La morosidad de las empresas cuya actividad no está ligada a la construcción o inmobiliarias supera en 2,5 veces las de las hipotecas a particulares. Así, si los dudosos en críéditos sobre vivienda suponen el 3,1 por ciento del total, según datos de junio del Banco de España, las empresas no constructoras tienen una mora del 7,8 por ciento, superior incluso que la que presenta el críédito al consumo.
La evolución es preocupante, ya que refleja las dificultades crecientes del tejido productivo, y pronostica una larga espera para lograr salir de la recesión.
Tan sólo la mora de los promotores e inmobiliarios, del 27 por ciento, supera a la del resto de firmas. El ajuste en este sector explica el aumento de la ratio respecto a meses anteriores, si bien queda el consuelo de saber que la gran parte del riesgo será traspasado al banco malo, la Sareb, por lo quedejará de contaminar los balances bancarios, comiendo recursos en provisiones para quitarlos al nuevo críédito.
Todo lo contrario que el resto de críéditos a empresas, cuya evolución empieza a ser uno de los principales quebraderos de cabeza de las entidades. Según los datos del Banco de España, el deterioro de su morosidad empezó en junio de 2011, si bien a partir de diciembre, como se puede ver en el gráfico, el aumento continuó de forma cada vez más acelerada.