El Gobierno se ha puesto manos a la obra para mitigar en lo posible las píérdidas que van a sufrir los inversores en el multimillonario canje de participaciones preferentes y deuda subordinada de las entidades con ayudas públicas. El Ministerio de Economía ha propuesto a la Comisión Europea aplicar una quita del 44% a las participaciones preferentes, muy inferior a la que se temía en un principio. Este recorte será de entre el 10% y el 49% para la subordinada. Se espera que Bruselas anuncie hoy la cifra definitiva en la presentación de los planes de reestructuración de las cuatro entidades nacionalizadas. Por otra parte, el departamento de Luis de Guindos ha ofrecido tres alternativas para que los afectados puedan hacer líquidos estos títulos.
La solución tiene que superar la aprobación de la Comisión Europea para que la burocracia de Bruselas no considere el canje como una ayuda de Estado, lo que echaría por tierra todos los esfuerzos. El Banco de España reconoce que es necesario aceptar un recorte del valor, pero ha mostrado al mismo tiempo su preocupación por una excesiva penalización para los tenedores retail o inversores minoristas. La píérdida final dependerá de cada entidad emisora en función de su situación específica y tambiíén de las condiciones de rentabilidad y plazo de los instrumentos híbridos que sean objeto de canje.
Inicialmente, el Memorándum de Entendimiento (MoU) preveía unas píérdidas para estos instrumentos de la práctica totalidad de la inversión para absorber al máximo las píérdidas de las entidades y minimizar la inyección de dinero público. Sin embargo, España ha conseguido minimizar la quita porque se canjearán por instrumentos computables como core capital, o sea, acciones o convertibles; en ese caso, Bruselas tolerará que los inversores no pierdan todo su dinero. Es decir, los atrapados en las preferentes no recibirán dinero, sino otro tipo de valores a cambio de sus títulos.
No obstante, el Gobierno calcula una píérdida media del 44% para las preferentes aplicando una fórmula que tiene en cuenta el impago de cupón cuando no hay beneficios, unas tasas de descuento muy elevadas y una prima, porque el canje se hará por instrumentos de capital y no por dinero, de la que se obtendrá un valor recuperable. Ese valor es de 3.200 millones en el caso de las preferentes, lo que supone un descuento del 44% frente a los 5.700 millones de saldo vivo de estos instrumentos en las cuatro entidades nacionalizadas -BFA-Bankia, NovaGalicia, CatalunyaCaixa y Banco Valencia- más Liberbank, Caja España-Duero, BMN y Caja3.
Este descuento será del 37% para la subordinada con vencimiento anterior al 31 de diciembre de 2015 (1.850 millones en circulación), del 10% para el resto de subordinada con vencimiento (6.050 millones) y del 49% para la subordinada perpetua (850 millones). La media del descuento para el total de instrumentos híbridos de estas ocho entidades alcanza el 28%.
Opciones para dar liquidez
En cuanto a la liquidez, el Ejecutivo está cocinando un menú corto de la casa con varias opciones a elegir, todas ellas con el ingrediente común de transformar los llamados títulos híbridos en acciones ordinarias u obligaciones convertibles. El objetivo es hacer de la necesidad virtud, de modo que las entidades financieras puedan contribuir de manera suficiente a cubrir sus necesidades de capital sin que los clientes de estos controvertidos productos pierdan toda la inversión.
El organismo supervisor que dirige Luis Linde entiende que es indispensable evitar cualquier tipo de litigio en el procedimiento que finalmente se ponga en práctica, y para ello ha diseñado una hoja de ruta orientada a garantizar la liquidez a los ahorradores atrapados por las cíélebres preferentes. Salvo Bankia, que cotiza en bolsa y tiene que canjear 6.900 millones de euros, el resto de las entidades que se enfrentan al vencimiento de títulos híbridos no pueden garantizar la transformación en cash de sus emisiones. Es el caso de Novagalicia, con 2.500 millones de euros emitidos; Catalunya Caixa, con 1.900; CEISS, con 1.400; Liberbank, con 900; BMN, con 250 millones; y Caja 3, con 100 millones. A todas ellas hay que añadir el Banco de Valencia, con 400 millones en títulos híbridos, aunque en este caso se trata tambiíén de una sociedad cotizada que ayer mismo fue adquirida por La Caixa a partir de una subasta express efectuada por el FROB.
Los vencimientos totales suman 14.500 millones, de los que 5.700 corresponden a participaciones preferentes; 6.100 millones a deuda subordinada con fecha de amortización a partir de junio de 2012; 1.900 millones tambiíén a subordinada, pero con vencimiento antes de finales de mayo de 2012, y otros 800 millones a subordinada de duración indefinida.
El abanico de alternativas que España está proponiendo a las autoridades europeas va desde un listing de las entidades emisoras de preferentes hasta la opción de que sean los bancos del llamado grupo 0 –los saneados que no necesitan capital- o el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) los que actúen como proveedores de liquidez. La primera posibilidad tiene el inconveniente de la lentitud del proceso que supone una salida a bolsa, por lo que el Banco de España parece decantarse por alguna de las otras dos elecciones.
En el supuesto de que sean los bancos sanos los encargados de rescatar las preferentes, el diseño de la operación pasa por una acción concertada mediante un sistema de reparto. Las grandes entidades financieras recomprarían a los inversores los títulos al mismo precio al que fueron valorados en el canje. Economía orienta dicha solución de forma exclusiva para los casos de Novagalicia y Catalunya Caixa y contempla descuentos en las recompras para que los bancos del grupo 0 puedan cubrir los costes de la operativa. Si la opción finalmente escogida es la del FGD, el mecanismo de actuación sería idíéntico al anterior, si bien sería obligatorio revisar previamente el marco legal del Fondo para garantizar su financiación.
Luis de Guindos no quiere cerrarse ninguna puerta no vaya a ser que, como ha ocurrido en otros programas semejantes de la reforma financiera, la propuesta oficial choque con el desinteríés de los bancos más sanos o con escollos legales. Por eso, Economía no descarta incluso que en algunos casos los propietarios de preferentes o subordinadas reciban los denominados como ‘cocos’ en sustitución de las acciones ordinarias. En última instancia, y teniendo en cuenta que el FROB ha vuelto a atizar el fuego de las subastas para colocar las entidades nacionalizadas a otras con garantías de saneamiento, el Gobierno tambiíén ha previsto la posibilidad de que los eventuales bancos compradores puedan ofrecer acciones propias en condiciones favorables para los inversores particulares.
Las entidades nacionalizadas han preparado dispositivos especiales para atender la presumible avalancha de demandas de información por parte de sus clientes sobre el canje de las preferentes. Asimismo, han reforzado la seguridad en algunos centros donde van a centralizar esta información, ante el probable descontento de muchos de estos afectados.