Por... Yuriíén Portelles
Quito.- La visión indigenista del Sumaj Kawsay o del Buen Vivir podría poner a la humanidad a buen recaudo ante la inminencia de una debacle medioambiental, al preconizar la interacción armónica de los individuos con su entorno.
Los nativos piden, incluso, permiso a los animales cuando van a sacrificarlos para comer y hasta les explican el por quíé de esta decisión de los seres humanos, en una señal de respeto extremo por la naturaleza que los acoge a ambos, bajo la idea de tomar de esta sólo aquello necesario para existir.
El equilibro entre la Madre Tierra y los individuos se convierte en el centro de esta alternativa, conocida en Bolivia, por ejemplo, como Sumaj Qmaña o Vivir Bien, y ha sido asumida en las constituciones de ese país y de Ecuador.
En el II Encuentro de los Pueblos y Nacionalidades, realizado en Quito del 5 al 7 de noviembre, los participantes de unos 15 países coincidieron en instar a las organizaciones regionales de integración a adoptar este concepto como derrotero.
Los asistentes disertaron sobre la protección de los derechos de la naturaleza, soberanía alimentaria y la justicia constitucional en base al conocimiento de la relación ancestral en un arreglo con el medio.
Entre los delegados en este foro estuvieron presentes Adalid Contreras, secretario general de la Comunidad Andina de Naciones (CAN), representantes de otros organismos regionales y María Fernanda Espinosa, ministra coordinadora del Patrimonio de Ecuador.
EQUILIBRO DE VIDA
Para Fíélix Tito Ancalle, de la nación Ankara, en Huancavelica, Perú, el Sumaj Kawsay es una forma de vivir más equilibrada, que tiene que ver con la asunción espiritual desde nuestra propia cultura, aseveró a Prensa Latina en la capital ecuatoriana.
Ancalle, ataviado con su vestimenta típica, aseguró que en el pensamiento occidental se vetaba esta cosmogonía porque existía un control hegemónico, pero hoy día no es posible.
En su criterio, este sería uno de los paradigmas que salvaría el deterioro de la madre tierra o la extinción de la especie humana, que, dijo, pareciera inminente.
Respecto a la instauración de este modelo en las políticas públicas de Perú, afirmó que todavía no es factible porque los gobernantes no lo comprenden, a pesar de que allí existen 72 culturas y 42 idiomas nativos.
El viceministro boliviano de Descolonización, Fíélix Cárdenas, aseguró en entrevista con Prensa Latina que ante el fracaso en la construcción de sociedades en la modernidad, los pueblos indígenas tienen un mensaje para la supervivencia del mundo.
"Cuando hablamos del Sumaj Kawsay, del Sumaj Qmaña, o del Buen Vivir, no estamos hablando para nosotros. Ese es nuestro mensaje, que puede resolver crisis desde nuestras filosofías", expresó el vicetitular.
Vestido con poncho rojo y rayas en colores, de tradición aymara, Cárdenas refirió que no solo es posible trasladar ese conocimiento antiquísimo heredado de los primeros pobladores del continente, sino resulta una tarea para este mundo contemporáneo, con crisis de todo tipo.
En su consideración, así como los conquistadores llegaron a esta región a mostrar lo que creían el mundo moderno y a decirles a los nativos el estado atrasado en cual supuestamente estaban, ahora los pueblos originarios deben mostrarles sus saberes a esas regiones estimadas desarrolladas.
Los indígenas, enfatizó, pueden enseñar su filosofía como una nueva manera de construir una sociedad, a partir del restablecimiento del equilibrio con la Madre Tierra, por ejemplo, al evitar la depredación de los bosques y la contaminación del ambiente, haciendo uso solo de lo imprescindible para existir.
En el caso boliviano, dijo que se trabaja en la construcción de una sociedad a partir de los conocimientos y saberes de los pueblos ancestrales para combinarlos con la modernidad.
Sin embargo, el camino es complejo porque, a su juicio, es difícil desmontar en apenas seis años 500 de colonialismo, pero existe el proyecto de una sociedad futura con ese fundamento.
Al menos para el 2024 se espera que Bolivia exhiba cero en racismo, discriminación y pobreza, como reflejo de buenas prácticas.
"Esa será nuestra forma de medir nuestros avances", señaló, y apuntó que forma de vida no es un objetivo, sino una consecuencia de cuanto es posible, sobre la base de una relación de igual a igual con la naturaleza.
BUEN VIVIR PARA TODOS
Los signatarios de la Declaración final exhortaron a la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra Amíérica (ALBA), a la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y la Comunidad Andina de Naciones (CAN), a asumir el paradigma ancestral para avanzar a otros estadios sociales.
Por ello, instaron a los gobiernos e instancias regionales del área para que el Sumaj Kawsay oriente el modelo de desarrollo regional, basado en relaciones de espiritualidad y armonía con la madre tierra y los pueblos que en ella habitan.
El documento propone una articulación de una agenda común desde los espacios de integración del área que potencie una mejor comprensión y en consecuencia una aplicación efectiva de políticas públicas y regionales.
A ello se suma la necesidad de establecer el diálogo entre los distintos pueblos y nacionalidades en el marco de la plurinacionalidad e interculturalidad de Amíérica con los Estados y gobiernos de la región para desarrollar conjuntamente los conceptos planteados.
La conclusión de este foro internacional estuvo a cargo de la secretaria de Pueblos, Mireya Cárdenas, quien dijo que más allá de un encuentro unen a los pueblos las utopías, los sueños y la marcha con un solo corazón, lo que debería hacer toda Amíérica Latina.
En declaraciones a Prensa Latina, la titular de la Secretaría de Pueblos y Movimientos Sociales de Ecuador abogó porque el Sumaj Kawsay sea considerado para la región latinoamericana.
En el caso ecuatoriano, aseguró, ello ha permitido reforzar el sentido de pertenencia de sus pobladores a una comunidad específica e impulsar la unidad en torno a la nación, por lo que sería factible insertar en las políticas públicas del área este concepto de vida de los pueblos ancestrales.
Expuso que se ha garantizado en la Constitución de 2008 los derechos para los pueblos afroecuatorianos, montubios y nativos, e incluso los de la naturaleza, y se aboga desde Ecuador por una declaración universal que proteja a la Pacha Mama.
Para ello, se trabaja en la construcción del Estado plurinacional e intercultural de Ecuador, con 18 pueblos y 14 nacionalidades.
Aunque todavía, al decir de la ministra, se precisa que políticas públicas sociales con ese concepto sean aterrizadas con mayor íénfasis en los territorios para ir concretando el país soñado por todos.