El Zorro y la Bruja del Bosque
Aquella mañana de invierno, se le había dado mal al Zorro, la poca caza, y la suerte de las presas, estaban provocando un cierto estríés en el cánido. Pese a esto, seguía rastreando y rastreando. Un olor distinto, desconocido hasta entonces, fijó la atención de su nariz. ¿Quíé clase de animal es este?, pensaba, mientras sus pasos seguían el rastro. Espero que sea comestible, y no muy grande, no tengo muchas fuerzas para una cacería peligrosa y larga. Al poco tiempo, creyó moverse unos matorrales y se puso en guardia. Se fue acercando lentamente, dispuesto a no ser descubierto y a atacar al mínimo indicio de huida de la presa. Pero no haría falta!, el cánido comprobó que la supuesta y esperada presa, era una Humana con extrañas vestimentas. Esta, notó la presencia del Zorro, y le dijo:
- Acíércate Zorro.
- ¿Me conoces?.
- ¡No, pero eres un Zorro!.
- Si, lo soy. ¿Y tú, quiíén eres?.
- Morgana, la Bruja de este Bosque.
- Desconocía tu existencia, contestó el Zorro. ¿En donde vives?. ¿Quíé estás haciendo?.
- Muchas preguntas haces amigo. Vivo en una cueva oculta cerca del río, y estoy recogiendo hierbas y raíces.
- ¿Para quíé, son comestibles?.
- Estas no, son para hacer pócimas y bebedizos mágicos.
- ¿Mágicos?.
- Si Zorro, llevan Mandrágora, Beleño, Estramonio..., y otros ingredientes secretos. - Esas hierbas producen extraños efectos, no debieras tomarlas Morgana.
- Ja,ja,ja, ¡que simpático eres!.
- Soy una experta en estas artes, no debes tener miedo de los medios que nos suministra la madre Naturaleza, con sabiduría, puedes utilizarlos en tu provecho, Zorro.
- ¡Si!, ¿cómo?.
- Dependiendo del momento y necesidades, las Brujas las utilizamos para crear otros estados de conciencia que nos permiten ver el futuro. Otras veces las utilizamos para hacer brujerías, hechizos a los demás Humanos.
- ¿Tú eres una Humana, Bruja?, preguntó el Zorro.
- No exactamente, pero me parezco bastante. ¿Por quíé lo preguntas?.
- Pues para saber que necesidad tienes de embrujar a los de tu especie.
- Mis conjuros sólo los utilizo por oro, por poder, o por venganza, Zorro.
- Aclarado Morgana, me pregunto como puedes ayudarme. Tengo un hambre terrible, hoy no se me ha dado bien la caza.
- ¡Ay el hambre!, una de las más temibles sensaciones de los seres vivos. Ayúdame a llevar estas hierbas, y te daríé de comer en mi cueva.
El Zorro cargó con parte de las bolsas, y los dos se dirigieron al secreto hogar de Morgana. Despuíés de un corto trayecto llegaron cerca del río, la Bruja se detuvo, y accionó alguna especie de resorte en una roca, un pequeño y extraño ruido le sucedió, y una entrada secreta surgió de la nada. El Zorro quedó asombrado:
- ¡Claro!, ¡por eso yo no conocía esta cueva!.
- Apartada de otros ojos vivirás, y la Magia aprenderás, ja, ja, ja, dijo Morgana.
El Zorro, no entendió muy bien, pero entró en la cueva detrás de la Bruja. Tenía tanta hambre, que en un principio no se fijó en el tenebroso, y horripilante habitáculo.
- ¿Quíé tendrá de comer?, se preguntaba.
La Bruja colocó las hierbas en sendos tarros, y luego cogió las que portaba el Zorro, e hizo lo propio. Pasados unos veinte minutos, la anfitriona se dirigió al Zorro:
- Va a ser la hora de comer, y de beber, ja, ja, ja.
El cánido sonrió complacido. Morgana sacó una pierna de Jabalí, pan, torta de castañas, y algo para beber, se sentaron a la mesa, y durante un buen rato nadie dijo ni pío. Los dos comían con gran apetito. Ya más saciados, comenzaron la conversación:
- Veo en tus ojos que deseas ser rico y poderoso. ¿Quíé haces para conseguirlo, Zorro?.
- Pues, construyo madrigueras, las alquiló, y el oro que saco lo invierto en los mercados de acciones.
- Trabajador y listo eres, noble de corazón te veo. Te ayudaríé a acortar el camino hacía la Fortuna.
