El director general y administrador del Banco de Valencia, Josíé Antonio Iturriaga, transmitió este lunes a los máximos dirigentes de las organizaciones empresariales valencianas que la venta de la entidad es "inminente", según algunos de los asistentes a una reunión celebrada en la entidad.
Iturriaga convocó en la sede central del banco a los presidentes de la patronal autonómica Cierval, Josíé Vicente González; de la provincial CEV, Salvador Navarro; de la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), Vicente Boluda, y el de la Cámara de Comercio de Valencia y tambiíén administrador de banco, Josíé Vicente Morata.
Varias fuentes consultadas por elEconomista señalaron que la adjudicación es "cuestión de días" y que es probable que se anuncie antes del 30 de noviembre, que era el plazo dado por la Unión Europea para clarificar el futuro de las entidades intervenidas, plazo que ponía en peligro la continuidad de la entidad valenciana.
Según estas fuentes, Iturriaga no informó de quíé entidades son las que están en la recta final por quedarse con el Banco de Valencia, pero sus interlocutores entendieron que son las que han estado sonando en los últimos días, Caixabank, Bankinter y, posiblemente, BBVA.
Los representantes empresariales transmitieron a Iturriaga las peticiones y consejos de cara a la entrada de un nuevo propietario, que se podrían resumir en cuatro:
En primer lugar, que el nuevo accionista tenga "suficiente músculo financiero para que fluya el críédito a las empresas". Segundo, que no solo se mantenga la marca Banco de Valencia, sino que la entidad goce de cierta autonomía, "como la tiene Banesto del Santander". Estas fuentes apuntaron que no quieren que ocurra "como en Bankia, donde se ha perdido el contacto y la cercanía con el empresariado".
Pequeños accionistas
La tercera petición es que haya "un trato comprensivo con los accionistas minoritarios" que actualmente tienen en torno al 6 por ciento del banco. "Por una razón comercial, ya que hay 23.000 accionistas clientes y a cualquier empresa le gusta tener contentos a los clientes", apuntaron.
Por último, pidieron que el rescate del banco "le cueste lo menos posible al Estado".
En cuanto a la posibilidad de que el empresariado valenciano se hiciese con el control de la entidad, admitieron que esa opción se da por descartada y que ese apoyo se daría "posiblemente en una segunda fase, cuando el grupo inversor que la compre se haya posicionado ya".
"No va a ser un grupo inversor valenciano porque lo de defender la valencianía, muchas veces pasa por rascarnos el bolsillo, y no ha podido ser", admitió uno de los asistentes al encuentro.
