El supervisor español de los mercados (CNMV) ha conseguido con apoyo de su homólogo europeo (Esma) prorrogar hasta el 31 de enero la prohibición de apostar a la caída del valor de las empresas tanto en acciones como mediante derivados financieros (futuros). Una medida que nos ha dejado solos y cuyos efectos superan España: ahora ningún inversor puede ponerse corto en el europeo EuroStoxx 50.
El dilema entre permitir las posiciones cortas (compras apostando por la baja de los valores cotizados en la Bolsa española y sus derivados financieros) o prohibirlas no es nada sencillo. Hay intereses muy encontrados. Para la Bolsa y para el conjunto del mercado es perjudicial por cuanto desaparecen volumen, comisiones e inversores que permitan la compraventa con facilidad. De otro, las empresas no quieren verse sometidos a este tipo de especulación que apuesta por la caída de los valores y que ahonda en un mercado de por sí negativo (el Ibex ha perdido el 51% desde los máximos de 2008, más que en la crisis de las puntocom).
“En nuestro entorno financiero nos hemos convertido en el bicho raro, el único país que no permite operaciones cortas en las Bolsas, mientras que sí deja que se hagan en deuda pública o en los productos de seguro CDSâ€, apuntan desde el mercado. Esta fuente considera poco entendible que no se pongan límites a la deuda, donde está el problema el verdadero problema con el alza de la prima de riesgo y, sin embargo, se prohíba ponerse corto en acciones o apostar a la baja con derivados.
Esta es una de las críticas más habituales. Además, apuntan a la transparencia de este mercado con la obligación de comunicar estas posiciones –cosa que no ocurre con la deuda- y los inversores tienen que adquirir esos títulos por los que apuestan a la baja, frente a otros países en los que no existe esa obligación. Este último aspecto da más solidez a esta práctica en el mercado español.
La repercusión de ampliar a esta práctica de los bajistas está superando nuestras fronteras. Jorge Izaguirre, director de Renta Variable de Bolsas y Mercados Españoles (BME) explica que con la prohibición española “los inversores no pueden ponerse cortos en el índice EuroStoxx 50, ya que los 6 valores que cotizan en el mercado español no se pueden vender con fines bajistas ni con las propias acciones ni usando futurosâ€, explica.
Para Izaguirre esto supone un estigma en el mercado español. Esta percepción negativa de la Bolsa española se refleja, según Izaguirre, en la caída de los volúmenes de contratación: “El negocio está cayendo en todos los mercados, pero más en España. Muchos inversores puede que se olviden de nuestro mercado hasta febrero, cuando conozcan ya si volvemos a permitir las posiciones cortasâ€.
En este sentido, el director de Renta Variable de BME aprecia tambiíén que mercados similares como el italiano que levantó esta prohibición sobre los bajistas está cogiendo parte del volumen que se está marchando del mercado español. “En este mundo financiero es imposible poner puertas, ya que el dinero buscará otros mercados para seguir con esta operativaâ€, concluye.
