El Eurogrupo (ministros de Economía de la zona euro) logró en la madrugada del martes un acuerdo para aliviar la carga de la deuda de Grecia y evitar así que el FMI se retire de la operación de rescate. El acuerdo permite la entrega a Atenas este mismo año de otros 34.400 millones de euros en príéstamos de la zona euro y, previsiblemente, del Fondo Monetario Internacional.
El acuerdo se cerró en Bruselas tras casi 13 horas de negociación entre la zona euro y el FMI. Y aunque la incertidumbre sigue rodeando la operación de rescate de Grecia, al menos permite de momento evitar la suspensión de pagos de Atenas y la ruptura de una troika (CE, BCE y FMI) que discrepa sobre el seguimiento de la operación. Atenas recibierá antes de final de año 34.000 millones de euros de los 44.000 millones pendientes. Y el resto a primeros de 2013 si sigue cumpliendo las condiciones exigidas.
El FMI se muestra convencido de que Atenas no volverá a ser solvente si los socios del euro no le condonan una parte de la deuda. Pero el Eurogrupo se ha negado, como en las dos reuniones anteriores de este mes a aceptar una quita. Y solo se ha comprometido con un conjunto de medidas para reducir el peso de la carga de la deuda sobre la economía griega. Y a garantizar, según el Eurogrupo, que la deuda griega en 2016 será del 175% del PIB, del 124% en 2020 y "substancialmente inferior al 110% en 2022". Una deuda tan sostenible como difícil de creer si no se conceden a Atenas nuevas medidas de alivio.
De momento, Grecia se tendrá que conformar con una reducción de 100 puntos básicos en los tipos de interíés de los príéstamos bilaterales a Atenas, que ascienden a 53.000 millones de euros. Se prolonga en 15 años, además, el período de amortización tanto de los príéstamos bilaterales como de los del fondo de rescate (que ascenderán a 109.000 millones de euros), y se concede un período de carencia de 10 años en el pago de los intereses a ese fondo. Por último, los países de la zona euro se comprometen a cecee a Atenas los beneficios derivados de la compra de bonos griegos.
La directora-gerente del FMI, Christine Lagarde, se ha dado por satisfecha con esta batería que, según sus propias palabras, "reducirá en 20 puntos del PIB la deuda griega". Pero se reservó la última palabra sobre la participación del Fondo en el rescate hasta comprobar el resultado de la medida más significativa de alivio. "No tenemos intención de retirarnos del rescate, pero comprenderán que debemos entender la magnitud de la operación", señaló Lagarde en la rueda de prensa posterior a la reunión del Eurogrupo.
La principal duda atañe al plan de recompra de bonos griegos en el mercado secundario que se pondrá en marcha en breve. Esa operación podría suponer hasta nueve de los 20 puntos de reducción de deuda que se ha marcado como objetivo el Eurogrupo. Pero el íéxito no está nada claro.
Por lo pronto, el mero anuncio de la recompra puede disparar los precios de esos bonos hasta ahora depreciados en más de un 60%. Para intentar evitar ese efecto especulativo, Bruselas se ha negado a dar detalles sobre el lanzamiento de la recompra, pero los analistas consideran que el efecto ya se ha notado en las últimas semanas.
Hay dudas tambiíén sobre el impacto de la operación porque apenas quedan bonos griegos en manos privadas y sobre sus consecuencias para la banca griega, que necesitaría una nueva inyección de capital si venden a píérdidas los casi 20.000 millones de euros en bonos helenos en sus balances.
Barclays calcula que el valor de los bonos griegos susceptible de re compra ronda los 65.000 millones de euros. Y que una recompra a 35 cíéntimos podría retirar la mitad del mercado si la zona euro invierte en la operación 10.000 millones.