- Gracias Morgana, pero no veo como.
- Viendo el futuro, inocente raposo, sabrás donde colocar tu oro para que se multiplique a mayor velocidad.
El Zorro sonreía calladamente, la idea no le parecía mal de todo.
- Y bien, ¿quíé tengo que hacer?.
La Bruja del Bosque se levantó, comenzó a extraer hierbas de distintos tarros, y las metía en un mortero de mármol. Añadió algún extraño liquido, dijo un conjuro, y depositó el resultado de todo aquello en un copa. Caminó hasta el Zorro, y le dio instrucciones para su experiencia. El raposo dio a entender que había comprendido todo, y Morgana le ofreció el bebedizo. í‰l, al principio se resistió, pero pronto las expertas artes de la Bruja le hicieron cambiar de opinión. Bebió un poco, y no notó nada, bebió un poco más, y todo se nubló. Al poco tiempo, su conciencia estaba en otros planos. El Zorro se veía flotando entre extrañas y feas criaturas:
- ¡Quíé horror!, fuera, fuera, dejadme por favor, ¡desaparecer ya!, ordenaba.
Las criaturas procedentes de bajos planos astrales, sonreían complacidas por el miedo que producían. El Zorro recordó lo que le había dicho la Bruja del Bosque, y comenzó a tratar de superar ese tramo de conciencia para acceder a otros superiores. Despuíés de varios intentos, lo logró. Era ya el verano del 2006, y el Zorro se veía a si mismo contando sus ganancias en la Bolsa: 200.000 monedas de oro, no está mal. Pero, le faltaba el detalle más importante: ¿En que valores había invertido para lograrlas?. Un esfuerzo más, y comenzó a verse comprando acciones de BANCO DE CRí‰DITO BALEAR, TESTA INMUEBLES, INBESí“S, NATRACEUTICAL, AVANZIT, URBAR INGENIEROS, FERSA....Se desmayó, y durmió un largo sueño. Al despertar, estaba la Bruja mirándolo con otro brebaje entre sus manos.
- ¡Ah, ya has vuelto!. Tomate esto para despertar del todo.
- No Morgana, más pócimas no.
El Zorro no pudo resistirse, y bebió de nuevo.
- ¡Vaya!, ¡ya me encuentro mejor!.
- Ya te lo advertí Zorro, soy una experta en estas artes. ¿Quíé has visto?.
- Criaturas horribles Bruja, mejor no me lo recuerdes.
- ¿Y quíé más, Zorro?.
El cánido hizo un esfuerzo, y recordó las ganancias en la Bolsa:
- ¡Ah si!, tambiíén soñíé que ganaba mucho oro en la Bolsa.
- Ja, ja, ja, no lo soñaste Zorro, eras tú realmente. Has podido ver el futuro, afortunado eres entre todas las criaturas de este Bosque. Si quieres lograr que tus deseos sean realidad, has de obrar como te indicaron los Dioses.
- Lo pensaríé Morgana, yo no creo mucho en estas cosas.
- No es cuestión de creer, Zorro, en la vida tienes que desear las cosas, pedirlas, y ayudar en todo lo posible para conseguirlas.El destino juega con todos nosotros, burlándose de los que no creen en si mismos, pero acaba respetando a los tenaces, a los valientes, a los que saben lo que quieren.â€Ve en busca de tu destino Zorro, y cuando lo encuentres tráeme mi parte.
- ¿Tu parte, cual es tu parte?.
- Un veinte por ciento.
- ¿Tanto?, ¡pareces el fisco!.
- Poco es Zorro, si no consigues nada, nada traerás. Si por lo contrario has aprendido la lección, sólo será una quinta parte de tu fortuna. Las brujas de algo tenemos que vivir, ja, ja, ja,.
El Zorro le dio las gracias a la Bruja, y salió de la siniestra cueva. Corría , y corría, alegremente, por su amado Bosque. Volvía a sentir el aire fresco, el sol, el aroma de la vegetación:
- ¡Quíé extraña es Morgana!, viviendo oculta toda su vida, estudiando toda clase de conjuros, total para tener un poder que no le da la felicidad. Que raros son los Humanos!.¿Funcionará?, se preguntaba. ¿Realmente he visto el futuro?.
Una liebre pasó delante de íél como un rayo, y de pronto, el presente era lo que importaba . El Zorro intentaría, una vez más, cazar algo para comer. Ay el hambre....!
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