Suma y sigue. Las primas a las energías renovables alcanzarán el próximo año 2013 un importe de 9.100 millones de euros, de acuerdo con los cálculos preliminares que maneja la Comisión Nacional de Energía (CNE). El dato representa un incremento de casi el 14% sobre la liquidación prevista para este ejercicio 2012, en el que se estima un coste de estas subvenciones cercano a los 8.000 millones de euros. De momento, al cierre del mes de agosto, el llamado ríégimen especial había absorbido ayudas de 6.800 millones de euros.
El ministro de Industria, Josíé Manuel Soria, decretó a principios de año una moratoria que suspendía las retribuciones económicas para nuevas instalaciones de renovables. Una decisión orientada a frenar la sangría de un segmento de producción que cuenta con una potencia instalada de más de 100.000 Mw cuando la demanda punta sólo llega a los 40.000 Mw. El gozo se quedará en el pozo porque los compromisos asumidos durante la etapa dulce de Miguel Sebastián obligan al erario público a un esfuerzo financiero que tarde o temprano deberá ajustarse con un recorte de las primas a las renovables.
Despuíés de las tensiones con el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, los responsables de la política energíética han conseguido pactar una solución de compromiso que medios del sector consideran un parche “para ir capeando el temporalâ€. En virtud de las enmiendas introducidas in extremis al proyecto de Ley de medidas fiscales para la Sostenibilidad Energíética, el Gobierno ha decidido que una parte de las subvenciones del ríégimen especial pasen a ser financiadas con cargo a los Presupuestos del Estado. El objetivo es reducir los costes de los llamados peajes de acceso a las redes de electricidad, aliviando de este modo la carga de la factura en el recibo de la luz.
Para el ejercicio 2012 y siguientes se ha determinado que Hacienda corra con el gasto de un 38,3% de las subvenciones pagadas, lo que supone el reconocimiento en las cuentas públicas de un gasto adicional de 3.000 millones de euros en números redondos. A esta cifra habría que añadir los 2.100 millones de euros procedentes de los gastos financieros del díéficit de tarifa que el propio ministro Soria anunció el pasado mes de septiembre que pasarían a financiarse tambiíén con cargo a los Presupuestos del Estado.
La generosidad de Montoro a la hora de sufragar una porción esencial de los costes del sistema elíéctrico ha despertado las suspicacias de los mismos productores del ríégimen especial, que se muestran bastante escíépticos con la eficacia de una medida que va a generar tensiones adicionales en las cuentas públicas de los próximos años. La previsión oficial para 2013 es la piedra de toque que demuestra la inestabilidad de los gastos que serán endosados a los Presupuestos.
A cambio es previsible que el cíélebre “impuestazo†elíéctrico y sus ingresos derivados, estimados en torno a los 1.800 millones de euros, tengan que ir destinados tambiíén a equilibrar las cuentas públicas del próximo ejercicio. Lo que se va en lágrimas se cobra en suspiros y si en última instancia fuera necesario siempre quedará el socorrido recurso a subir el recibo de la luz. Eso, o pegar un hachazo sin mirar a las multimillonarias primas con las que ahora se pagan las energías verdes en España.