Las empresas españolas no ganan para sustos en el ámbito internacional. Tras el anuncio de la expropiación de una filial de Iberdrola en Bolivia, la siguiente en sufrir la presión de un Gobierno extranjero es el Grupo Villar Mir. El Ejecutivo de Argelia quiere arrebatar al empresario madrileño una empresa de fertilizantes que le adjudicó en la privatización realizada en agosto de 2005.
Según han reconocido fuentes próximas al Grupo Villar Mir, el Gobierno de Argelia lleva meses tratando de recuperar el control de Fertial, de la que la compañía española tiene el 66% del capital a travíés de Fertiberia. La filial de la corporación presidida por Juan Manuel Villar Mir se hizo con esta compañía, que tiene el monopolio para la fabricación de fertilizantes y amoniaco en este país del norte de ífrica, tras invertir 160 millones de dólares. Dicha participación vale ahora mucho más gracias al aumento del 40% de la producción tras aportar cerca de 200 millones de euros.
Fertial dispone de una capacidad de producción de 2,8 millones de toneladas en sus fábricas de Arzew (1,2 millones) y de Annaba (1,3 millones), de las que exporta cada año unas 710.000, según la información oficial de Grupo Villar Mir. Para el holding español, la entrada en Fertial situó “al Grupo Fertiberia en una posición estratíégica, dado el potencial del sector agrícola argelinoâ€, por lo que su posible píérdida supondría un duro golpe para sus intereses.
“Argelia cuenta con grandes yacimientos de gas natural, la materia prima más importante para el sector, a precios altamente competitivosâ€, indica Grupo Villar, que destaca que la proximidad geográfica entre ambos países le permite obtener importantes sinergias logísticas. De hecho, Fertial es el único proveedor de toda la demanda de amoniaco de Fertiberia y de Adubos, su filial portuguesa.
Fuentes próximas al conflicto señalan que Argelia ha propuesto a Villar Mir tener al menos el 51% del capital, lo que le daría la mayoría y, por tanto, el control. La empresa española se niega porque quiere retener a toda costa la gestión de Fertial, para lo cual es fundamental mantener la mitad más una de las acciones. Ahí es donde está el centro de las negociaciones, en las que Argelia tambiíén ha incluido tener la potestad para el nombramiento de parte de la cúpula directiva y definir una política de dividendos más favorable al Gobierno local.
Antecedentes peligrosos
Fuentes oficiales de Fertiberia han reconocido las conversaciones con Argel para equilibrar las participaciones accionariales en el capital de esta filial, pero matizan que se están llevando a cabo en un entorno de cordialidad. Sin embargo, otras fuentes del holding muestran su gran preocupación porque el de Fertial no es el primer caso de conflicto del Grupo Villar Mir en Argelia.
El pasado mes de mayo, OHL, la constructora de la corporación, llevó a los tribunales al Ejecutivo del país magrebí por el impago de una deuda de 100 millones de euros. Esa reclamación provenía de la construcción del Centro de Convenciones de Orán, cuyo importe se había encarecido en 200 millones y del que Argel solo abonó 105.
Juan Miguel Villar Mir, presidente de OHL, reconoció el pasado año en la presentación de los resultados de 2011 que no le gusta llevar este tipo de conflictos a estos extremos, pero en este caso no había otra alternativa al tratarse de un impago que coleaba más de año y medio. Por ese motivo, decidieron que un experto independiente determine quiíén tiene razón en este conflicto iniciado en 2010 cuando OHL acabó la construcción de la citada obra, adjudicada en enero de 2008.
El importe total del edificio era de unos 400 millones, pero las exigencias de Sonatrach, compañía pública argelina, de acabar la construcción a tiempo para la celebración de una conferencia internacional, elevó los costes hasta los 600 millones. El problema es que Argelia solo reconoce 100 de esos 200 millones de sobrecoste, por lo que OHL tiene el riesgo de perder precisamente el dinero que podría haber obtenido como beneficio neto por el contrato. En el grupo matizan que un caso y otro no tienen nada que ver porque las empresas funcionan de forma independiente. Pero lo cierto es que los contratos de ambas filiales están firmados con el mismo cliente: Sonatrach, holding público de Argelia.