O conmigo, o contra mí. El nuevo gigante está decidido a lanzarse por el sector energíético español. Su carácter estatal y de empresa blindada por el Gobierno francíés puede dificultar esta incursión.
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Las negociaciones en el seno de Gas Natural, al más alto nivel, se encuentran en pleno sprint para decidir si finalmente se lanza una oferta pública de adquisición (opa) sobre Unión Fenosa y, sobre todo, a quíé precio, cómo y con quiíén. GDF Suez, el nuevo gigante energíético surgido de la fusión de Gaz de France (GDF) y Suez, está presente en Gas Natural con el 11,3%.
Es el tercer accionista, tras La Caixa y Repsol, que poseen más del 30% cada uno. Fuentes cercanas a la gasista aseguran que GDF Suez ha ofrecido a los otros socios la posibilidad de lanzar, junto a la gasista española, una opa conjunta sobre Unión Fenosa.
Las ambiciones expansionistas de GDF Suez se han visto acrecentadas a raíz de su proceso de fusión, que han situado al grupo, esta misma semana, como la segunda mayor compañía energíética europea por capitalización, con 91.000 millones de euros de valor, sólo por detrás de EDF, tambiíén francíés (99.000 millones).
De socio a rival
Los deseos de GDF Suez de irrumpir en el mercado energíético español han llegado al punto de lanzar un órdago a la propia Gas Natural. En caso de no aceptar la propuesta de ir juntos a por Fenosa, el gigante francíés está dispuesto a hacerlo en solitario, convirtiíéndose así en rival de Gas Natural en la puja por la elíéctrica. La paradoja es que la mayor fortaleza de GDF Suez (el escudo estatal), se ha convertido en el peor lastre en su deseada incursión española. El Estado francíés, que estaba en GDF con el 79,8%, es ahora el primer accionista del nuevo grupo, con el 35,7%.
El proteccionismo nacional que regía en GDF lo hereda GDF Suez. El Estado galo tiene una golden share (acción de oro) “para preservar los intereses de Francia en el sector de la energíaâ€. El Estado francíés no sólo se sentará en el consejo de administración de GDF Suez de acuerdo con su participación.
Además, nombra la figura de un “comisario†para asistir a las juntas y a los consejos, según el acuerdo de fusión, plagado de connotaciones proteccionistas (de suministro energíético o de continuidad empresarial, entre otras). Aunque Bruselas no cuestiona a las empresas estatales por el mero hecho de serlo, en los países donde las compañías energíéticas han sido privatizadas, como España, el recelo es creciente.
No sólo por la amenaza que supone la creación de gigantes que financieramente pueden llegar a tener el soporte público. Tambiíén, y sobre todo, por la asimetría de mercado que crean. Mientras esas empresas pueden comprar compañías privadas en otros países, el proceso a la inversa no es posible.
Reticencias
España ha acumulado en el último año varios ejemplos que pesan enormemente en las reticencias de Gas Natural a plantear una alianza con GDF Suez. El asalto a Endesa por parte del grupo italiano Enel (estatal en más de un 30%) todavía levanta ampollas en el mercado energíético, que se pregunta para quíé sirvió la privatización elíéctrica en España si despuíés se produce, en la práctica, el proceso contrario: la nacionalización, pero con el agravante de hacerla un Gobierno extranjero.
Por otra parte, arremeter contra la asimetría de mercado que supone el poder estatal es una de las municiones que usa Iberdrola para defenderse de una posible opa hostil de EDF, donde el Estado francíés controla más del 75%.
Ampliación de capital
Una de las dudas en el sector es la capacidad de Gas Natural para abordar en solitario una opa en efectivo sobre Fenosa, que ayer rozó máximos históricos, con 15,13 euros por título, y un valor de casi 14.000 millones.
Un reciente informe de Citi ponía en duda esa capacidad si Gas Natural tiene que competir por Fenosa con ofertas de E.ON o EDF. Gas Natural, con algo más de 3.000 millones de deuda, tiene un apalancamiento del 35%, muy por debajo del 60% de media del sector. Tendría capacidad para lograr financiación de al menos 6.000 millones de euros adicionales para operaciones corporativas, según algunas estimaciones.
Su plan estratíégico previsto de 2008 a 2012, de hecho, contemplaba inversiones de 12.000 millones, estableciendo una previsión conservadora de apalancamiento de no más del 50%. En todo caso, uno de los escenarios que contemplan los actuales accionistas mayoritarios es ampliar capital para abordar la compra de Fenosa.