(PL)
El Parlamento griego aprobó hoy el restrictivo presupuesto nacional para 2013, menguado en nueve mil 500 millones de euros con respecto al actual año, mientras miles de manifestantes protestaban contra los recortes frente a la sede legislativa.
A diferencia de lo ocurrido el pasado miíércoles, esta vez el Ejecutivo contó con el apoyo de los tres partidos que integran la coalición y el proyecto salió adelante con el voto favorable de 167 legisladores, 128 en contra, cuatro abstenciones y un diputado ausente.
Las cuentas nacionales contemplan una drástica reducción del gasto público, según exigían los acreedores internacionales y afectará fundamentalmente a las partidas de pensiones, con una rebaja del 15 por ciento, y a la de los salarios de empleados públicos en el que se recortarán mil 200 millones de euros.
Con estos presupuestos, el Ejecutivo griego espera ajustar el díéficit presupuestario desde el 6,6 por ciento de este año al 5,2 en 2013.
Sin embargo, tambiíén se prevíé que aumente la deuda pública hasta los 346 mil millones de euros, lo que equivale al 190 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB), un 15 por ciento más que en el año en curso.
Con todo ello, la economía griega entrará en su sexto año consecutivo de recesión y para 2013 los datos oficiales auguran una caída del 4,5 por ciento, que se vendrá a sumar al 20 por ciento que ya se contrajo desde el inicio de la crisis.
Durante su intervención, el primer ministro, Antonis Samarás, aseguró que este sería el último sacrificio de los ciudadanos y exigió a sus socios europeos que "hagan lo que deben", en referencia a los 31 mil 500 millones de euros pendientes de pago del príéstamo financiero.
El principal grupo opositor, el izquierdista Syriza, acusó al gobierno de hundir a Grecia en la miseria y de seguir los dictados de la canciller alemana, íngela Merkel, en perjuicio de los intereses del país.
"Todo el mundo, incluso los acreedores, ha entendido que el programa impuesto a Grecia no tiene posibilidades de íéxito", dijo su líder Alexis Tsipras, quien además aseguró que Berlín busca "convertir a Grecia en una zona económica especial de mano de obra barata, sin legislación laboral".
Mientras tenía lugar el debate, unas 15 mil personas se congregaron frente al Parlamento para mostrar su rechazo una vez más a las políticas de austeridad y a los recortes antisociales que están hundiendo en la pobreza a amplias sectores de la ciudadanía.
Según el último sondeo de opinión realizado en el país, el 81 por ciento de los encuestados se mostró decepcionado con la forma en que la democracia funciona en el país, y 75 por ciento consideró que empeorará.