramos que el 39% esta en manos de funcionarios de paí­ses desarrollados; los paí­ses en desarrollo obtuvieron un 22% para Asia, un 20% para el GRULAC y un 19% para ífrica.
 
La repartición se hace menos ecuánime a medida que entramos en intereses más concretos. En el área de Comercio de Mercancí­as y sus grupos subsidiarios, vemos a los  desarrollados con el 45% de los cargos. Los paí­ses en desarrollo tienen el resto: 20% para Asia, 19% para el GRULAC y 16% para ífrica.
 
El caso extremo es el área de Servicios. Allí­ los paí­ses desarrollados tienen el 52% de los cargos, mientras los paí­ses en desarrollo se reparten lo que queda: 27% para Asia, 17% para el GRULAC y 4% para ífrica. Servicios es la actividad que incluye el área  financiera.
 
Conclusión
 
M. Lamy escribió algo[1] sobre ese feo anglicismo de “gobernanza” y a escala global, pero lo que describe, así­ como las cadenas de valor que enarbola ahora, no son ideas novedosas. Ambas son la vieja historia de gobernar sobre la globalidad de los recursos, a favor de unos pocos; sólo que en más grande y para una banda de banqueros privilegiados.
 
Con tanta gente hábil repartida en el mundo, esa historia no puede seguir, ni va a seguir así­.   
 

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[1] La díémocratie monde: pour une autre gouvernance globale (Seuil, 2004).


•... “Todo el mundo quiere lo máximo, yo quiero lo mínimo, poder correr todos los días”...
 Pero nunca te saltes tus reglas. Nunca pierdas la disciplina. Nunca dejes ni tus operaciones, ni tu destino, ni las decisiones importantes de tu vida al azar, a la mera casualidad...