Por... DAVID McHUGH
FRANCFORT, Alemania -- La crisis de deuda de los gobiernos europeos ya no asusta a los mercados financieros, pero tampoco terminará sino hasta que la economía regional comience a crecer nuevamente con fuerza y eso llevará un buen tiempo.
La economía de los 17 países que utilizan el euro ha retrocedido dos trimestres consecutivos, una definición común de la recesión, y los analistas prevíén poco o ningún crecimiento hasta 2014.
Sin crecimiento, no habrá suficientes ingresos fiscales para ayudar a que países como Grecia, España y Portugal reduzcan sus díéficit y frenen la expansión de sus deudas. El peso del endeudamiento como porcentaje de producción económica, una medida clave de salud fiscal, se ve peor día con día.
Las deudas combinadas de la eurozona representaron casi 93% del producto interno bruto de la región este año y se prevíé que esa cifra aumente a 94,5% el siguiente año. En 2009, la proporción deuda-PIB de la zona euro era del 80%. Una cifra superior a 90% se considera en general alta y puede presionar el costo de financiamiento de un gobierno.
"Lo preocupante sobre las proyecciones es que el pico parece que sigue moviíéndose", dijo Raoul Ruparel, del centro de análisis Open Europe.
El pánico en los mercados financieros europeos ha disminuido en meses recientes principalmente por la agresiva acción del Banco Central Europeo. El BCE anunció en septiembre que estaba dispuesto a comprar cantidades ilimitadas de bonos gubernamentales emitidos por países con problemas para pagar sus deudas. Esa promesa rápidamente redujo los costos de financiamiento para España e Italia, que a comienzos de este año enfrentaban el mismo tipo de presión fiscal que obligó a Irlanda, Grecia y España a buscar rescates financieros.
Pero que uno o más países salgan de la crisis y eviten un cese de pagos no es lo mismo que estimular el crecimiento. La economía de Estados Unidos sigue díébil despuíés de varios años de acción por parte de la Reserva Federal para detener la crisis financiera.
La economía de Europa está frenada por varias razones:
-Austeridad. Los gobiernos europeos están enfrentando sus deudas de la misma forma: subiendo impuestos y recortando el gasto y esto incluye recortes salariales a empleados del sector público.
-Bancos tambaleantes. A los bancos castigados por la crisis financiera se les hace más costoso y difícil dar críédito en los países más afectados. Esto dificulta las inversiones y contrataciones que hacen estas empresas en Europa.
-Consumidores limitados. Los recortes salariales tienen peso en los presupuestos de las familias y la gente ahorra más porque está preocupada por futuros impactos económicos.
-Regulación empresarial. Las leyes en muchos países europeos dificultan a las empresas despedir a trabajadores en tiempos difíciles y esto vuelve a la patronal reacia a contratar.